Las políticas dirigidas a relocalizar, hacer más locales, las cadenas de suministro podrían llegar a reducir el comercio mundial en más del 18% y el PIB mundial en más del 5%, sin mejorar de forma consistente la resiliencia ante disrupciones, según ha advertido este lunes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
En su 'Estudio sobre la Resiliencia de la Cadena de Suministro', presentado este lunes antes del inicio de la reunión ministerial anual del 'think tank' de los países avanzados, la OCDE enfatiza la importancia de una gestión de riesgos ágil y eficaz para reforzar la resiliencia de la cadena de suministro internacional ante múltiples y complejos desafíos globales sin que empresas y gobiernos se retiren del comercio internacional.
Según los modelos empleados por la OCDE en su análisis, algunas políticas destinadas a hacer que las cadenas de valor sean más domésticas "podrían ser costosas y no necesariamente ofrecer más estabilidad ante las perturbaciones".
De tal modo, en comparación con un régimen interconectado, la relocalización podría llegar a reducir el comercio mundial en más del 18% y el PIB real mundial en más del 5%, con variaciones entre países oscilando entre la pérdida del 1,1% y el 12,2% del PIB dependiendo del grado y la naturaleza de su integración en las cadenas de valor mundiales.
Además, la OCDE advierte de que el régimen relocalizado "no fue más resiliente a las perturbaciones", en términos de la estabilidad del PIB, la producción y el consumo, que el régimen interconectado.
"De hecho, la estabilidad del PIB disminuiría en más de la mitad de las economías analizadas, lo que desmiente las afirmaciones de que la relocalización es inherentemente más estable", afirma.
No obstante, el estudio concluye que la mayoría de los flujos comerciales siguen estando relativamente diversificados, aunque la concentración de las importaciones está en aumento, ya que los países se abastecen cada vez de más productos de menos proveedores de lo que es posible a nivel mundial.
En este sentido, el número de productos procedentes de una gama limitada de proveedores es un 50% mayor a principios de la década de 2020 en comparación con finales de la década de 1990, una tendencia que podría aumentar la vulnerabilidad a las perturbaciones externas.
Sin embargo, subraya que esta tendencia está impulsada casi en su totalidad por países no pertenecientes a la OCDE, ya que el nivel de concentración significativa de las importaciones en los países del bloque se ha mantenido estable durante el período observado.
En concreto, la contribución de China al nivel de concentración significativa de las importaciones de los países ha aumentado del 5% al 30% en los últimos 25 años, mientras que la contribución combinada de Estados Unidos, Alemania y Japón disminuyó del 30% al 15%.
En la presentación del informe, el secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, ha advertido de que las respuestas a las preocupaciones sobre la seguridad del suministro y la concentración del mercado, así como la transformación a largo plazo de los flujos comerciales, "corren el riesgo de generar distorsiones indeseables".
En este sentido, a la hora de abordar el futuro del comercio, el australiano ha instado a recordar siempre su contribución a la mejora del nivel de vida en todo el mundo y que se necesitan "enfoques equilibrados" para mitigar los riesgos de las cadenas de suministro sin comprometer indebidamente los beneficios que el comercio global aporta a la competencia, la innovación, la productividad, la eficiencia y, en última instancia, el crecimiento.
"Para que el comercio siga siendo la base de nuestra prosperidad compartida y para garantizar que cumpla con las expectativas de nuestros ciudadanos, debemos trabajar juntos para mejorar la fiabilidad y la resiliencia de nuestras cadenas de suministro", afirmó Cormann.