La economía chilena transitó, en abril 2025, por un escenario de moderada recuperación en un contexto global caracterizado por alta incertidumbre financiera, tensiones comerciales y señales de desaceleración en los principales socios comerciales de Chile.
A nivel interno, persisten presiones inflacionarias que, si bien muestran signos de contención, se mantienen por sobre el rango meta del Banco Central. En abril de 2025 la inflación subió en 0,2% mensual, por debajo de las expectativas del mercado, ajustando desde 4,9% a 4,5% la inflación anualizada Las principales alzas se observaron en las divisiones de bienes y servicios diversos (1,2%) y vivienda y servicios básicos (0,2%), mientras que vestuario y calzado presentó una disminución de -2,0%.
Se sabe que los aumentos de precios de la producción empujan los costos y eso está ocurriendo ahora, datos de marzo de 2025, del Índice de Precios de Productor de Industrias, IPP de Industrias, del INE, que agrupa los sectores de manufactura, minería y electricidad, gas y agua, registró una variación mensual de 0,4%, acumulando un 1,8% en lo que va del año y una variación anualizada de 5,9%, resultados que indican la persistencia de las presiones inflacionarias.
Desde el ECPE-USACH se estima que la inflación de mayo será de 0,32%, por lo que la inflación en 12 meses a mayo 2025 alcanzaría a 4,52%, vale decir, que el indicador no baja y se mantiene fuera de control, pero estable en el margen de la meta y en línea con la meta del 3% en el horizonte de dos años.
La actividad productiva de la economía, medida por el Índice Mensual de Actividad Económica, IMACEC, indica que en marzo subió 3,8% y los responsables de esta expansión son el comercio (8,9%) y la industria manufacturera (6,1%), pero pese a este positivo dato, sigue en niveles bajos, creciendo exactamente, 2,066% promedio en el primer trimestre de 2025. Así, se observa que la actividad productiva sigue estancada, alrededor del 2,0%/2,3%, y amenazada por la alta incertidumbre económica mundial. El panorama externo continúa siendo incierto, con un incremento en la volatilidad global. Factores como las alzas arancelarias implementadas por Estados Unidos afectan particularmente a Chile, una economía abierta y altamente dependiente de las exportaciones, lo que podría generar presiones adicionales en el sector externo y la economía.
En paralelo, el mercado laboral continúa mostrando signos de fragilidad, con una alta tasa de desempleo, de 8,7% en marzo 2025, igual a la del año pasado; donde ese mes en vez de crear, se destruyeron 8 mil puestos de trabajo; con niveles de informalidad elevados, aunque a la baja, puesto que en marzo la tasa de ocupación informal fue 25,8%, disminuyendo 2,3 puntos porcentuales interanual; y una recuperación del empleo que no logra consolidarse plenamente.
El problema se puede volver mayor, puesto que los aranceles que pone EE. UU. a China afectan su propio nivel de producción y lo mismo puede ocurrir con las tarifas que en represalia aplicó China a los productos importados desde EE. UU., efectos recesivos que seguramente se han tenido en cuenta para que estos países hayan acordado, desde el 14 de mayo, una especie de tregua, bajando los aranceles a niveles aceptables para ambas naciones, pero solo por 90 días. Lo que no reduce necesariamente la incertidumbre en el resto de las economías del mundo.
