En los dos meses recién pasados, octubre y noviembre 2024, ha quedado más clara la evolución que está tomando la coyuntura macroeconómica de nuestro país. La actividad productiva se ha instalado en un nivel levemente por sobre 2% y se estima que terminará alrededor de 2,2% a fin de año. La inflación también se está ajustando lentamente, en octubre estuvo en 4,7% anualizado y en noviembre bajó a 4,2%, tasas similares a las de mitad de año, por lo que se esperan niveles algo superiores a 4,5%, para fin de año. El mercado laboral sigue débil, sin crear nuevos puestos de trabajo, sino más bien perderlos, lo que ha mantenido la tasa de desempleo en altos niveles (8,725% tasa promedio mensual de julio a octubre 2024). La estabilidad macroeconómica sigue difícil de conseguir, aunque se avanza, lentamente. Los riesgos están afuera principalmente, pero acrecentarse el próximo año, cuando asuma Trump en EE. UU.
Al comenzar el mes de noviembre Hacienda corrigió a la baja la proyección de crecimiento para 2024, aunque esperaba en el mejor de los casos un aumento de 2,75% del PIB, sin embargo, la nueva expectativa se ubicó más cerca de la parte baja del rango, en 2,4% y los especialistas esperaban que en noviembre las expectativas volvieran a corregirse a la baja, ubicándose más cercanas al 2,2% de crecimiento del PIB para este año, básicamente porque el IMACEC tuvo en octubre un incremento del 2,3% anualizado, volviendo a dar indicios de un comportamiento zigzagueante con claras señales de que la actividad ha convergido a su ritmo de crecimiento observado en los últimos 5 años anteriores a la pandemia, en donde el promedio de crecimiento del PIB fue del 2,0%.
El IPC general tuvo una variación mensual en promedio de 0,4% en los primeros nueve meses de 2024, según se mostró en el IMC de septiembre del ECPE-USACH, marcando en ese mes una variación de 0,1%, y una inflación acumulada en 12 meses de 4,1%. A su vez, los datos de agosto y septiembre nos indicaban una inflación más estable y suavizada, en donde el principal riesgo estaba vinculado al riesgo geopolítico introducido por la tensión del conflicto bélico en Medio Oriente y el Este de Europa, no obstante, en octubre pasado, el golpe inflacionario fue mayor al esperado, con un incremento de 1,0% y una inflación acumulada en 12 meses de 4,7%, que tuvo relación con una situación local, en particular, con el alza en las tarifas eléctricas, que explicó en gran medida el incremento no esperado del IPC, siendo el más alto desde marzo de 2023 y 0,4% mayor a lo esperado por el mercado. Con el sorpresivo dato de octubre, cambian las expectativas de inflación a 12 meses en diciembre de 2024, ancladas a una variación anualizada de IPC de 3,9%, que en junio eran de 3,7%, implicando que la convergencia al rango meta del Banco Central se aplazará para fines de 2025, llegando al objetivo del 3% el primer semestre de 2026. Finalmente, el dato observado para el IPC de noviembre ha sido de 0,2%, algo sobre las expectativas del mercado, en 0,1%, por lo tanto, inferimos que tanto el IPC como la actividad han vuelto, aunque más lentamente, a su rumbo proyectado para este año y lo de septiembre fue un impacto de una sola vez. Oficialmente se espera que la inflación anual en diciembre este alrededor de 4,2%, aunque otras estimaciones llegan a 4,7%.
En el mes de octubre se destruyeron casi 5.000 puestos de trabajo, muy mala cifra considerando que en los últimos 5 meses más que creación de nuevos puestos de trabajo ha habido una destrucción neta 14.751 puestos de trabajo. Desde julio 2024 no se han creado nuevos puestos más bien se han destruido alrededor de 27 mil puestos y eso mantiene la tasa de desempleo alta (8,6% en octubre).
El ECPE-USACH proyecta que el precio promedio del cobre en diciembre debería oscilar entre US$3,75 y US$4,26, con una estimación puntual que proyecta un precio promedio de US$4,01. La variación del precio durante diciembre estará sujeta a las decisiones de política monetaria de la FED y de otros factores que determinan la demanda del metal, como la incertidumbre económica global y la demora en los estímulos del Gobierno China a su economía (paquete de inversiones), los que marcan una tendencia a favor de dólar, que contrarresta el precio del cobre.
En política fiscal un tema relevante son los riesgos fiscales, alertados por el Consejo Fiscal Autónomo que, en particular, reconocen los factores externos de incertidumbre (la situación económica de China y Estados Unidos, principales socios comerciales de Chile) en las proyecciones de ingresos fiscales, que pueden afectar el cumplimiento de la meta de déficit estructural del 1,9% del PIB para este año y se llegue a un déficit cíclicamente ajustado de $6.924.316 millones, equivalente a 2,3% del PIB. Resultado que también perjudica el control de los precios internos.
Para el próximo año habrá que agregar a los factores externos la incertidumbre de una probable nueva guerra comercial (de aranceles aduaneros) entre EE. UU. y China, que afectará nuestra actividad productiva.
Víctor Salas Opazo
Equipo del Conversatorio de Política Económica, ECPE (1)
Departamento de Economía, USACH
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(1) En el ECPE-USACH participan el profesor Carlos Yévenes y Sebastián Cuéllar Pedreros como coordinador de ayudantes de investigación y Benjamín Oyarce, José Vázquez, Emanuel Espinoza, Kevin Hernández, Pía Inostroza, Arael González y Joaquín Núñez como ayudantes de investigación