Ante un auditorio de estudiantes y cuerpo académico, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, participó este miércoles del Conversatorio UAndes, organizado por la Escuela de Negocios de la Universidad de Los Andes. La instancia fue moderada por el académico de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de dicha casa de estudios y exdirector de Presupuestos, Matías Acevedo.
En su presentación, Marcel comenzó abordando los desafíos fiscales que enfrentó esta administración al asumir y cómo se desarrolló el proceso de normalización de la economía y las finanzas públicas. En esa línea, aunque la autoridad destacó el reconocimiento de los mercados y las agencias clasificadoras de riesgo sobre esta gestión, alertó que las presiones de largo plazo sobre las finanzas públicas son muy sustantivas y, sobre todo, muy distintas al escenario de 15 o 20 años atrás. Por lo tanto, sostuvo, “esto requiere acción en el plano de los ingresos, de los gastos, de la gestión de la deuda; ninguna de esas dimensiones podemos darnos el lujo de dejarla fuera en la gestión fiscal del futuro. Para eso necesitamos levantar un poco la mirada, tratar de aunar posiciones, ir más allá del debate gobierno-oposición o de gobierno-Congreso para tratar de tomar decisiones de largo plazo, cosa que no es fácil cuando uno tiene gobiernos de cuatro años".
Continuó explicando que, si bien la conducción de la política fiscal es exclusiva del Ejecutivo, hoy hay múltiples intervinientes que complejizan esta tarea. “El Congreso durante los últimos años -y me refiero por lo menos a los últimos 7 u 8 años- en materia fiscal ha tenido una serie de tentaciones de vulnerar algunas normas constitucionales sobre iniciativa exclusiva en materia de ingreso o de gasto. Afortunadamente la gran mayoría de ellas no se ha materializado, pero es un fenómeno permanentemente presente. Y hoy día, por ejemplo, cuando buscamos implementar una serie de medidas para controlar el gasto en el largo plazo, lo que vemos es que no es fácil convencer a los parlamentarios”, dijo Marcel.
A eso, agregó, se suman otros desafíos importantes que, vistos a largo plazo, añaden presión a las finanzas públicas. El primero que mencionó es el envejecimiento de la población, pues se estima que la población de adultos mayores sobre 70 años crecerá en torno al 4% anual por los próximos diez años, reforzando así la tendencia de gasto en pensiones y salud. El ministro explicó que “el principal driver del gasto público durante la última década ha sido el gasto en salud y el gasto en pensiones. Y va a seguir siéndolo en los próximos años. Especialmente para los que tienen el propósito de recortar el gasto público, les quiero decir que el gasto en salud solo por una cuestión demográfica inercial crece por lo menos 1.000 millones de dólares al año. Hay una parte muy significativa del gasto público que depende de la demografía y eso no es obviamente fácil de compensar y difícilmente lo vamos a compensar solo con modificaciones del lado del gasto administrativo”.
En segundo lugar, mencionó el uso del total de licencias médicas tanto en el sector privado como público. Hace diez años atrás estas absorbían dos puntos porcentuales del 7% de cotización para salud y hoy absorben cerca de cinco puntos, lo que implica que anualmente en el Subsidio por Incapacidad Laboral (SIL) se gastan 2 billones de pesos. Así, Marcel dio cuenta que el tema de las licencias tiene tres dimensiones: el costo para el Estado, el impacto del mal uso en el resto de los trabajadores y el diseño del SIL. “Este es un ejemplo de aquellas cosas sobre las cuales tenemos que actuar si queremos tener un buen control del gasto público en el largo plazo. Cortar honorarios, viáticos y horas extraordinarias es algo que suena bien, pero cuantitativamente es pequeño y efímero. Este tipo de cosas son sustantivas y son permanentes. Pero para eso tenemos que legislar". Esto último en alusión al proyecto que modifica el SIL y establece una carencia de dos días para las licencias, a todo evento independiente de su duración.
En tercer lugar, el secretario de Estado abordó como desafío el empleo público. "Las cifras de empleo público muestran que prácticamente todo el crecimiento neto que hemos tenido en los últimos años corresponde a personal de salud. Hay un efecto, por así decirlo, estadístico, que está ligado a los SLEP, donde todos los profesores y los auxiliares de la educación que antes estaban fuera de la cobertura del gobierno central, ahora están dentro. Eso es un número importante, pero no es un aumento neto, por así decirlo, del empleo público en un sentido amplio del término”, detalló. Según la encuesta del INE, en junio se vio una importante caída anual en el empleo público de alrededor de 70 mil trabajadores.
