Las variables de la macroeconomía chilena siguieron caminos sensibles en el mes de marzo 2025, la inflación persiste, alcanzando ese mes un valor de 0,5% mensual, lo que deja un acumulado a 12 meses de 4,9% y mantiene las dificultades para controlarla. Resultados que hacen difícil mantener el poder de compra de la población y el acceso a servicios básicos, en particular, el servicio de electricidad, que volverá a tener ajustes de precios de insumos de su producción. En este marco, el ECPE-USACH proyectó que la inflación de abril alcanzará un valor de 0,48% mensual, lo que deja un acumulado a 12 meses de 4,78%; vale decir, la inflación se está alejando del rango meta del Banco Central. La dificultad es que desde abril 2024 la tasa anualizada de inflación ha estado sobre el 4% y a veces ha alcanzado valores cercanos al 5%.
El crecimiento esperado de la economía tiende a recuperarse levemente en este primer trimestre. El IMACEC de febrero 2025 cayó en -0,1% respecto del mes anterior y el índice de enero nos hizo volver a la realidad al crecer solo 2,5% respecto del estruendoso 6,6% en que creció la actividad productiva en diciembre pasado. O sea, hemos vuelto a estar en niveles sobre 2% y menos de 3% de crecimiento del PIB. En su IPoM de marzo 2025 el Central subió un poco su proyección, desde 1,5%-2,5% a 1,75%-2,75%. Sin embargo, el anuncio de Trump (02 de abril) de instalar aranceles aduaneros a los productos de una gran cantidad de países se pronostica tendrá efectos negativos en el producto mundial, aumentados por las respuestas arancelarias que aplicara China, la Zona Euro, Japón y otros países, entonces se podría llegar a tener en la economía mundial, a lo menos un estancamiento con inflación, todo lo cual quedó en compas de espera por la suspensión que adoptó Trump, por 90 días, de sus medidas arancelarias, excepto a China, por lo que se espera que esos efectos negativos pronosticados ocurran más cerca de fin de año y que ello también signifique un ajuste a la baja el PIB de nuestra economía.
El comercio exterior y de las materias primas presentaron, en 2024, una dinámica positiva para la economía local, aunque las recientes medidas arancelarias, impuestas por Donald Trump, hacia productos estratégicos que exporta Chile fuera del cobre (salmón, uva de mesa y frutas) van a generar un cambio en este dinamismo, que obligará a una adaptación rápida de las empresas que verán afectados sus envíos. En el corto plazo, el efecto del arancel anunciado en marzo al cobre, sin concreción posterior, generó un aumento en el precio del metal, ante la incertidumbre de los compradores sobre el precio futuro, añadiendo incertidumbre en los derivados financieros, en la gestión de las empresas locales afectadas y en las Bolsas de Comercio, en un contexto internacional que ya estaba marcado por incertidumbres geopolíticas. Las suspensiones de aranceles para negociar y del cobre, sin dar fundamentos, también crean situaciones de incertidumbre para las actividades productivas.
El Banco Central ha mantenido su postura de ajuste progresivo en la TPM, tomando en cuenta la lenta moderación de la inflación y la leve dinámica de la economía. En marzo de 2025, la TPM se mantuvo en 5%. El Central ha indicado que evaluará futuros ajustes en función del comportamiento de la inflación y la estabilidad del sistema financiero. Es probable que la TPM se mantenga en el 5% durante todo el primer semestre y reactive gradualmente su proceso de convergencia a su nivel neutral del 4% durante el segundo semestre, lo que dependerá de lo que ocurra en el orden interno y también a nivel internacional, según sean los impactos económicos internacionales sobre la inflación y el crecimiento del producto de los aranceles de Trump.
El tipo de cambio nominal sigue siendo una variable clave en nuestra economía, ha mostrado altas variaciones, en el mercado spot, durante marzo de 2025, con el dólar moviéndose en un rango de 917,76 a 954,22 pesos chilenos. Durante las últimas semanas, el peso ha mostrado una leve apreciación frente al dólar, influenciado por el comportamiento del cobre (que subió sobre 5 dólares la libra por anuncios en marzo de que se le aplicaría aranceles del 25%) y las expectativas de la Reserva Federal de EE.UU. También ha influido en la apreciación de nuestra moneda en este período, las intervenciones de Hacienda en el mercado cambiario, que llevó al dólar a cerrar en $951,21 el 28 de febrero y en $948,37 pesos por dólar el 31 de marzo. Intervención de Hacienda que, en los meses de enero, febrero y marzo 2025 salió a vender dólares al mercado cambiario nacional, en subastas de venta, por US$ 2.420 millones de dólares, 500 millones de los cuales fueron introducidos justo entre el 10 y el 14 de enero, después que el tipo de cambio alcanzó a 1.011,82 pesos por dólar, el 06 de enero, intervención que colaboró bastante en el ajuste a la baja del tipo de cambio. La incertidumbre global sigue siendo un factor clave en la evolución del tipo de cambio, impulsada por tensiones geopolíticas y los anuncios arancelarios en EE. UU.
Los resultados fiscales de 2024 fueron altamente deficitarios, profundizando nuestra estrechez fiscal. Tuvimos un déficit estructural de -3,2%% del PIB, superior en 1,3 puntos respecto a la meta 2024 (-1,9%). El déficit efectivo llegó a -2,9% del PIB, mayor en 1,2 puntos sobre la meta. Luego, el país queda enfrentando una seria estrechez fiscal y Hacienda establece metas de 1,6% del PIB para el déficit estructural de 2025 y de 1,7% del PIB para el déficit efectivo. Claramente, son compromisos difíciles de alcanzar pese a lo cual Hacienda se comprometió, en la discusión parlamentaria del presupuesto 2025, a cumplir sus metas y rebajar este año el gasto fiscal en 635 millones de dólares (0,2% del PIB). Sin embargo, estimaciones del CFA indican que, si se quiere lograr las metas fiscales para 2025, las rebajas de gastos requieren un ajuste adicional del orden de 1,5 millones de dólares (0,5% del PIB) lo que aumentará la estrechez fiscal para este año. Estrechez que además, está asociada con recaudaciones menores a las estimadas y con un bajo crecimiento del PIB y, también, con altos pagos de intereses del endeudamiento fiscal, que está además cercano a sus niveles soportables (42,3% del PIB). Se dificulta así, el uso de la política fiscal para impulsar el crecimiento.
Víctor Salas Opazo y Equipo (1)
Conversatorio de Política Económica, ECPE Departamento de Economía, USACH
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1 En el Equipo del además participan el profesor Carlos Yévenes y Sebastián Cuéllar Pedreros como coordinador de ayudantes de investigación y Pía Inostroza, Emanuel Espinoza, Kevin Hernández, José Vásquez, Arael González y Joaquín Núñez como ayudantes de investigación.