MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
El Banco Central Europeo (BCE) se encuentra "en una buena posición" desde el punto de vista de la política monetaria y, aunque no se trate de una posición fija, la institución hará todo lo necesario para asegurarse de mantenerla, según ha indicado este jueves la presidenta de la entidad, Christine Lagarde.
Durante la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, que ha mantenido sin cambios por tercera ocasión consecutiva los tipos de interés, la francesa ha destacado que la economía del euro sigue creciendo, a pesar del complejo entorno global, aunque las perspectivas son inciertas, debido a las disputas comerciales globales y las tensiones geopolíticas en curso.
"Con un crecimiento del 0,2% en el tercer trimestre, ligeramente superior al consenso (...) no me quejaría demasiado del crecimiento en este momento", ha comentado Lagarde, reconociendo, no obstante, que "podemos hacerlo mejor. Esperamos que así sea".
Asimismo, la presidenta del BCE ha recordado que los indicadores de inflación subyacente se mantienen en línea con el objetivo a medio plazo del 2% y la mayoría de las medidas de expectativas de inflación a largo plazo se mantienen también en torno al 2%, respaldando la estabilización de la inflación en torno a la meta del BCE.
"Desde el punto de vista de la política monetaria, nos encontramos en una buena posición. ¿Es una buena posición permanente? No. Pero haremos todo lo necesario para asegurarnos de mantenerla", ha resumido.
La banquera central de la zona euro ha destacado que algunos de los riesgos a la baja para el crecimiento de la economía han disminuido o se han mitigado en las últimas semanas, incluyendo el efecto del acuerdo comercial UE-EEUU, el reciente alto el fuego en Oriente Próximo y los progresos en las negociaciones comerciales entre EEUU y China anunciados este mismo jueves.
"Algunos de los riesgos a la baja para el crecimiento han disminuido, y hemos mencionado específicamente estos tres. No llegaría necesariamente a la misma conclusión respecto a la inflación", ha precisado Lagarde, añadiendo que el BCE mantiene una visión más equilibrada al respecto, analizando tanto los riesgos al alza como a la baja para la evolución de los precios.
En concreto, la francesa ha señalado el riesgo al alza para la inflación "que aún no se ha materializado" que derivaría de posibles 'cuellos de botella' e interrupciones en la cadena de suministro en relación con los resultados de las negociaciones comerciales entre Washington y Pekín, en particular en lo que afecta a las tierras raras, que, constituyen un segmento muy importante de las cadenas de suministro para numerosos sectores, incluyendo el automotriz y el energético.
Asimismo, ha explicado que el BCE vigila la composición de la inflación, con atención a la evolución del mercado laboral y de los salarios y su impacto en la inflación.
EL DINERO ES UN BIEN PÚBLICO.
Por otro lado, tras el anuncio del BCE de que el proyecto del euro digital pasará a una siguiente fase tras completar con éxito el periodo de preparativos, abriendo la puerta, si se aprueba la legislación pertinente en 2026, para llevar a cabo pruebas piloto en 2027 y una primera emisión para 2029, Lagarde ha defendido el carácter de "bien público" del dinero.
"El dinero es un bien público" construido en torno al dinero del banco central, que es el pilar sobre el que prospera y se desarrolla el dinero comercial, creado por los bancos, pero este pilar es fundamental para garantizar que el dinero siga siendo un bien público y, por tanto, el dinero del banco central deberá seguir siendo una parte activa del sistema.
De tal modo, ha reiterado que el euro digital es la versión digital de un billete y la misión del banco central debe ser garantizar que el dinero siga siendo ese bien público disponible para los europeos.
"Quizás dentro de diez años haya menos billetes en circulación, pero la gente seguirá necesitando la certeza de que un euro es un euro, igual que una rosa es una rosa", ha comentado, subrayando que el euro digital "no es un proyecto en busca de una causa", sino que representa la capacidad de Europa para defenderse y para realizar transacciones con una moneda propia.
"Lo fundamental es que el dinero es un bien público, los bancos centrales son los custodios de ese bien público y el dinero emitido por los bancos centrales debe tener su forma digital porque estamos entrando en una era diferente en la que no todo el mundo querrá necesariamente tener billetes", ha apuntado.