​Estamos complicados con la política económica

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Victor Salas

Son varias las complicaciones que en la actualidad tiene la toma de decisiones de política económica en Chile y queremos hacer claridad sobre ellas.

Una complicación es que el aumento del presupuesto fiscal en 2023 mantenga alta la inflación. El Gobierno ha propuesto, a fines de septiembre, que el presupuesto de la nación para 2023, aumente el Gasto fiscal en 4,2%, lo que aumentará sin ninguna duda la Demanda Agregada interna de nuestra economía y podría aumentar la presión de los precios internos o al menos sostener para 2023 altos niveles de inflación. Cercanos a los que estamos observando en este año (14,1% en agosto y una perspectiva de 12% a diciembre 2022).

En esta misma política fiscal existe otra complicación según la orientación y temporalidad del gasto fiscal. El incremento del gasto está orientado fuertemente en financiar la pensión garantizada universal, PGU, a más de dos millones trescientas mil personas, la que tiene un valor de $193.197 mensual, esto significa que los beneficiarios/as de estas pensiones, que están entre las personas más vulnerables del país, dispondrán de 5,35 millones de millones de pesos, monto que, sin dudas, se incorporará durante todo el año en la demanda de bienes de consumo de la economía y así presionarán los precios. El otro incremento en gasto fiscal son los 1,6 millones de millones de pesos destinados a Infraestructura para el desarrollo, inversión fiscal muy necesaria para la reactivación de la economía, pero que seguramente, se ejecutará más lentamente y llegará a la economía entre el tercer y cuarto trimestre del año, cuyo impacto se observará, en ese momento, en la mayor actividad productiva del país, pero también en un aumento de la demanda interna que, a esa altura del año, puede llegar a sostener presiones en los precios internos. Complejidad que será difícil, pero no imposible, de manejar para evitar esos efectos indeseados sobre los precios.

En el ámbito de la política monetaria surge la complicación de que el control de la inflación por parte del Banco Central puede llegar a provocar contracción de la economía. El Banco Central viene subiendo la tasa de política monetaria (TPM) desde julio de 2021, primero levemente, pero lo ha hecho con más fuerza en los meses recientes en que la inflación se ha desatado, en agosto subió 1,2% mensual, llegando a 14,1%, anualizada. Los altos niveles de inflación del país han llevado a subir la TPM a inicios de septiembre 2022 en 100 puntos base, dejando esta tasa en 10,75%. A todo esto, se espera que la inflación del año llegue a 12% en diciembre 2022 y solo logre niveles aceptables (alrededor del 3%) en 2024. Luego, si el Banco Central sigue subiendo su tasa de referencia puede provocar una mayor contracción de la economía que la prevista (en -1,5% y -0,5% en su último Informe, se septiembre). Entonces, se requiere una mayor flexibilidad en el manejo de la TPM para evitar efectos indeseados sobre la economía, mayores aún que los que se esperan. Además, se debe recordar que estamos ante una perspectiva de recesión económica internacional, que sin duda afectará la actividad productiva de nuestro país y empeorará la tasa de desempleo. Recesión internacional que reducirá durante el 2023 las presiones de precios internacionales y seguramente las del país, teniendo efectos positivos, según la profundidad de la recesión y la velocidad con que se propague.

Adicionalmente, también se comprueba lo complicado que es intervenir en el mercado cambiario, sin tomar en cuenta los fundamentos de los mercados que determinan el tipo de cambio en nuestro país.

Así entonces, se pueden esperar resultados positivos de control de la inflación y de una actividad económica reactivada, todo lo cual dependerá de la habilidad de los hacedores de la política económica para sortear las complicadas conductas economía nacional e internacional que estamos viviendo y sus perspectivas.


Víctor Salas Opazo

Departamento de Economía

Universidad de Santiago de Chile

europapress