El tipo de cambio ha exhibido una marcada volatilidad fluctuando su valor entre 936,74 y 1.000,01 pesos por dólar, influido por factores externos como la política arancelaria de Estados Unidos y la evolución del precio del cobre. Durante la primera semana de abril, los mercados de metales sufrieron altas tensiones asociadas al anuncio de la imposición de aranceles por parte de EE.UU. en el autoproclamado “Día de la Liberación” (02 de abril). Estas medidas generaron pánico e incertidumbre en los mercados, provocando que los principales importadores de cobre compren antes de que las alzas estuviesen reflejadas en los precios. Paralelamente, la respuesta de China a los aranceles recíprocos generó una escalada en las tensiones geopolíticas, afectando las expectativas de los inversionistas y acentuando los miedos de una posible recesión mundial. El precio del cobre más bajo del mes se materializó el día 11 de abril, cerrando con un valor de 3,89 US$/lb. Sin embargo, esta presión fue levemente aliviada luego de que Trump anunció una pausa de 90 días en algunos aranceles, y los compradores chinos aumentaron fuertemente sus inventarios de cobre refinado aprovechando la gran caída del precio del cobre en la primera semana del mes, lo que ayudó a un pequeño repunte del precio del cobre durante las siguientes semanas. Luego de la caída del 11 de abril, el precio del cobre se recupera y cierra en valores de 4,26 US$/lb el día 28 de abril. La negociación recientemente abierta entre EE. UU. y China, deja en suspenso la incertidumbre, aunque ha calmado algo las tensiones comerciales.
El Consejo Fiscal Autónomo, CFA, ha remarcado en su informe evaluativo de la situación fiscal al primer trimestre 2025, que existe un “creciente nivel de deterioro de las arcas fiscales”. Se podría decir entonces que se ha estado profundizando la estrechez fiscal que vive el país. La estrechez fiscal significa que los gastos son mayores que los ingresos fiscales y que de manera continua se han estado superando las metas de déficit fiscal comprometidas (estructurales y efectivas) y entonces el Estado termina contrayendo deudas para financiar un mayor gasto. En 2024 el presupuesto del sector público terminó con déficits muy superiores a las metas originalmente planteadas, empeorando la situación fiscal para este año. El déficit estructural de 2024 fue de -3,2%% del PIB, superior a la meta (-1,9%). El déficit efectivo llegó a -2,9% del PIB, mayor en 1,2 puntos porcentuales del PIB respecto a meta. Luego se gastó más que los ingresos fiscales y no solo en 2024, también los años anteriores. Y, será difícil que los ajustes comprometidos por Hacienda para el presupuesto 2025, bajen los altos déficits fiscales aún con la propuesta reciente de reducir casi 2.000 millones de dólares en el gasto público, la que incorpora los compromisos tomados por Hacienda en la discusión parlamentaria del Presupuesto (565 millones de dólares) y además incorpora ajustes de 564 millones de dólares en reducción de gastos administrativos y 870 millones de dólares en un acuerdo parlamentario para subir algunos impuestos, medidas que se ven poco factibles, de ejecutar las primeras y de acordar con el parlamento, las segundas. Así se observa que la política fiscal ya no es un instrumento de la política económica que se pueda utilizar en impulsar el crecimiento económico, el que, además, se ha dicho, se proyecta con un 2% de crecimiento para este año.
El escenario macroeconómico nacional se presenta condicionado por un entorno externo de alta incertidumbre, donde factores geopolíticos, comerciales, financieros y monetarios continúan incidiendo en la dinámica de los precios, la tasa de interés, el tipo de cambio, el PIB y el mercado laboral. Pese a ello, la mantención de la TPM en 5,0% por parte del Banco Central refleja una estrategia prudente y consistente con el objetivo de convergencia inflacionaria hacia la meta del 3% y el control de precios. No obstante, la persistencia de brechas estructurales en el empleo, la informalidad laboral y la sensibilidad de los mercados frente a choques externos, evidencian la necesidad de seguir monitoreando atentamente la evolución de las variables clave, que inciden directamente tanto en la estabilidad como la reactivación económica en el corto y mediano plazo. Este panorama desafiante exige una conducción económica prudente, en línea con las decisiones adoptadas por las autoridades monetarias y fiscales para preservar la estabilidad y mitigar los riesgos asociados al entorno internacional y la estrechez fiscal que tenemos.
1 En el ECPE participan los profesores Víctor Salas y Carlos Yévenes y Sebastián Cuéllar Pedreros, como coordinador de ayudantes de investigación, y Pía Inostroza, Kevin Hernández, Emanuel Espinoza, Arael González y Joaquín Núñez como ayudantes de investigación.
Víctor Salas Opazo y Equipo1
Conversatorio de Política Económica, ECPE
Departamento de Economía, USACH