A medida que la inteligencia artificial, la automatización y las plataformas digitales transforman el mundo del trabajo, Chile enfrenta un dilema clave: ¿está su fuerza laboral preparada para competir en la economía del conocimiento? Las cifras indican que no. Según la Estrategia Digital 2035, un 57,8% de los empleos en el país tiene alta probabilidad de automatización antes del 2048, y el riesgo aumenta considerablemente entre personas con menor nivel educativo y mayores de 50 años.
Chile tiene hoy más de 9,8 millones de personas en edad de trabajar, y se estima que la población mayor de 60 años se duplicará en las próximas décadas. Sin embargo, una parte significativa de este segmento se mantiene al margen de la transformación digital. “Más del 60% de los adultos mayores considera que la falta de habilidades digitales les impide acceder a mejores oportunidades de empleo o emprendimiento”, reveló el programa de OpenSeniors, para la formación digital de personas entre 55 y 70 años.
La urgencia de revertir esta realidad es compartida por organismos internacionales y nacionales. El más reciente informe del Foro Económico Mundial proyecta que un 23% de los empleos en el mundo cambiará de aquí a 2027, con un crecimiento del 10,2% de nuevos puestos y una pérdida del 12,3%. A nivel local, estudios del Banco Central y la Comisión Nacional de Productividad coinciden en que la baja adopción de herramientas digitales en el trabajo (especialmente fuera del ecosistema de servicios profesionales) explica buena parte de la brecha de productividad con países desarrollados.
Alejandro Pantoja, director del programa OpenSeniors, subrayó que “la transformación digital no puede excluir a quienes han sido protagonistas del desarrollo económico del país en las últimas décadas. Muchos trabajadores mayores quieren seguir aportando, pero necesitan acompañamiento y herramientas para adaptarse a un mundo cada vez más digital”.
El programa de alfabetización digital para la empleabilidad de OpenSeniors (que se enmarca en el fondo Entel +55) ofrece formación gratuita durante tres meses, en formato híbrido, con módulos que van desde la alfabetización y productividad digital hasta el uso de inteligencia artificial en el entorno laboral. Incluye también herramientas para trabajo remoto, marketing digital, finanzas y gestión de proyectos. “Hemos comprobado que cuando las personas mayores reciben formación práctica y accesible, no solo ganan autonomía, sino que amplían sus oportunidades reales de reinserción laboral y emprendimiento”, afirmó Pantoja.
Los beneficios de una fuerza laboral más digitalizada son múltiples. Desde una mejora directa en la productividad hasta la posibilidad de incorporar a los adultos mayores en mercados emergentes como el de las soluciones SilverTech. Además, la digitalización laboral puede favorecer el teletrabajo, el empleo flexible y la economía colaborativa, modalidades ideales para personas con alta experiencia, pero necesidades distintas a las del empleo tradicional.
“La economía digital exige nuevas competencias, pero también una visión inclusiva que valore la diversidad generacional”, sostuvo Pantoja. En esa línea, agregó que “la capacitación digital no es solo una política laboral, es una política de cohesión social y una estrategia para el desarrollo productivo del país”.
Según datos del INE y la CEPAL, el 43% de las personas mayores de 55 años en Chile no ha recibido ningún tipo de formación digital en los últimos cinco años, y solo el 27% declara sentirse competente usando herramientas digitales en el trabajo. Frente a este escenario, organismos como la OCDE y la Comisión Nacional de Productividad coinciden en que una fuerza laboral digitalmente alfabetizada es un factor determinante para aumentar la productividad, reducir la desigualdad y sostener el crecimiento económico en economías en transición como la chilena.