Víctor Salas



Víctor Salas

Este mes de noviembre hemos vivido una etapa especial de conflictos, de paros camioneros y portuarios y de perspectivas de huelgas de trabajadores mineros. Reconociendo que estas movilizaciones son derechos que tienen los chilenos, también es bueno reconocer que estos conflictos, en la medida que se prolongan, terminan generando efectos negativos en la actividad económica no solo en los sectores directamente involucrados, sino también en el país.

Durante octubre y noviembre, los encargados de la política económica monetaria y fiscal en Chile, han seguido aplicando medidas, principalmente por medio del ajuste de la Tasa de Interés de Referencia y control de la liquidez, para equilibrar la caída de la actividad y la creciente inflación producidas por el shock generado durante la pandemia del COVID-19.

Aunque nos alegre que la inflación esté cediendo, ello ocurre muy levemente y más bien se espera que este fin de año tengamos una inflación entre 12 y 13%. Con todo, una de las mayores dificultades que enfrentará la economía chilena en el último trimestre de 2022 y el próximo año, será la recesión que se nos viene encima, sin que hayamos controlado el alza de precios.

Con el resultado del plebiscito del 4 de septiembre, el país ha entrado en un nuevo proceso constitucional, el avance de las conversaciones para construir un acuerdo debería generar positivas expectativas en los próximos meses en los mercados locales e internacionales.

Son varias las complicaciones que en la actualidad tiene la toma de decisiones de política económica en Chile y queremos hacer claridad sobre ellas.


Chile enfrenta hoy una compleja coyuntura económica, está viviendo una desaceleración de la actividad productiva, que se encamina a una leve recesión técnica, que bien podría profundizarse en la perspectiva de una recesión internacional. Situación que empeora con la fuerte inflación (13,1% anual) existente.

La principal preocupación económica de Chile hoy día es la fuerte inflación que estamos viviendo, 12,5% anualizada, a junio de este año. Es tan alta la presión de los precios internos que el Banco Central subió la Tasa de Política Monetaria, TPM, el 9 de mayo a 9% y acaba de subir (13 de julio, 2022) en 75 puntos, a 9,75%, lo que reduce una vez más la oferta monetaria y hará subir nuevamente las tasas de interés de la economía chilena las que, en junio 2022, estaban en 26,3% la tasa de consumo y 12,99% la comercial. Acciones orientadas a reducir la demanda interna (consumo e inversión) y la actividad productiva para reducir la inflación.

Esta es la situación compleja que hace a la incertidumbre política un factor de inestabilidad del precio del dólar en el país, manteniendo la tendencia depreciadora de este fenómeno.

La inflación llegó fuerte y tempranamente a Chile (abril de este año) y se ubicó en niveles de dos dígitos (10,5% anualizada), anticipándose a todas las proyecciones que esperaban esos niveles a mediados de año.

El gobierno de Boric enfrentará una situación económica con fuertes presiones inflacionarias (tales que, con el dato de febrero -0,3%-, se estima la inflación seguirá alta, pero ajustándose lentamente a la baja y que, anualizada, llegará alrededor de 8% en la mitad de este año) y, con perspectivas de un muy bajo crecimiento económico en los dos primeros años, tales que se estima un aumento del PIB anual que fluctuará alrededor del 2% al año, similar a la tasa de crecimiento promedio anual (1,94%) entre 2014 y 2019.