Marcel también reafirmó que durante esta administración el cuidado de las finanzas públicas ha sido un eje central de la gestión del gobierno. “Este no ha sido un periodo de gasto desbocado, sino que ha sido un periodo de ajuste a un ritmo de crecimiento del gasto público muy distinto al que estábamos acostumbrado anteriormente. Por supuesto, si nos vamos más atrás, a los 90 o principios de los 2000, vamos a encontrar cifras de crecimiento del gasto más cercanas al 6, 7 u 8%. Pensemos en la diferencia de órdenes de magnitud y creo que aún no terminamos todos de asimilarlo. Todavía pensamos como si fuéramos ricos, como si fueran a crecer nuestros ingresos y fuéramos a tener recursos para hacer muchas cosas en los próximos años. Hay un aprendizaje aquí que es válido para todos los sectores políticos y que debemos ser capaces de internalizar: Hoy en día optimizar los ingresos y racionalizar el gasto es una necesidad permanente del manejo fiscal de aquí en adelante, independientemente si la economía crece más o menos”.
Finalmente, la autoridad indicó que “tenemos que estar conscientes de la dinámica que tienen nuestras finanzas públicas; tenemos que ser pragmáticos y buscar aquellas combinaciones que sean más favorables al crecimiento, porque tampoco sacamos mucho con aumentar recaudación, pero bajar la base tributaria por la vía del crecimiento. Ese es el esfuerzo que tenemos que tratar de realizar durante los próximos años. Nosotros vamos a dejar una situación mejor que aquella con la cual partió este Gobierno. Van a quedar tareas por hacer, pero vamos a dejar también encaminado un esfuerzo que va a ayudar a identificar dónde focalizar esas medidas en los próximos años”.
Conversatorio
Tras su exposición, el ministro conversó de manera más distendida con Acevedo, quien le realizó una serie de preguntas suyas y también de los alumnos presentes. La primera abordó el cambio en el escenario político desde que Marcel era director de Presupuestos, entre 2000 y 2006, a la actualidad. El ministro reconoció que, si bien “hay diferencias políticas que son muy significativas y la dispersión política hace muy difícil trabajar con parlamentarios, hemos logrado sacar cosas bien importantes adelante, entre ellas, por supuesto, la Reforma Previsional, tres leyes de presupuesto”, entre otras cosas.
Asimismo, respecto de la trayectoria de convergencia hacia el Balance Estructural para la próxima administración, recordó que “en las proyecciones del Ministerio de Hacienda hacia adelante, ha llamado mucho la atención que esté incorporado un ajuste de déficit estructural para los años siguientes. Pero el orden de magnitud de eso es de un cuarto de punto de Producto por año. Nosotros solo este año estamos haciendo un ajuste de punto y medio, es decir, seis veces lo que se está planteando para cada uno de los próximos años. Entonces hay un ajuste importante que ya se ha hecho, pero para poder consolidar es importante seguir esa trayectoria”.
Consultado en metáfora futbolística sobre cuál ha sido “la jugada” de su gestión, el ministro destacó la Reforma de Pensiones por el tiempo que llevaba esta materia en debate y porque “se fue generando una cierta conciencia de la necesidad de hacer algo y creo que lo que finalmente hicimos es muy original en términos de reformas de pensiones. Encontramos muchas soluciones pragmáticas a problemas complejos, algunos muy cargados ideológicamente. Haber logrado salir adelante en todo, para todos los que participamos, es algo en lo cual nos vamos a poder apoyar para, por ejemplo, los temas de sostenibilidad fiscal a futuro”.
Finalmente, el secretario de Estado sostuvo que sus dos “grandes dolores” fueron el rechazo a la Reforma Tributaria y el no cumplimiento de la meta fiscal en 2024. “En el caso del primero, creo que básicamente nos concentramos mucho en lo que íbamos a hacer después de la Cámara de Diputados. Había como un diseño bien acabado de cómo íbamos a trabajar en el Senado, lo habíamos conversado con algunos senadores clave, y no nos preocupamos demasiado por el hecho de que teníamos que salir de la Cámara”, ahondó. Y sobre el segundo precisó: “qué es lo que estaba pasando del lado de los ingresos no fuimos capaces de entenderlo con la suficiente anticipación como para poder haber actuado de manera más eficaz. Más anticipación no solamente en el mismo 2024, cuando se formuló el presupuesto, sino que antes de eso”.
"Ahora, lo bueno es que en los dos casos hubo segundas oportunidades, porque en el caso de la Reforma Tributaria no bajamos los brazos, armamos todo el proceso del Pacto Fiscal. Se hizo un diálogo político mucho más completo, y con eso pudimos sacar Cumplimiento Tributario. Y en el caso de los temas fiscales, fuimos capaces de entender qué es lo que estaba pasando con los ingresos y corregir, entre fines del 2024 y principios de 2025, y por eso hoy día ya estamos en un en un cauce de convergencia, a partir de una brecha importante que tuvimos en 2024”, concluyó Marcel.