En la década de los sesenta se repetían con facilidad los slogans dirigidos a la expropiación y nacionalización de los recursos básicos. Eran años y realidades dominadas por las restricciones al comercio exterior, como una forma de promover la industrialización y el desarrollo, según se creía.
El país vive un momento en que decisivas condiciones afectarán el comportamiento colectivo. Ahogadas muchas manifestaciones por la pausa estival, subsisten serias inquietudes e interrogantes que no se despejan con solvencia en el ámbito de las señales políticas.
El comienzo del nuevo año requiere evaluar el camino recorrido recientemente, y un pensamiento sobre los avatares que nos esperan en el período que comienza. Sobre lo primero, quedan sensaciones mezcladas sobre la marcha el país y lo que ello implica para cada uno de nosotros.
El país ha tomado democráticamente una decisión sobre la nueva administración de gobierno para los próximos 4 años. Lo que ahora corresponde es mirar hacia el futuro, y asegurar que los múltiples obstáculos que se harán presente se puedan sortear con el mayor de los éxitos por parte de la nueva administración.
El país enfrenta una decisión política muy trascendental que ocurrirá a través de la confrontación de dos visiones polares de nuestros problemas y de las alternativas para enfrentarlos.
El centro político siempre ha sido siempre un factor gravitante y decisivo en el ordenamiento político chileno. Cuando ha fallado, se han cernido crisis institucionales y políticas de gran magnitud.
Sinceramente creo que tenemos que pedir perdón a las generaciones venideras por el lastimoso estado en que estamos entregándoles nuestro país.
Existe una tendencia muy marcada por parte del estamento político a subrayar cuestiones esenciales como son la libertad de pensamiento y de enseñanza.
La llamada “celebración” de aquella “explosión” ocurrida el año 2019, hizo bastante mérito para asemejar el escenario de destrucción y vandalismo que se ha repetido insistentemente a lo largo del país desde ese entonces. Por cierto que el llamado “estallido social” del 2019 envolvió varias dimensiones, incluyendo un estallido político, uno de tipo moral, y uno puramente social.
El país ha presenciado la confrontación de los candidatos presidenciales en sendos foro ampliamente difundidos. Por supuesto, la idea es digna de encomio, puesto que la ciudadanía debe enterarse de las propuestas que envuelven las distintas opciones y de las diferencias establecidas entre los candidatos y sus ideas.
En los dos extremos de nuestro Continente se vive un drama humano de extraordinarias proporciones. En el sur de los EE.UU. y en el norte de Chile, se agolpa una verdadera multitud de inmigrantes ilegales que son resultado, fundamentalmente, del hambre que azota a sus países de origen, a la falta de oportunidades para desarrollarse normalmente como personas y familias, y a la persecución que en muchos casos afecta a segmentos importantes y visibles de la población.
Siempre se ha dicho que el mes de Septiembre es el de celebración de la Patria, el cumpleaños de la Nación.
Se está discutiendo el proyecto para proceder a un cuarto retiro de dinero de los ahorros previsionales. Esta discusión contradice al menos dos afirmaciones que se realizaron anteriormente por parte de muchos de quienes apoyan la iniciativa.
La Concertación de Partidos por la Democracia, fue el pacto más exitoso y duradero en la historia política chilena de todo un siglo. Otras anteriores, como la Alianza Liberal que triunfara en 1920, eclipsó en menos de 10 años, producto de los liderazgos personalistas.
El país sigue acumulando un severo problema macroeconómico que tendrá que enfrentarse más temprano que tarde. El endeudamiento externo ya casi alcanza a un 40% del PIB, alimentado por la situación de pandemia que hemos atravesado y las necesidades que envuelven los distintos tipos de ayuda que han tomado la forma de bonos y diversas formas de apoyo monetario a personas, familias y empresas.
Debate ha causado la decisión que, en las instancias y por medio de los mecanismos correspondientes, ha adoptado la Convención Constitucional en orden a elevar significativamente los recursos dedicados a asignaciones a los miembros de dicho cuerpo. El debate se centra en torno a lo que muchos han señalado constituye una medida inadecuada, especialmente por la naturaleza de este cuerpo electo para redactar un proyecto de nueva Constitución.
En estos días se ha dado a conocer un estudio de la OCDE en que se muestra la calidad productiva de la fuerza laboral sobre la base de competencias lectoras (comprensión de lectura) y habilidades matemáticas básicas.
Chile se encuentra remecido por acontecimientos que abren gran incertidumbre hacia el futuro, y que ponen en riesgo lo que se ha logrado avanzar en materia económica y social con mucho sacrificio.
Ya es un lugar común manifestar que Chile enfrenta problemas muy serios en materia social y económica, especialmente considerando las proyecciones a un plazo de tiempo mayor a la coyuntura.
“Ya es un lugar común decir que la clase política “no da el ancho”, especialmente frente a las graves circunstancias que afectan al país y al mundo. Los conglomerados políticos están Inundados de discursos populistas, de airadas manifestaciones de inconsecuencia y de gran ignorancia en materias técnicas y políticas; ni siquiera se atreven a escuchar las voces de expertos.