La salud metabólica antes y durante el embarazo puede tener una mayor influencia en los riesgos para la madre y el bebé que simplemente controlar el aumento de peso, según un estudio del Centro de Investigación Biomédica de Pennington en EEUU.
Para el desarrollo de la investigación, los autores evaluaron a 400 mujeres embarazadas con "obesidad metabólicamente saludable", que es obesidad sin factores de riesgo metabólicos importantes, y a aquellas con "obesidad metabólicamente no saludable", que es obesidad con al menos dos factores de riesgo metabólico, como niveles altos de azúcar en sangre, presión arterial alta o colesterol.
En este sentido, descubrieron que las mujeres con obesidad metabólicamente no saludable aumentaron casi un 37% menos de peso durante el embarazo, pero tenían el doble de probabilidades de desarrollar diabetes gestacional que aquellas con obesidad metabólicamente saludable.
"Tradicionalmente, se ha puesto un fuerte énfasis en el aumento de peso durante el embarazo, ya que el aumento de peso excesivo está relacionado con resultados adversos tanto para la madre como para el bebé. Pero el feto no siente el peso; en cambio, crece en función de sustratos metabólicos como la glucosa y los lípidos, que tienden a elevarse con la obesidad", señala la investigadora y directora del laboratorio de Fisiología del Desarrollo en Pennington Biomedical, Emily Flanagan.
Asimismo, el estudio incluyó intervenciones en el estilo de vida, y ambos grupos iniciaron la intervención hacia el final del primer trimestre y respondieron de manera similar. Esto indica que una intervención temprana, específicamente diseñada para mejorar la salud metabólica, en lugar de controlar únicamente el aumento de peso, podría haber ayudado a reducir la exposición prolongada y elevada del feto a la glucosa y los lípidos, especialmente en madres con niveles elevados de sustratos al inicio del embarazo.
Por tanto, estos hallazgos desafían la suposición de que controlar el aumento de peso gestacional es suficiente. "Hay que cambiar el enfoque hacia intervenciones tempranas que ayuden a regular los niveles maternos de glucosa y lípidos para mejorar realmente los resultados de salud de una madre y su bebé", concluye la doctora Flanagan.