El presidente de TVN, Francisco Vidal, ha presentado la realidad que vive actualmente TVN, con cuantiosas pérdidas. En un programa de radio explicó que el principal problema está en que el modelo de negocios se basa en la publicidad, y que la torta publicitaria se ha reducido para la televisión, siendo actualmente las plataformas digitales las que se llevan un 51% del total.
Vidal defiende que se debe pensar en un modelo de negocios distinto, como el que tiene la BBC en Inglaterra, donde hay un impuesto en la venta de televisores que financia el canal. También defiende que debe haber un medio televisivo que sea independiente y pluralista, y que el canal público apunta precisamente a ese objetivo.
Parto por decir que para mí es de interés público contar con contenidos que sean una contribución a la cultura, la información, el debate y la entretención de todos los chilenos. Pero no creo que la respuesta en este siglo digital sea el canal de televisión abierto tradicional. Esto, por varias razones.
La primera es la cobertura. Si bien es cierto que prácticamente todos los hogares cuentan con al menos un televisor, ese no es el único instrumento para ver contenidos. Hace rato que la penetración de celulares en Chile es superior al 100%. Hace rato que los contenidos se han personalizado, y que hábitos muy queridos como era ver la televisión en familia han dado paso a ver contenidos por cada miembro de la familia, usando su móvil.
La segunda es la plataforma. El “canal de TV” principal en el mundo es YouTube, que además tiene la mayor participación mundial en la torta publicitaria de plataformas digitales. La TV por cable, por su parte, también está cediendo participación a las plataformas de streaming, como Netflix, Disney +, Apple TV, o Amazon Prime.
La tercera es el modelo de servicio al usuario. Los canales abiertos y los de TV cable son “sincrónicos”, es decir, entregan los contenidos a determinada hora. Si bien es cierto que con los modernos televisores y los servicios de TV se pueden grabar para ver después, esto es con limitaciones. Los servicios de streaming y YouTube, en cambio, permiten ver los contenidos cuando se quiera y desde diversos aparatos, como TV, móvil o Tablet. Por lo tanto, son mucho mejores como propuesta de valor al cliente.
Y la cuarta es el modelo de negocios. que está pasando de uno basado en publicidad a uno basado en suscripciones. El costo marginal de atender a un suscriptor nuevo es bajísimo, por lo cual todas las empresas de streaming apuntan a precios muy bajos de suscripción para conseguir millones de suscriptores. Si uno compara el precio de una suscripción a TV cable (con publicidad incluida) hace 10 años, con la suma del precio de suscripciones a servicios de streaming, verá que éstos son más baratos que aquéllos.
En definitiva, la industria de contenidos basados en la entrega asincrónica de los mismos está ganando esta carrera, y personalmente no le veo buen futuro al medio tradicional. Y ese es el panorama real de la industria de los contendidos, incluyendo los que entrega TVN.
¿Cuál es la solución? Crear un canal TVN exclusivamente vía YouTube. Los actuales televisores lo tienen todos preinstalado, por lo cual se puede ver los contenidos de YouTUbe en el aparato “tradicional”, pero también en móviles, computadores y Tablets. Se puede ver cualquier programa cuando se quiera, todas las veces que se quiera. Y TVN participaría automáticamente de la torta publicitaria de YouTube, que es donde está el dinero. Los costos de operar este modelo son una fracción de los costos de operar el actual modelo, con lo cual no se necesita pedir dinero al Gobierno para el mantenimiento de TVN.
Y hay un “bono”: en YouTube se pueden ingresar comentarios a los contenidos, lo cual haría de la televisión pública una realmente “pública”, donde los chilenos a los que está dirigida puedan participar.
Por último, este sería el primer país, que o sepa, en adoptar esta solución de TV pública, lo cual nos pone en cabeza a nivel mundial.
Alfredo Barriga
Profesor UDP
Autor de “Futuro Presente: cómo la nueva revolución tecnológica afectará mi vida”, publicado en Amazon, con prefacio del presidente Sebastián Piñera