Sr. Director:
Aunque tradicionalmente se ha asociado con la digestión, cada vez más investigaciones demuestran cómo la microbiota impacta directamente en el sueño, el bienestar emocional e incluso en el comportamiento. Compuesta por miles de especies de bacterias, virus y hongos, nuestra flora intestinal, es mucho más que una red de microorganismos que ayudan descomponer los alimentos y extraer sus nutrientes.
María Cristina Escobar, directora de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello sede Concepción, explica que la microbiota influye en la producción de neurotransmisores como la serotonina y el GABA (ácido gamma-aminobutírico), directamente relacionados con el estado de ánimo y la calidad del sueño. "Cuando hay equilibrio favorece un buen descanso y regula los ciclos de sueño", señala.
Conexiones entre el cerebro y el intestino
La relación entre el intestino y el cerebro, conocida como Eje Intestino-Cerebro, conecta la flora intestinal con la regulación de nuestro ritmo circadiano, el cual controla las fases de sueño y vigilia. La nutricionista advierte que un desbalance puede alterar este ritmo, dificultando el descanso nocturno y afectando nuestro bienestar general. "Cuando los microorganismos intestinales no están en equilibrio, los problemas de sueño y de ánimo, como el insomnio o la ansiedad, son más comunes", agrega.
En este sentido, el estilo de vida actual y los hábitos diarios tienen un impacto directo en nuestra microbiota y, por ende, en la calidad de nuestro sueño. Escobar recomienda una dieta rica en fibra, frutas, verduras, y alimentos fermentados como el yogur o el kéfir. En cambio, el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, altos en azúcares y grasas, así como el estrés crónico y la falta de sueño, producen alteraciones. Además, el uso excesivo de antibióticos puede desequilibrar la microbiota y afectar el descanso y también el sistema inmune y la capacidad de respuesta ante patógenos.
La constante alteración de la flora intestinal trae consecuencias a la salud. Una microbiota desequilibrada, o disbiosis, se relaciona con múltiples condiciones: el síndrome del intestino irritable e inflamaciones del intestino. También obesidad, enfermedades autoinmunes, trastornos del ánimo (ansiedad y depresión) y alteraciones neurodegenerativas.
Un diagnóstico recurrente hoy es el Sobrecrecimiento Bacteriano del Intestino Delgado (SIBO). “Corresponde a un crecimiento excesivo de bacterias en el intestino delgado, donde normalmente hay pocas”, acompañado por síntomas como dolor abdominal, diarrea, flatulencia e hinchazón. “Puede llegar a la malabsorción de nutrientes y, por ende, comprometer el estado nutricional”.
Para mantener una microbiota saludable y, con ello, mejorar la calidad del sueño. "Es importante seguir una dieta balanceada y rica en fibra, incluir probióticos y prebióticos en la alimentación, y practicar actividad física regularmente". Además, dormir entre 8 y 10 horas al día y practicar técnicas de relajación o meditación para reducir el estrés, recomienda la especialista.
María Cristina Escobar, directora de Nutrición y Dietética de la Universidad Andrés Bello sede Concepción