Alfredo Barriga



Alfredo Barriga

Nada menos que cinco artículos en The Economist de esta semana están relacionados con revuelo causado por Deep Seek, una Startup China de inteligencia artificial generativa (competencia directa de Open IA) que es capaz de hacer lo mismo que las grandes USA a una fracción del costo.

Prácticamente desde que comenzó TikTok en Estados Unidos fue parte del escrutinio público. El mismo presidente Trump, que ahora la apoya, entonces empujó para que se vendiera a una empresa norteamericana o cerrara sus operaciones en dicho país.

Me jubilé a los 65 siguiendo consejo de un compañero de clase que se dedica a gestionar pensiones. Era consciente de que habiendo trabajado en España 12 años me presentaba, no con una laguna previsional, sino con un verdadero océano. Igual, hice mis cálculos considerando una rentabilidad de UF+2 a mis fondos, y la esperanza de edad en Chile.

La llegada a Washington de líderes tecnológicos y representantes del movimiento MAGA durante el segundo mandato del presidente Trump promete un choque de culturas sin precedentes.

En The Economist viene un buen análisis de lo que se puede esperar del 2025 en política, negocios, economía y tecnología. Me interesa comentar este último aspecto.

Este año que se va ha ratificado la importancia de la Inteligencia Artificial Generativa, lo cual se refleja, entre otros números, en el valor en Bolsa de las empresas relacionadas con esta industria.


Mc. Kinsey acaba de publicar un estudio sobre los resultados para las empresas de llevar a cabo estrategias de transformación digital (“Investing in the future of tech: lessons from winning companies”), que creo interesante compartir.


Inteligencia artificial se le denomina a la tecnología que es capaz de realizar tareas que requieren de inteligencia humana sin la intervención de personas. Ahora la tecnología es digital, pero en el comienzo no lo era (ref: la película “Código Enigma”).

El conflicto armado que enfrenta a Ucrania con Rusia está cambiando la forma de hacer la guerra. Y en el centro de esta transformación están la innovación, el talento y la tecnología. Una reciente publicación en The Economist profundiza en esta materia.


Una de las barreras más grandes que me he encontrado para la transformación digital de las empresas en Chile, hablando con sus gerentes, es que no le ven sentido a cambiar su modelo de negocios si con el que tienen actualmente les va bien. Son de la teoría del: “if it ain´t broken, why fix it?” Les explico que no se trata de reparar lo que no está roto, sino de llevar sus empresas al siguiente nivel. En el 100% de los casos he recibido un silencio escéptico… y algo mordaz.