Detrás de todo este, así llamado estallido social, está una guerrilla organizada, financiada, dirigida y planificada por Venezuela y Cuba- según lo confirmara dos días antes de la revuelta en Chile y con referencia a Ecuador, la secretaría de la OEA- con conexiones nacionales que a esta altura es ocioso identificar.
Para mí, Carlos Peña es el pensador N.º 1 de Chile en estos momentos. Incluso entre otros favoritos que tengo, ninguno se lo iguala, en lo que podríamos llamar, preparación, cultura y capacidad para entender los tiempos que se viven, con la distancia y altura de miras que se merece.
Maduro lo admitió en un video que ha circulado profusamente.Si alguno bueno se desprende de la desgracia que nos ha azotado, es que ahora sabemos que hay un largo brazo de Maduro, secundado, asesorado y sostenido por la milicia cubana, y financiado por el abundante dinero del narcotráfico, vivito y coleando en nuestro país, lo que no se veía desde que los militares chilenos expulsaron a los cubanos después del pronunciamiento militar de 1973.
Me tocó ver de cerca la gestación del sistema tributario que rigió hasta antes de la desintegración tributaria. Fue en los años que los políticos hacían caso omiso de las claves que hacen que una economía crezca y se desarrolle, dando bienestar a toda su gente.
Perteneciendo la Constitución a la más elevada categoría de nuestras leyes, uno se imagina que la violación de ésta debiera ser un crimen atroz, algo que por sí mismo hiciera mucho ruido y resultara evidente. Sin embargo, en todo el tiempo en que se gestó la acusación contra la ministra Cubillos, nunca se supo el porqué. Seguramente el escrito estaba ahí en la Cámara, en los tribunales o en los partidos de oposición, pero si uno no lo buscaba, no lo encontraba. La prensa tampoco lo comentó, aludiendo solamente al acto mismo y si iba o no a encontrar apoyo. Pero los reveladores comentarios de analistas y políticos serios ya anticipaban su destino.
Después de meses, en el Instituto Nacional sigue la violencia desatada por sus alumnos. Pareciera que probados los métodos institucionales y democráticos para normalizar el colegio- esto es, que se den las clases sin tropezarse con bombas incendiarias- estos no han dado resultado.
Así como la película “La tormenta perfecta” trata de la conjunción de tres eventos para conformar la más grande de las tormentas, China ha logrado fabricar un mecanismo que le ha dado soluciones impensadas a su más grave problema: la pobreza, y también le ha abierto las puertas a las pretensiones de toda organización política: la del dominio y poder, y con ello dejar atrás una realidad diametralmente opuesta.
Pueden estar suscitando algunas dudas las declaraciones de ejecutivos máximos de grandes corporaciones reunidos en una, así llamada, Business Roundtable, donde manifiestan que ya no rige la tesis de Milton Friedman de 1970, de que “la responsabilidad social de las empresas es aumentar las ganancias”.
Escuché de un analista de la situación actual, un término que encontré no podía resumir mejor las cosas. Se está “normalizando lo anormal".
La aplastante victoria del kirchnerismo en Argentina hace razonable pensar en cómo sería un futuro gobierno de esa facción política.
La oposición ha montado una gran fanfarria, burlándose del gobierno porque el Imacec de junio sólo logró el 1,3%, y el del semestre, 1,7%, después que el gobierno prometiera tiempos mejores y basara su gestión en el crecimiento económico.
Hace ya varias décadas, durante el gobierno militar, fungió fugazmente el ministro de Hacienda Luis Escobar Cerda, más político que economista, que intentó torcer el rumbo de la correcta política económica que estaban llevando a cabo los Chicago Boys
Las declaraciones del operador responsable del desastre de Osorno son patéticas. Se quedó dormido, no había iluminación en la sala de comando y al dispositivo marcador había que golpearlo con una piedra para que funcionara. Teóricamente España pertenece al primer mundo, pero a esta empresa ni siquiera le da para entrar en el tercero.
Desde que la DC decidió ir con colores propios a la elección presidencial, optando por la dura senda de olvidarse del poder, al menos el presidencial, es que el futuro de la Nueva Mayoría se vio ensombrecido. Más aún, ante la emergencia del Frente Amplio, que se suma al PC como elementos indeseables para ese partido político.
475 bombas molotov en tres colegios, incluido el “primer foco de luz de la Nación” y 121 detenciones por Fuerzas Especiales. Recuerdo que antes, eran los estudiantes de derecho de la U los que protagonizaban incidentes como las tomas y las protestas, o los estudiantes de Pedagogía de la misma casa de estudios, pero eran estudiantes universitarios, mayores o cerca de los 18 años, una mayoría de edad relativa.
Como se veía venir, el cambio de gabinete dio lugar a varias adivinanzas y, una vez producido, a críticas, siendo la más socorrida la que echaba de menos el cambio político, o sea, Chadwick en Interior.
Entró golpeando el tablero y se escuchó fuerte. Dio lugar a una lucha intestina, de la que se dice, injustamente, que siempre ha caracterizado a la derecha. Digo injustamente, porque es algo de lo que también padece la izquierda. Si no, es cosa de ver a la Nueva Mayoría con el Frente Amplio, mezcla de revolucionarios, hippies y anarquistas.
n acierto el cambio de hora de la Cuenta Pública del Presidente. Por primera vez en mucho tiempo pude verla completa. Asimismo, me gustó lo que oí. Porque si eso no es narrativa, por lo menos para mi gusto, no sé lo que sería una buena narrativa. Se han hecho muchas cosas y se mencionaron otras que son a futuro, pero era el caso mencionarlas, porque de donde vinieron, se nota que si no alcanza a hacerlas él mismo, no es porque le falten ganas.
Enrique Goldfarb Habitualmente se oye mencionar en los medios, que Chile es uno de los países más desiguales, tanto en el continente como en la OECD, dado que su coeficiente de Gini es tan alto como 47,7, donde 0 es la igualdad absoluta y 100 la desigualdad absoluta.
Corremos un inminente peligro de caer en picada, como sucedió con Argentina y más acentuadamente con Venezuela, producto de la particular forma de gobernar que tiene la izquierda. La izquierda, fiel a su tradición marxista, cree que todo lo que constituye avance y civilización, sus normas, costumbres y reglas consuetudinarias, no son más que invenciones de la clase dominante, léase el 0,01% de los chilenos, para explotar a los ciudadanos.