Víctor Salas



Víctor Salas

En este IMC se observa que, en los meses de agosto y septiembre, nuestra economía ha seguido estable, aunque en bajos niveles de crecimiento durante los meses recientes, como lo indican los últimos datos disponibles del IMACEC, 0,5% anualizado, en agosto 2025, en que se redujo la actividad productiva desde el 1.4% de julio, lo que fue causado principalmente por la caída del sector minero (-8,6%), lo que fue compensado por los aumentos de los servicios (+2,4%) y el comercio (+3,9%).

Uno quisiera alegrarse de que, según el FMI para este año creceremos al 2,5%, al menos casi a la misma tasa del año pasado. Pero no será fácil que, de aquí a fin de año, nos acerquemos a esa cifra, por el comportamiento que hemos tenido: en el ITrim2025 crecimos en 2,066%, el IITrim2025 en 2,93%, mientras que, en el IIITrim crecimos solo en 1,43%. Entonces, tendríamos que crecer a una improbable tasa de 3,5% en el IVTrim para llegar a esas estimaciones.

Hemos observado (https://www.economia.usach.cl/index.php/informes-y-notas/informemacroeconomico-coyuntural), que la economía chilena sigue estable, en los niveles ya conocidos de crecimiento. Ahora, curiosamente, con optimismo se espera que a fin de 2025 el PIB crezca en 2,5% y que la actividad económica siga por debajo de 3%. La previsión del Banco Central para 2025 instala un poco más arriba el límite inferior, entre 2,00% y 2,75%, estimación de crecimiento impulsada principalmente por las exportaciones y claro, por una base de comparación baja.

El crecimiento del producto en Chile muestra una tendencia altamente fluctuante alrededor del 2%, pero en el 2º trimestre se está instalando en un nivel levemente más alto, 2,7%.

Durante mayo de 2025, la economía chilena continuó enfrentando un escenario al margen de las expectativas del mercado, donde se combinó una política monetaria estable con una evolución cambiaria sensible a factores internacionales. La Tasa de Política Monetaria (TPM) se mantuvo en 5%, reflejando la decisión del Banco Central de seguir consolidando el proceso de convergencia de la inflación hacia su meta del 3%, sin poner en riesgo la recuperación de la actividad económica, en un contexto marcado por el riesgo geopolítico.

La economía chilena transitó, en abril 2025, por un escenario de moderada recuperación en un contexto global caracterizado por alta incertidumbre financiera, tensiones comerciales y señales de desaceleración en los principales socios comerciales de Chile.

Las variables de la macroeconomía chilena siguieron caminos sensibles en el mes de marzo 2025, la inflación persiste, alcanzando ese mes un valor de 0,5% mensual, lo que deja un acumulado a 12 meses de 4,9% y mantiene las dificultades para controlarla.

Desde diciembre 2024 a febrero 2025, la economía chilena ha mantenido un crecimiento bajo, pero estable, aunque con signos de desaceleración en la comparación mensual. En diciembre de 2024, el IMACEC creció fuerte (6,6% interanual y 9,26% respecto a noviembre), resultado que fue impulsado por el crecimiento de la producción de bienes (13,3%), el comercio (10,6%), poco por los servicios (2,0%) y también por la minería.

En los dos meses recién pasados, octubre y noviembre 2024, ha quedado más clara la evolución que está tomando la coyuntura macroeconómica de nuestro país. La actividad productiva se ha instalado en un nivel levemente por sobre 2% y se estima que terminará alrededor de 2,2% a fin de año.

El control de precios se vuelve más complejo porque se debe considerar, a la vez, lo que pasa con la actividad productiva y ahí también hemos tenido recientes malas noticias, el IMACEC de septiembre 2024 tuvo crecimiento nulo, lo que seguramente nos permitirá llegar este año a un crecimiento del PIB solo del orden del 2% y con una tasa de desempleo alta, del orden del 8,7%.