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Américo Ibarra |
Existe consenso en los ámbitos político, empresarial y académico sobre la importancia de enfocar las estrategias en la inversión, ya sea pública o privada, como medio para estimular el crecimiento económico y el desarrollo social de nuestras distintas regiones, más aún en un contexto global donde las disparidades regionales son cada vez más evidentes. Por ello, resulta imperativo reconocer a la inversión como una herramienta fundamental para promover la equidad y el bienestar social.
A propósito de la disputa a Gobernador entre los Orrego’s, se logró revelar que, a pesar de las más de mil cámaras de vigilancia en la región metropolitana, los sistemas no conversaban y debieron pasar varios años para lograr que fuese aplicable “la interoperabilidad”.
La interrelación entre el gasto e inversión pública y el crecimiento económico es fundamental para entender cómo las decisiones de política pública pueden fomentar la productividad, mejorar la calidad de vida y promover el desarrollo sostenible de un país. Este fenómeno es más evidente cuando se considera que la inversión pública en infraestructura y servicios básicos puede facilitar y potenciar la rentabilidad de las inversiones del sector privado, generando un entorno propicio para el desarrollo económico.
La modernización del Estado y la descentralización constituyen dos procesos fundamentales que inciden directamente en el desarrollo y la eficiencia de la administración pública. La modernización implica la actualización y mejora de las estructuras y procesos estatales, adecuándolos a los desafíos contemporáneos y, en este marco, la descentralización se convierte en un mecanismo clave para promover un desarrollo más equitativo y cercano a los ciudadanos.
La comuna de Santiago ha enfrentado en los últimos años una preocupante disminución en el valor del suelo, realidad evidenciada por los datos proporcionados por el Servicio de Impuestos Internos. Esta tendencia, se explica entre otros factores por el creciente deterioro de los espacios públicos, de la infraestructura urbana, de una percepción de inseguridad creciente y de verdaderas mafias de comercio informal y callejero. Esta creciente insatisfacción con la calidad de vida tiene un impacto directo en las decisiones económicas de individuos y empresas.
La economía chilena, ha enfrentado diversos desafíos en la última década. Una de las áreas con mayor relevancia en este contexto es el sector de la construcción, que no solo juega un papel crucial en el desarrollo de infraestructura, sino también en la creación de empleo y en la generación de actividad económica.
Es evidente que este y el pasado el proceso electoral han estado cargados de redefiniciones y expectativas de la población respecto a la política local. Nadie podría negar que el proceso electoral del año 2021 estuvo gobernada por expectativas y demandas que clamaban por mayor equidad, transparencia y justicia social y la necesidad de representación de sectores históricamente marginados.
La ética, la moral y las buenas costumbres son pilares fundamentales para la convivencia social y el desarrollo de sociedades justas. La ética se define como el conjunto de principios y valores que orientan el comportamiento humano hacia el bien. Por su parte, la moral se manifiesta en reglas y normas que regulan las conductas de los individuos, estableciendo lo que se considera aceptable o inaceptable. Finalmente, las buenas costumbres engloban las prácticas sociales valoradas positivamente por la comunidad, esenciales para mantener relaciones sanas y satisfactorias entre sus miembros.
El comercio juega un papel vital en la vida urbana. No solo proporciona bienes y servicios esenciales a la comunidad, sino que también actúa como un catalizador para la interacción social y el desarrollo cultural. En este sentido, las políticas de revitalización urbana deben centrarse en fortalecer el comercio local, especialmente en aquellos barrios que han sido históricamente desatendidos. Fomentar la creación de mercados, ferias y tiendas de proximidad puede impulsar el comercio minorista local, generando empleo y atrayendo inversiones.
La relación entre la universidad y la ciudad es un tema de alto interés en el análisis de la dinámica social, cultural y económica que caracteriza a las áreas urbanas contemporáneas. Esta interacción se evidencia de múltiples maneras, desde la integración física de las sedes universitarias en el tejido urbano hasta su impacto en diversas esferas de la vida comunitaria.