Alfredo Barriga



Alfredo Barriga

Según The Economist, el año 2026 será el año en que se verá el impacto real de la IA en el mundo (AI’s true impact Will become apparent in the coming year). Puede que sea un boom, una caída o una reacción.

Este año, las medias navideñas podrían deparar más sorpresas de lo habitual, ya que los niños abren regalos que pueden responder. Fabricantes de juguetes en China han declarado 2025 como el año de la inteligencia artificial (IA) y están produciendo robots y peluches que pueden enseñar, jugar y contar historias. Mientras tanto, los niños mayores están enganchados a los vídeos virales de IA y a los juegos mejorados con IA. En la escuela, muchos reciben clases con materiales creados con herramientas como ChatGPT. Algunos incluso aprenden junto a tutores-chatbots.

A veces es solo la carnada. Hay que regalar la herramienta o el ecosistema, y monetizar lo que se construye sobre ello.

La identidad ya no se define únicamente en espacios familiares, escolares o laborales. Hoy se expresa —y muchas veces se construye— en redes sociales. Lo que mostramos, lo que publicamos, lo que otros ven de nosotros, forma parte activa de nuestra subjetividad.

En una columna anterior (“La IA como reemplazo de los afectos”) comentábamos acerca de la capacidad de la IA de simular afectos, y del peligro de tomárselo en serio. Un reciente artículo de The Economist dice que eso es exactamente lo que está pasando. (“A new industry for AI companions is emerging”, noviembre 6)

Todas las personas nacieron con talentos de diverso tipo, y nacieron con afinidades, es decir, cosas que les gustan. Cuando los talentos y las afinidades se juntan, la persona está “en su elemento”– término acuñado por Sir Ken Robinson, experto en innovación en la educación

En tiempos donde la inteligencia artificial puede anticipar nuestras búsquedas, preferencias, movimientos, incluso nuestros estados de ánimo, la imaginación se vuelve el último bastión no predecible. Es lo que no estaba en el modelo. Lo que contradice el patrón. Lo que rompe el esquema sin pedir permiso.

Existe un entorno que nos acompaña a diario —pero que rara vez vemos.

Nos estamos acercando a un mundo donde los robots asumen lo duro, y los humanos nos concentramos en lo espiritual, creativo y emocional.

En los próximos cuatro años la Inteligencia Artificial va a llegar como un Tsunami. Leí por ello los programas de los tres candidatos que lideran en las encuestas (Jara, Kast y Matthei) para ver qué dicen al respecto. Para Kast y Matthei el resultado es pobre. Para Jara es incompleto.