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Félix Pilay |
Cuando de pronto la tierra se sacude con furia y el mundo conocido hasta entonces se desmorona como edificio de naipes en un abrir y cerrar de ojos, en este momento el alma humana revela su verdadera esencia. Bajo las ruinas del alma, narrada por Félix S. Pilay Toala, no es solo una novela tejida con los escombros del terremoto de 7,8 grados en la escala de richter del 16 de abril de 2016 que devastó Manabí, Esmeraldas y parte del Ecuador. Es una obra que se sostiene en los pilares invisibles del amor, la fe y la resiliencia. Una novela que no se lee: se vive, se siente, se llora.
La decisión del gobierno chino sin previo aviso, de cancelar todas las importaciones de soya desde los Estados Unidos, es un duro golpe a la economía norteamericana y particularmente a los productores y comercializadores agrícolas de este país, quienes fueron obligados al andar a redirigir las cadenas de suministros. Este movimiento considerado como estratégico, de fuerte carga simbólica y práctica, ha sido interpretado como una maniobra de presión geopolítica que va más allá de lo agrícola, está afectando de manera significativa, directamente la seguridad alimentaria planetaria, los precios globales de commodities y el equilibrio financiero internacional.
La reciente escalada en la guerra comercial que impulsa el presidente Donald Trump ha generado reacciones en cadena. El incremento de aranceles de manera generalizada en un 10% para casi todo el mundo, 20% para la Unión Europea, 24% para Japón, Vietnán 46%, India 26%, Corea del Sur 25% y un alarmante 34% que luego se transformó en 125% para China, plantea implicaciones para América Latina y el Caribe, que sentirán su impacto de manera indirecta pero significativa.
América Latina y el Caribe, han visto en los últimos años la incorporación agresiva de la inteligencia artificial (IA) absolutamente en todos y cada uno de los procesos de las actividades humanas. Esto implica el avance vertiginoso y sin retorno de la revolución tecnológica que se enfoca en la reconfiguración de los sectores productivos, las dinámicas laborales y las estructuras educativas de la región, y del planeta entero, al tiempo que plantea nuevos retos y oportunidades.
La denominada pobreza multidimensional afecta a millones de personas en todo el planeta y es un fenómeno que va más allá de la simple falta de ingresos. Por tanto, este concepto que se maneja para medir diferentes dimensiones de la pobreza, reconoce que la pobreza no solo se mide por la falta de dinero, sino por la ausencia de acceso a servicios esenciales para la calidad de vida de los humanos.
Al finalizar el 2024, América Latina y el Caribe se enfrentan a un desafío económico, marcado por un proceso lento de recuperación económica y por una creciente crisis económica global que ha golpeada la región. En este camino se evidencia que la política económica sigue siendo central en la gestión de estos desafíos, al mismo tiempo, las tensiones políticas, los cambios en la base productiva y las políticas sociales también jugarán un papel fundamental en el curso del 2025.
Donald Trump, quien acaba de ser posesionado como presidente de los Estados Unidos, podría traer consigo una nueva dinámica para América Latina y el Caribe, que, en muchos casos, podría ser polarizadora. En su segundo mandato, las políticas de un liderazgo caracterizado por el nacionalismo económico, el proteccionismo y una postura de confrontaciones con ciertos bloques internacionales, generan preocupaciones y expectativas en América Latina y el Caribe que deben ser analizadas con cautela. Para potenciar el artículo se buscará explorar las implicaciones políticas y económicas que podrían derivarse de la era Trump en un contexto global y regional cada vez más incierto.
2025, se avizora como un año en donde los países de América Latina y el Caribe enfrentarán una encrucijada económica, social y política. Por tanto, se podría determinar que los desafíos que enfrentará la región en el futuro cercano no solo son de carácter económico, sino que están profundamente vinculados a la estructura política y social de los países, además, de los condicionamientos relacionados con las tensiones globales, la creciente desigualdad interna y la necesidad improrrogable de transformaciones que conduzcan a un desarrollo más inclusivo, solidario y sostenible.
El 2024 se perfila como un año crítico desde la perspectiva política y económica escala global, con una serie de eventos políticos y económicos que han tenido repercusiones de largo alcance. En un contexto de múltiples crisis convergentes, desde la reconfiguración de las relaciones geopolíticas hasta la persistencia de desafíos económicos internos en distintas regiones, los actores globales se enfrentan a decisiones que definirán el curso del siglo XXI.
Latino América y el Caribe caracterizados por ser las regiones más desiguales del mundo. A pesar de los avances en términos de crecimiento económico, la pobreza y la desigualdad siguen siendo grandes desafíos que afectan a la población. El escaso acceso al empleo adecuado y la precarización laboral son factores clave que profundizan las desigualdades y laceran el bienestar de la población y la cohesión social. Desde una perspectiva política y económica se podría afirmar que esta problemática sería consecuencia del modelo económico aplicado que si bien se han alcanzado importantes avances no se han logrado garantizar formas justas de la distribución de la riqueza ni mejoras en las condiciones laborales.