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Víctor Salas |
Las variables de la macroeconomía chilena siguieron caminos sensibles en el mes de marzo 2025, la inflación persiste, alcanzando ese mes un valor de 0,5% mensual, lo que deja un acumulado a 12 meses de 4,9% y mantiene las dificultades para controlarla.
Desde diciembre 2024 a febrero 2025, la economía chilena ha mantenido un crecimiento bajo, pero estable, aunque con signos de desaceleración en la comparación mensual. En diciembre de 2024, el IMACEC creció fuerte (6,6% interanual y 9,26% respecto a noviembre), resultado que fue impulsado por el crecimiento de la producción de bienes (13,3%), el comercio (10,6%), poco por los servicios (2,0%) y también por la minería.
En los dos meses recién pasados, octubre y noviembre 2024, ha quedado más clara la evolución que está tomando la coyuntura macroeconómica de nuestro país. La actividad productiva se ha instalado en un nivel levemente por sobre 2% y se estima que terminará alrededor de 2,2% a fin de año.
El control de precios se vuelve más complejo porque se debe considerar, a la vez, lo que pasa con la actividad productiva y ahí también hemos tenido recientes malas noticias, el IMACEC de septiembre 2024 tuvo crecimiento nulo, lo que seguramente nos permitirá llegar este año a un crecimiento del PIB solo del orden del 2% y con una tasa de desempleo alta, del orden del 8,7%.
A la fecha, desde el análisis del ECPE se puede decir que nuestra economía está mejor, aunque la actividad económica está moviéndose, lentamente, pero en un nuevo nivel, dos puntos más alto que en 2023. También, podemos decir que no se ha logrado mantener un camino seguro de reducción de precios para 2024, pero que se espera controlarlo en los años que siguen, a niveles que aseguren la estabilidad de nuestra economía, en tendencia de crecimiento económico.
Varios de los factores que afectan al tipo de cambio han tenido variaciones relevantes en las últimas semanas, entre ellos: los cambios en los precios del cobre, del petróleo y de otros productos importados, por los impactos de los recientes conflictos bélicos sobre estos productos; las fluctuantes tendencias en el crecimiento económico de nuestros principales socios comerciales (en exportaciones e importaciones); y las variaciones en las diferencias de tasas de política monetaria entre Chile y EE. UU. Además, se reconocen las intervenciones en el mercado cambiario de Hacienda y Banco Central.
En el inicio del tercer trimestre del año, la coyuntura económica sigue evidenciando que la economía se encuentra en crecimiento, aunque levemente por sobre el nivel de tendencia (2%), y con una inflación anual por ahora del 4,6% anualizada, mucho más alta que las estimadas a fines del año pasado, por lo que el Banco Central, en julio, decidió aplicar el primer freno al ciclo de recortes de la TPM, y hasta la fecha (agosto 19) ha dejado la tasa en 5,75%, con bajas perspectivas de cambiarla en los próximos meses, lo que mantiene una alta tasa de interés de colocaciones bancarias, situación que bien sabemos afecta a la recuperación económica (altas tasas de interés mantienen altos los costos de operación de los productores y también desincentivan el consumo y la inversión)
Después de un fuerte repunte en el primer cuatrimestre de 2024 (2,8%), la actividad productiva del país está ajustándose a un más lento crecimiento y el IMACEC de mayo alcanzó solo 1,1% de aumento, lo que indica que este año tendremos una economía en recuperación, pero lenta.
Los datos recientes nos indican que la actividad económica está mejorando, aunque en un proceso zigzagueante, el que se espera culmine a fin de año con una tasa de crecimiento del PIB del orden de 2,5% a 2,7% y con una inflación aun cercana a 3,6% o más. Lo importante es que la economía ha salido del estancamiento de 2023 y que la inflación se mantiene controlada a un nivel todavía alto, mientras el mercado laboral sigue mostrando debilidad.
La recuperación de los equilibrios macroeconómicos en Chile sigue avanzando, pero sus procesos de ajustes se vuelven más complejos y atados a factores externos. Estamos en un proceso de recuperación de los equilibrios macroeconómicos de nuestra economía, pero aún se observan fuertes tensiones internas y externas que exigen ser cautos en el análisis de la coyuntura económica chilena.