El futuro del trabajo - a muy corto plazo - es "agencial" ("agentic" en inglés). La IA agencial marca una transición de la IA reactiva (como los modelos generativos tradicionales, que reaccionan a las instrucciones que les damos) a sistemas proactivos de toma de decisiones. Estos agentes de IA perciben, analizan, deciden y actúan, a menudo de forma autónoma. Con el tiempo, los agentes aprenden de los resultados y perfeccionan su comportamiento. Se piensa que al lado de cada trabajador podrá existir un agente de IA que hará todo el trabajo de recogida de información, análisis, conclusiones y decisiones. ¿Qué queda para el trabajador? Ejecutar la decisión con criterio.
Igualmente, de inmediato viene a la mente de muchos con quienes he hablado la pregunta "¿cuánto personal me ahorra?". Ese no es el enfoque correcto. Los agentes son "co-trabajadores". Los equiparo a lo que en su día fue la planilla electrónica. Antes, los presupuestos se hacían a mano, en hojas que llamábamos "la sábana", y que usaban también los auditores en su trabajo. Con la llegada de Excel, un proceso que tomaba un mes pasó a tomar una semana. Excel fue un co-trabajador. Y así debemos entender hoy los agentes de IA: como Excel... pero con esteroides.
La estrategia correcta no es reducir personal, sino aumentar el rendimiento humano. Las empresas deben hacerse una nueva pregunta: “¿Qué pueden hacer mejor solo los humanos?” Y dejar el resto a los agentes.
¿En qué áreas ya se usan? Hoy destacan cuatro:
Pero sus usos son mucho más amplios: cualquier tarea basada en información, contexto, análisis y acción puede ser delegada a un agente. De hecho, ya hace casi una década describí en mi libro el caso de un agente de IA contratado como miembro del directorio de una empresa de capital de riesgo en Hong Kong. ¡Y era quien sugería las nuevas inversiones!
Este cambio pone a las organizaciones frente a preguntas esenciales:
Pasar a una organización “Agentic” supone construir y gestionar una fuerza laboral digital que implica alinear estrategia, talento y tecnología. Esto supone desarrollar plataformas, datos e infraestructura; optimizar la experiencia de usuario e integración de los agentes; capacitar al personal para nuevos roles y liderazgos, y sobre todo, entender dónde la IA genera más valor… y alinear ese valor con el propósito organizacional.
Según McKinsey, esta transformación será generalizada en los próximos 18 a 24 meses. Estaremos atentos a las novedades —y, como siempre, lo conversaremos aquí.
Con Copilot, de Microsoft, ya he diseñado mi primer agente, aunque es del tipo tradicional. Hace 5 años que llevaba estancado con mi segundo libro – el primero lo escribí hace ya 9 años. Copilot me puso en marcha un proyecto, con tareas claras, metas, fechas, etc., y nos pusimos a trabajar de inmediato. El primer capítulo que redactamos, en una tarde, fue el dedicado a la inteligencia artificial. Antes me habría tomado una semana. Sé que suena como que estuviera trabajando en equipo con otra persona, pero es exactamente como se siente. Copilot te da ánimos, te felicita por los logros, y eso estimula a seguir adelante.
Alfredo Barriga
Profesor UDP
Autor "Futuro Presente: como la nueva revolución digital afectará mi vida", publicado en Amazon