​La revolución en la salud chilena que aún no se realiza

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Alfredo barriga 2

El año 2012 hice una asesoría al Ministerio de Salud, sobre una Agenda Digital de Salud 2020. Lamentablemente, no se hizo nada al respecto. Doce años después, sigue estando vigente, y sigue – según mi opinión – siendo una gran herramienta para el mejoramiento de la salud pública y privada del país.


La pieza maestra de la Agenda era el desarrollo de una Ficha Electrónica de Salud Única, no “en vez de” las existentes, sino “además de”. Cada Hospital y Clínica en Chile tiene su sistema de información. La mayoría es digital, y es un software denominado genéricamente HIS (Hospital Information System, o Sistema Informático de Hospitales). La ficha se denomina genéricamente HCE (Historial Clínico Electrónico). Pero – y aquí el problema – cada una es “a su pinta”.


La propuesta era desarrollar una ficha única que “conversara” con todas las existentes, utilizando un estándar de salud como el HL7 (uno de los estándares más utilizados para el intercambio, integración y recuperación de información médica).


Actualmente los datos clínicos son una barrera de salida para los pacientes que se atienden en una clínica. Si se van a otra clínica u hospital, pueden pedir los datos (por ley son suyos), pero pueden recibir… ¡un listado! O les entregan un archivo, que en la nueva clínica no pueden leer. Por lo tanto, unificar la forma en que se estructura la información clínica de un paciente permitiría acceder a la misma desde cualquier clínica, hospital, laboratorio de exámenes o consulta médica. El paciente realmente sería el dueño de su información clínica y podría contratar las prestaciones donde y cuando quisiera.


Otra ventaja sería que todos los médicos, generales o especialistas, que interactúen con el paciente, tendrían acceso a toda la información, y no solo a la que disponen en su especialidad. En salud, más información es mejor salud. El ejemplo que puse en el video que hice para la ocasión, el médico que atendía a la paciente la derivaba a exámenes de nivel de glucemia, porque tenía en la ficha información de que sus padres tenían diabetes mellitus 2.


La agenda digital de salud propuesta tenía otros elementos interesantes de mencionar. Por ejemplo, el manejo centralizado de derivaciones, de forma que cualquier médico del sector público pudiera derivar un paciente e incluso reservar hora desde su computador o su smartphone, puesto que habría una plataforma de consultas especialistas con todas las horas disponibles. Hoy entregan una derivación en papel, y hay que ir al hospital a pedir hora, a veces debiendo levantarse de madrugada para alcanzar a coger un número de atención.


La interacción paciente/sistema también estaba contemplada en la propuesta, de forma que se generaba un aviso automático 24 horas antes de la consulta médica, y se podía confirmar o cancelar la consulta y reemplazar por otra.


Eso fue con la tecnología existente el 2012. Hoy habría que añadir la IA, que haría automáticamente el trabajo para el médico de detectar la posible diabetes del paciente, y mediante un chatbot podría agendar la hora de consulta.


Hay que decir, en defensa de que aún no pasa nada, que el esfuerzo necesario para implementar en un 100% estas ideas en la salud chilena son titánicos, y que requerirían del respaldo de legislación.


Pero los beneficios serían también enormes, y creo que la salud de los chilenos bien merece la pena. Es más, aunque no he hecho el ejercicio, podría apostar a que el ahorro en salud del Estado sería mayor que el costo. Y la salud sería más ágil y oportuna.


A quienes quieran ver un corto video sobre la propuesta, les entrego el link a YouTube: https://www.youtube.com/watch?v=WRXs41iy13I



Alfredo Barriga,

Profesor UDP,

Consultor de Transformación Digital e Innovación

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