Después de un fuerte repunte en el primer cuatrimestre de 2024 (2,8%), la actividad productiva del país está ajustándose a un más lento crecimiento y el IMACEC de mayo alcanzó solo 1,1% de aumento, lo que indica que este año tendremos una economía en recuperación, pero lenta. Según la Encuesta de Expectativas Económicas se esperaba un 1,8% para el IMACEC de mayo, por lo que es probable un ajuste a la baja en las expectativas de los meses venideros y como hemos dicho antes, se espera que el PIB tenga, a fin de año, un crecimiento entre 2,5% y 2,7%, tasas que son mucho mejores que el 0,2% de 2023, pero claramente no son un indicio de que estemos en una fuerte dinámica de recuperación económica.
En el IMACEC de mayo los sectores productivos tuvieron dispares resultados anualizados, la Minería creció 7,6%, impulsado por el alto precio del cobre en la Bolsa de Metales de Londres, valor que se estima se mantendría en US$4,3 la libra entre 2024 y 2026 (US$3,85 era el estimado en marzo para ese período). Pero, la Industria Manufacturera, bajó -1,4% anual, también el Comercio, registró una variación anual negativa (-2,0%), en cambio, los Servicios crecieron 0,8%.
El mercado laboral sigue débil y los hechos que determinan esta fragilidad no abren buenas perspectivas. Primero, las tasas de desempleo siguen altas, 8,3% en el trimestre móvil marzo-abrilmayo. Segundo, aunque los empleos perdidos se han ido recuperando a mayor ritmo, desde el Conversatorio de Política Económica de la USACH se estima que en Chile faltan 261.398 empleos para tener la misma tasa de empleo pre pandemia. Tercero, en mayo 2024 la creación de empleos (6.000) mostró una fuerte caída, a menos de la mitad del promedio histórico entre 2010 y 2019 en creación de empleos por mes en Chile (16.000 aproximadamente); y Cuarto, más del 50% de los nuevos empleos son informales, por lo que, la tasa de empleo informal en los últimos dos trimestres móviles (febrero a abril y marzo a mayo 2024), se ha mantenido en un punto máximo de 28,2%, desde el último trimestre de 2021.
La inflación persistirá en tasas anualizadas alrededor del 4% y seguramente a fin de año se instale entre 4,2% y 4,5%. Se espera que, en julio, dado el descongelamiento de las tarifas eléctricas, volvamos a niveles de 0,35% de variación mensual de precios, similares al promedio de 2023. Los factores externos, relacionados con las decisiones que tome la FED sobre su tasa de interés de referencia, presionarán los precios internos y dificultarán el ajuste de la TPM que está realizando nuestro Banco Central. Con la rebaja de 0,25% en la última reunión de junio ya se observa una ralentización del proceso de recorte del Central, lo que no permite vislumbrar un ritmo sostenido de convergencia a la meta del 3%, por el contrario, el Banco Central anunció que 2024 terminaría con un nivel de 4,2% (estimaba 3,6% en marzo), lo que claramente es un retroceso. Aunque la Reserva Federal de Estados Unidos (la FED) ha descartado recortes en su TPM para 2024, siempre se debe estar atento a datos recientes de USA que, en este momento, indican que su inflación “ha reanudado su tendencia a la baja”, mientras que su actividad económica tiende a ralentizarse (Bloomberg Línea), lo que facilitaría al menos un recorte de su tasa de referencia este año, decisión que sabemos reduciría el diferencial de tasas de interés, lo que a su vez impactará el flujo de salida de capitales impulsando una depreciación de nuestra moneda respecto del dólar y el correspondiente traspaso cambiario afectaría a los precios internos. En síntesis, se espera que la TPM en Chile se ubique entre 5% y 4,75% a fin de año. La velocidad de ajuste que aplique el Banco Central de Chile dependerá de la evolución del IPC y en gran medida del factor externo.
Si tenemos presente que la demanda interna del país en 2023 cayó, finalmente, en -4.5%, retrocediendo en el cuarto trimestre en 2,5%, entonces son muy positivos los datos de crecimiento de la demanda interna en el primer trimestre de 2024 (último dato disponible), que muestra signos de rápida recuperación (2,02%). Aunque, se observa que, en marzo 2024, el componente Consumo Total de la demanda interna, aportó 1,25% anual, al aumento de esta demanda, luego de soportar 6 meses en valores negativos, mientras el Consumo del Gobierno subió en 4,34% y el Consumo de los Hogares, alcanzó solo a una variación de 0,61% anual, lo que su vez es un indicador de que aún las condiciones financieras siguen estrechas a pesar de la flexibilización monetaria aplicada por el Banco Central y los precios se mantienen elevados respecto a los presupuestos familiares, lo que se agravará durante el periodo por el alza de las tarifas eléctricas, cuya demanda no varía en función del precio, estresando así los presupuestos de todos los hogares. También, la Inversión muestra signos de relativa recuperación, por un lado, la Formación Bruta de Capital (FBC) se recuperó fuertemente en el primer trimestre de 2024 respecto al último de 2023, creciendo en 4,71% anual, sin embargo, la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) cayó por cuarto trimestre consecutivo alcanzando -6,13%, lo que es un signo de la que la inversión no se está enfocando en los bienes duraderos y en proyectos de largo plazo. En simultaneo, el sector de Construcción y otras Obras decreciendo menos que el trimestre anterior (-1,51%, respecto a -3,29%), lo cual es positivo, pero no satisfactorio.
El comercio exterior muestra tendencias positivas. La exportación de bienes y servicios creció prácticamente por cuarto trimestre consecutivo a marzo de 2024, ubicándose en 3,22%, siendo la primera variación positiva desde marzo 2023. Las exportaciones con mejor desempeño fue la Agropecuaria - Silvícola y Pesca (8,23%), no obstante, había decaído -18,5% en el último trimestre de 2023. También, el sector de la Minería creció (3,42%), con fuerte incidencia del Cobre (1,51%). Igualmente, los servicios crecen (2,6%). Mientras que, la Industria registró una variación anual negativa en sus exportaciones en este primer trimestre 2024 (-2,21%).
Finalmente, la coyuntura económica tiene componentes políticos. La incertidumbre respecto al anclaje del IPC y la restricción que implica para el descenso del precio del dinero se verá prontamente afectada por el periodo de elecciones políticas que se avecinan entre fines de este año y el próximo, tanto en Chile como el mundo (ya estamos en eso). Las variantes políticas traen de vuelta el riesgo geopolítico en el escenario económico, dilatando aún más de lo que está haciendo el escenario actual, la vuelta a los equilibrios macroeconómicos prepandemia. Los actores políticos internos siguen sin conseguir acuerdos.
Víctor Salas Opazo y Equipo[1]
Conversatorio de Política Económica
Departamento de Economía, USACH
[1] En el Equipo del además participan el profesor Carlos Yévenes y Sebastián Cuéllar Pedreros como coordinador de ayudantes de investigación y Benjamín Oyarce, como ayudante de investigación.
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