Víctor Salas



Víctor Salas

La coyuntura económica en los primeros dos meses del año deja ver que la economía logró resolver los desajustes de la demanda interna presentados en los períodos de alza desproporcionada que se registraron en la última parte de 2020 y todo el 2021 (+5,5% promedio trimestral), pasando de -1,9% de crecimiento promedio trimestral en 2022 a -0,4% en 2023. 

Se ha estado luchando, con éxito, por controlar el alza de precios. Desde el 2021 el Banco Central estuvo subiendo la tasa de política monetaria llevándola a 11,25% el 17 de octubre 2022 y la mantuvo en ese nivel hasta el 28 de julio de 2023.

La variación anual del IMACEC fue explicada por la industria manufacturera, el resto de los bienes y los servicios, compensada en parte por la caída de la minería y el comercio.

En la economía chilena el IMACEC se comporta con valores negativos, entre enero y junio, y en julio sorpresivamente sube, mientras que en agosto es -0,9%, dato más acorde con su evolución de 2023, entonces, lo que ocurrió en julio (1,8%), es probablemente un dato atípico que no está acorde con la política monetaria, que si bien ha comenzado a ser más expansiva aún mantiene la TPM en un nivel elevado (9,5%) que sigue siendo contractivo, manteniendo un acceso al crédito restringido, en el mercado financiero.

El IPC de agosto 2023 fue acorde a lo esperado por el mercado, y se registró un alza de 0,1% con respecto al mes anterior, 5,3% en 12 meses y con proyecciones del Banco Central de alcanzar un 4,3% anual a fin de año.

La coyuntura económica chilena mostró interesantes, pero no conclusivos giros en julio 2023. El IPC general, luego del máximo observado de 14,02% anual en agosto de 2022, finalmente ha descendido 7,55 puntos base a julio de 2023, mes en que se observa una tasa anual de 6,47%

Actualmente, los datos permiten observar que el IPC se está encaminando hacia su rango meta 2- 4% (fijado por el Banco Central). Durante el 2023, el IPC ha tendido a ajustarse, lentamente al principio de año y más rápido en junio recién pasado, con una tasa anualizada de 7,6%, lo que ha hecho que los salarios reales estén recuperándose, desde -2,2 noviembre 2022 a un valor positivo de 1,0 en mayo 2023, pero algo lejos aún de los niveles prepandemia y pre “estallido social” (2,8). 

Estamos en una situación con tendencias contractivas en la actividad económica, aunque no tan recesiva como se pronosticaba a principios de año, sino más bien este año tendremos una economía estancada. En abril del presente año (último dato publicado a junio 2023), el índice de actividad económica, IMACEC, presentó una contracción de un 1,1% con respecto al mismo mes del año anterior. Corroboran la tendencia, las caídas de sectores como el comercio (-7,7%) y la industria (-2,5%), mientras que servicios crece 0,4 y la minería 3,1%.

Todas las variables relevantes de la coyuntura económica están dando señales de que la economía chilena tiene dificultades con su declinante actividad productiva, con sus fuertemente crecientes tasas de desempleo y su inflación, que declina lentamente.

Uno no quisiera hablar de estas cosas, para no ser catalogado de pesimista, pero los hechos económicos nacionales e internacionales son porfiados e interrumpen algunas interpretaciones felices.