La actividad manufacturera de Estados Unidos se disparó en agosto al situarse el índice de gerentes de compras (PMI) elaborado por S&P Global en los 53 puntos frente a los 49,8 anteriores, su mejor marca desde mayo de 2022.
La agencia ha explicado que las condiciones operativas del sector industrial mejoraron en un contexto de aumento de la producción y sólido crecimiento de los nuevos pedidos. Las empresas también contrataron a más trabajadores para satisfacer la demanda.
De su lado, la ampliación de inventarios contribuyó parcialmente al repunte de la producción, ya que las existencias de productos acabados aumentaron hasta alcanzar su mayor nivel en más de un año por la preocupación suscitada por los precios y las limitaciones de suministro.
Los contactos de S&P Global volvieron a responsabilizar de esta circunstancia a los aranceles por cuanto provocaron en agosto un "fuerte encarecimiento" de los costes de los insumos y, a su vez, un incremento importante de los precios de venta.
"El sector manufacturero está posicionado para impulsar la economía estadounidense en el tercer trimestre", ha resumido el economista jefe del área de empresas de S&P Global Market Intelligence, Chris Williamson.
"Los aumentos de los costes se están trasladando a los clientes mediante subidas generalizadas de los precios de fábrica. La gran pregunta es hasta qué punto dichas subidas se traducirán en una mayor inflación en los próximos meses", ha añadido.