Señor Director:
El auge del comercio electrónico y las fechas de alta demanda han dejado en evidencia la fragilidad de la logística en Chile. A las largas distancias y zonas aisladas se suman hoy la congestión en ciudades y puertos, lo que impacta no solo al consumidor final, sino también a sectores productivos estratégicos como la minería y la agricultura.
Con el paso del tiempo, la digitalización dejó de ser una alternativa para transformarse en una necesidad. Sistemas de trazabilidad y optimización de rutas son esenciales para anticipar problemas y dar continuidad a la operación, especialmente cuando se proyecta que el mercado logístico local alcanzará los USD 13.000 millones en 2025.
El desarrollo del país exige una logística eficiente y resiliente. Esto implica adoptar nuevas tecnologías, fortalecer la coordinación entre actores públicos y privados y modernizar la infraestructura crítica. De lo contrario, la cadena de suministros seguirá siendo un cuello de botella para la economía nacional, encareciendo costos, limitando la competitividad y afectando la vida cotidiana de millones de chilenos.
Atentamente,
Cristóbal López, Country Manager de Drivin