​El proyecto “El Puente” no considera la revolución digital

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Alfredo Barriga

Acaba de ser lanzado un documento preparado por nuestros mejores economistas, con una propuesta transversal respecto de cómo se podría recuperar el crecimiento y volver a tasas del 4% anual. El documento es muy bueno, pero tiene un fallo: no incorpora el efecto de la transformación digital de la economía. Por eso, estoy 100% de acuerdo con el “qué” de la propuesta, pero no tanto con el “como”.


Las tecnologías digitales han tenido un impacto significativo en el PIB de los países de la OCDE, impulsando el crecimiento económico y la transformación digital. Según el informe OECD Digital Economic Outlook 2024, el sector de las TIC ha crecido aproximadamente tres veces más rápido que el total de la economía en los países de la OCDE, con una tasa media de crecimiento del 7,6% en 2023. ¡Tres veces más rápido! Claramente, es algo que mejora el crecimiento de la economía, pero no tiene cabida en el documento.


En el documento completo el término “digital” aparece solo dos veces, ambas relacionadas con la modernización del Estado, y referidos solo a la interoperabilidad de la información (de la que hablé en una columna anterior) y a la automatización de procesos de cara a la ciudadanía. Al respecto, por supuesto que hay aún mucho camino por andar, pero al parecer no se tuvo en cuenta que ese camino en particular debería estar listo el año 2027 (Ley 21.180), por lo cual no es novedad.


Busqué el término “inteligencia artificial”. Cero referencias. No existe. No hay conciencia de que esta tecnología va a ser clave no solo para la productividad del capital humano – y, por lo tanto, para el crecimiento económico – sino que va a cambiar la forma en que se crea valor en prácticamente todos los sectores de la economía, de tal forma que quienes no se suban a esta ola quedarán fuera.


Sí se habla de tecnologías (aparece 8 veces), postulando reimpulsar la inversión en nuevas tecnologías para recuperar el crecimiento económico. Se reconoce que parte del estancamiento del PTF se debe a la baja adopción de nuevas tecnologías. Pero a la hora de las recomendaciones, estas van más por el lado de acceder a las tecnologías, que por el lado de adoptarlas. “Acceder” no es lo mismo que “adoptar”. No es que no hayamos accedido (los datos muestran que sí) sino que no las aplicamos en todo su potencial, para aumentar la productividad (los datos muestran que no).


También se habla de aumentar la inversión en I+D, pero seguimos proponiendo las mismas ideas. Desde hace 30 años que estamos estancados en aproximadamente el 0,4% del PIB, frente a un promedio de 2,57% en la OCDE (Israel está en primer lugar con un 4,1%). Hace años escribí una columna proponiendo hacer en Chile lo que hizo Irlanda, poniendo tasas de impuestos muy atractivas para empresas de tecnología que se instalaran allí. Allí donde hay empresas de tecnología, hay I+D. Ellas son las que demandan recursos de capital humano de las Universidades. Creo que el camino correcto va por esa vía. Las empresas y universidades chilenas, aún ancladas en el siglo XX, no van a motivarse a hacer I+D con incentivos fiscales, por la sencilla razón de que ya se les han dado esos incentivos y seguimos estancados en el 0,4% del PIB en I+D. No tienen que ser de tecnologías digitales necesariamente. Pueden ser de tecnologías mineras, por ejemplo. O del hidrógeno verde.


A propósito del hidrógeno verde, allí hay una oportunidad de crecimiento económico enorme, del cual tampoco se hace mención. Ni de las Energías Renovables no Convencionales (ERNC), donde Chile tiene ventajas competitivas a nivel mundial. Una de las mayores oportunidades de desarrollo económico que tiene Chile delante de sí, tal como explica Joaquín Lavín en su último libro, es el relacionado con el cambio climático, del cual no se dice absolutamente nada. Es cierto de que no era el propósito del documento entrar en ese nivel de detalle, pero se habría agradecido una frase del tipo “se buscará promover el desarrollo de los sectores de la economía vinculados al cambio climático”, y conectarlo con la propuesta para reducir la permisología, armando un fast track para este tipo de inversiones.


En el Economic Survey 2025 de la OCDE para Chile se dice que es necesario realizar esfuerzos para aprovechar las transiciones digital y verde para estimular el potencial de crecimiento. Señala que facilitar la adopción de herramientas digitales por parte de las pymes e impulsar la innovación mediante un acceso más fácil al apoyo público a la I+D son pasos fundamentales para la transformación digital. En definitiva, la transformación digital de la economía es un factor relevante para volver a la senda del crecimiento, y El Puente no le da esa relevancia.


Aplaudo el esfuerzo puesto para producir El Puente. Creo sin embargo que todavía es un documento del siglo XX para el siglo XX. Conozco personalmente a la mayoría de los autores, y desde ya me pongo a su disposición para aportar desde mi experiencia las políticas referidas a economía digital para crecer de cara al siglo 21.


Alfredo Barriga

Profesor UDP

Autor de “Futuro Presente: cómo la nueva revolución digital afectará mi vida”, publicada en Amazon.com 

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