Víctor Salas



Víctor Salas

En el inicio del tercer trimestre del año, la coyuntura económica sigue evidenciando que la economía se encuentra en crecimiento, aunque levemente por sobre el nivel de tendencia (2%), y con una inflación anual por ahora del 4,6% anualizada, mucho más alta que las estimadas a fines del año pasado, por lo que el Banco Central, en julio, decidió aplicar el primer freno al ciclo de recortes de la TPM, y hasta la fecha (agosto 19) ha dejado la tasa en 5,75%, con bajas perspectivas de cambiarla en los próximos meses, lo que mantiene una alta tasa de interés de colocaciones bancarias, situación que bien sabemos afecta a la recuperación económica (altas tasas de interés mantienen altos los costos de operación de los productores y también desincentivan el consumo y la inversión)

Después de un fuerte repunte en el primer cuatrimestre de 2024 (2,8%), la actividad productiva del país está ajustándose a un más lento crecimiento y el IMACEC de mayo alcanzó solo 1,1% de aumento, lo que indica que este año tendremos una economía en recuperación, pero lenta.

Los datos recientes nos indican que la actividad económica está mejorando, aunque en un proceso zigzagueante, el que se espera culmine a fin de año con una tasa de crecimiento del PIB del orden de 2,5% a 2,7% y con una inflación aun cercana a 3,6% o más. Lo importante es que la economía ha salido del estancamiento de 2023 y que la inflación se mantiene controlada a un nivel todavía alto, mientras el mercado laboral sigue mostrando debilidad.

La recuperación de los equilibrios macroeconómicos en Chile sigue avanzando, pero sus procesos de ajustes se vuelven más complejos y atados a factores externos. Estamos en un proceso de recuperación de los equilibrios macroeconómicos de nuestra economía, pero aún se observan fuertes tensiones internas y externas que exigen ser cautos en el análisis de la coyuntura económica chilena.

Claramente, la inflación se ve afectada por lo que está pasando con la economía de EE.UU. donde su inflación se mantiene en niveles altos (en relación a su rango meta) y con tendencia de leves aumentos.

La coyuntura económica en los primeros dos meses del año deja ver que la economía logró resolver los desajustes de la demanda interna presentados en los períodos de alza desproporcionada que se registraron en la última parte de 2020 y todo el 2021 (+5,5% promedio trimestral), pasando de -1,9% de crecimiento promedio trimestral en 2022 a -0,4% en 2023. 

Se ha estado luchando, con éxito, por controlar el alza de precios. Desde el 2021 el Banco Central estuvo subiendo la tasa de política monetaria llevándola a 11,25% el 17 de octubre 2022 y la mantuvo en ese nivel hasta el 28 de julio de 2023.

La variación anual del IMACEC fue explicada por la industria manufacturera, el resto de los bienes y los servicios, compensada en parte por la caída de la minería y el comercio.

En la economía chilena el IMACEC se comporta con valores negativos, entre enero y junio, y en julio sorpresivamente sube, mientras que en agosto es -0,9%, dato más acorde con su evolución de 2023, entonces, lo que ocurrió en julio (1,8%), es probablemente un dato atípico que no está acorde con la política monetaria, que si bien ha comenzado a ser más expansiva aún mantiene la TPM en un nivel elevado (9,5%) que sigue siendo contractivo, manteniendo un acceso al crédito restringido, en el mercado financiero.

El IPC de agosto 2023 fue acorde a lo esperado por el mercado, y se registró un alza de 0,1% con respecto al mes anterior, 5,3% en 12 meses y con proyecciones del Banco Central de alcanzar un 4,3% anual a fin de año.