Alfredo Barriga



Alfredo Barriga

Uno de los usos de Inteligencia Artificial que está creciendo con mayor fuerza (se espera una tasa del 70% anual por los siguientes 5 años) es la llamada Automatización Inteligente (IA por sus siglas en inglés, lo que lo hace confuso para los castellanoparlantes, porque esas siglas son las mismas que se usan en castellano para referirse a la Inteligencia Artificial). Se la conoce también como “Automatización Cognitiva”.

Conocí al presidente Piñera en la campaña electoral de 2009. Me llamó para liderar el grupo de Desarrollo Digital de los grupos Tantauco. Supo de mi por el trabajo que había hecho para los Talleres Bicentenario el año 2005, donde me dediqué a visitar a todos los grupos y entregarles ideas sobre como el mundo digital podía transformar su área. Gracias a ello, la agenda digital se posicionó como el quinto pilar del programa del entonces candidato Joaquín Lavín. Fue la primera vez que “lo digital” estuvo en un programa de centro derecha.

Llevamos décadas escuchando que la educación es “la” herramienta de desarrollo personal y profesional de todos, la única que realmente permite progresar de generación en generación, la única que realmente abre horizontes de movilidad social. Y sin embargo el modelo educacional – el “qué” se enseña, “cómo” se enseña y “para qué” se enseña – no ha cambiado. Seguimos usando una metodología que fue creada en el siglo XII y mejorada y masificada en el siglo XIX.

Este viernes 17 de noviembre el Directorio de Open IA – desarrollador de Chat GPT – despidió al CEO y fundador de la empresa, Sam Altman. La causa no es muy clara. Al parecer estaba yendo muy rápido en el desarrollo del producto para el gusto del directorio, en el cual, curiosamente, el accionista más grande de la empresa – Microsoft – no tenía participación.

El directorio nombró nueva CEO a Mira Murati, la CTO (Chief Tecnological Officer). 

Creo que en los más de 40 años que llevo metido en el mundo de la tecnología jamás había asistido a un fenómeno mediático tan grande como el que ha traído la Inteligencia Artificial (IA), y este último año – desde que se lanzó Chat GPT - ha sido explosivo. El último hito ha sido la “Declaración de Bletchey”, lanzada el primero de noviembre en la primera cumbre mundial sobre inteligencia artificial, celebrada en el Reino Unido con la participación de 27 países y la Unión Europea.

El BID ha aprobado un crédito al Estado de Chile de cien millones de dólares para acelerar la transformación digital del Estado. Es una excelente noticia y oportunidad, que esperamos no se malogre, ya que va en la dirección correcta de la modernización del Estado, que se ha ido desarrollando a paso de carreta de bueyes en los últimos años.

Es un dato para la causa que hoy todos los contenidos educacionales están en Internet. Y es otro dato que no todos son buenos o son los mejores para determinados objetivos de aprendizaje dentro del contexto que se plantea una estructura educacional. 

Mi mandíbula se abrió hasta tocar la mesa, como en los monos animados, cuando leí la noticia de que hace solo un mes atrás un Juez colombiano dictó la primera sentencia pronunciada con el auxilio de Chat GPT, herramienta digital basada en Inteligencia Artificial (IA), que fue lanzado recién en noviembre del año pasado.

Desde que se inventaron, cada cierto tiempo el mundo de las criptomonedas hace noticia. Bien sea porque alcanzan niveles de precio absurdos o porque caen estrepitosamente. Ahora estamos ante uno de estos eventos: la estrepitosa caída de FTX, rompiendo el récord histórico de todos los mercados financieros de todos los tiempos, al perder un 94% de su valor en un día (fuente: The Economist) 

La pandemia nos obligó a los profesores de enseñanza superior a reinventar los métodos de enseñanza. Un primer cambio de paradigma fue que intentamos dejar de enseñar desde la cátedra y para cambiar hacia el aprendizaje del alumno. Es decir, en vez de “el profesor-enseñador” tuvimos que crear “el alumno-aprendedor”.