La declaración de ilegalidad de ciertos gravámenes podría afectar decisiones logísticas y tarifas de fletes
La consolidación de iniciativas de EE. UU. para reforzar sus políticas arancelarias, sumadas a los vaivenes de las tarifas de fletes marítimos configuran un panorama de incertidumbre para los propietarios de carga. De este modo, y a pesar de que “el panorama arancelario en EE.UU. parece consolidarse”, según Judah Levine, jefe de investigación de Freightos, las investigaciones comerciales impulsadas por la administración del Presidente de EE.UU., Donald Trump, sobre productos como semiconductores, farmacéuticos y madera podrían derivar en nuevos gravámenes sectoriales en breve.
Paralelamente, la relación con China sigue tensionada. Pekín enviará un negociador de alto nivel a Washington tras la extensión de 90 días de los aranceles del 30% sobre sus exportaciones, medida que si bien generó “cierto aumento en la demanda marítima” no ha logrado revertir “una tendencia a la baja en volúmenes y tarifas”, explica Levine.
En medio de aquello, la política arancelaria de Trump ve crecer un escollo a nivel local desde del ámbito legal, luego que la semana pasada la Corte Federal de Apelaciones dictaminara que los gravámenes aplicados bajo las reglas de la Ley de Poderes Económicos en Emergencias Internacionales (IEEPA, por sus siglas en inglés) exceden la autoridad otorgada al presidente por el Congreso de EE.UU.
Entre las medidas afectadas figuran los aranceles recíprocos y los vinculados al fentanilo impuestos a México y Canadá. Aunque la medida no toca los gravámenes al acero, aluminio, autopartes ni las penalizaciones a India y Brasil, a juicio del analista de la industria marítima, Lars Jensen, abre un frente judicial que podría escalar.
“Los importadores estadounidenses tendrán que convivir con una fuerte incertidumbre por un tiempo”, advierte Jensen, quien plantea además la incógnita sobre si un fallo adverso de la Corte Suprema permitiría reclamar reembolsos de los aranceles pagados.
Caída sostenida de las tarifas de fletes
El impacto de los aranceles se refleja también en las dinámicas del transporte marítimo. Levine señala que “los arribos (a EE. UU.) de contenedores, a través de la ruta Transpacífico probablemente alcanzaron su máximo en julio”, debido a los embarques adelantados antes de la fecha original de expiración de los aranceles (12 de agosto). Desde entonces, las tarifas spot Asia-EE. UU. han caído entre 60% y 70%, afirma.
De acuerdo con el Baltic Freightos Index (FBX) la ruta Asia a la Costa Oeste de EE. UU. (USWC) registró una baja del 10% hace una semana, a US$1.744/FEU, el nivel más bajo desde diciembre de 2023. Las tarifas en la ruta Asia - Costa Este de EE.UU. (USEC) cayeron 21%, acumulando un retroceso de 34% en agosto.
En tanto, los desvíos por el Mar Rojo y los cambios de itinerarios para esquivar nuevos aranceles portuarios a operadores navieros chinos en EE. UU., previstas para octubre, también condicionan el mercado. Jensen observa que las tarifas del índice de Carga Contenerizada de Shaghái (SCFI) en el Pacífico subieron levemente, “pero es probable que sea solo un repunte temporal antes de la Semana Dorada en China”. En Asia-Europa, los valores ya “casi han vuelto a niveles previos a la temporada alta”, apunta.
El debate sobre el de minimis
Otro tema candente en los últimos días ha sido el e-commerce, sector que enfrenta sus propios desafíos regulatorios. La Casa Blanca suspendió en mayo la exención de minimis para importaciones chinas, lo que habría provocado una caída de hasta 50% en los envíos B2C desde China a EE. UU. Sin embargo, “el volumen total de exportaciones chinas sigue creciendo, con un claro viraje hacia Europa”, señala Levine.
El cambio de foco ha duplicado en valor las importaciones de e-commerce en Europa y el Reino Unido, desatando “llamados a poner fin a las excepciones de minimis” también en estos mercados. Este debate podría redefinir la competencia entre el retail local y plataformas chinas, así como el equilibrio entre recaudación fiscal y fluidez logística.
A pesar de estos ajustes regulatorios, las tarifas aéreas hacia América del Norte subieron un 2%, a US$5,57/kg, reflejando un reacomodo de la capacidad de carga entre regiones.
El comercio internacional, atrapado entre decisiones políticas, demandas judiciales y cambios regulatorios, entra en una fase en la que la incertidumbre será la norma. Como advierte Jensen, las líneas navieras y propietarios de carga deberán “navegar un terreno inestable, donde cada decisión arancelaria tiene efectos inmediatos en las cadenas de suministro”.
Por MundoMaritimo