Por qué es momento de pasar de WhatsApp a Telegram o Signal

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Arrancó el año con sorpresa, porque WhatsApp resistió a la Nochevieja por primera vez en varios años. El motivo, en realidad, no es tan agradable como el resultado: la compañía de Mark Zuckerberg ha completado la migración de WhatsApp a los servidores de Facebook, luego la plataforma ya no se mantiene sobre IBM Cloud. Este es uno de los motivos por los que los usuarios quizá deberían plantearse abandonar WhatsApp y migrar sus conversaciones a apps como Telegram o Signal.

El pasado año 2018 se dio a conocer el ‘escándalo de Cambridge Analytica’; Facebook había filtrado datos de 2,7 millones de europeos. Y a raíz de este importante problema de privacidad se destaparon otros tantos casos en los que la firma de Mark Zuckerberg había comprometido los datos de sus usuarios. Pero ¿qué tiene que ver WhatsApp en todo esto? El servicio de mensajería instantánea fue comprado por Facebook en 2014, y en aquel entonces sus fundadores prometieron independencia respecto a la red social.

Casi cinco años después de la compra de WhatsApp, Facebook, como decíamos, ha completado la migración de WhatsApp desde IBM Cloud a sus servidores. Y ha avanzado ya que próximamente WhatsApp, Instagram y Messenger estarán fusionados como una única plataforma de mensajería instantánea; es decir, que hay evidencias de que existe un cruce de datos entre todas sus redes y plataformas sociales. Así que los problemas de privacidad de Facebook afectan de una u otra manera, pero también, a los usuarios de WhatsApp e Instagram.

La compañía de Mark Zuckerberg no ha sido nunca, hasta ahora, suficientemente transparente respecto al cruce de datos entre WhatsApp y Facebook, y respecto a la integración de funciones. Y tampoco han sido honestos, porque tras la compra de WhatsApp se mantenía la promesa de que no venderían publicidad y, sin embargo, ya se ha anunciado de forma oficial que WhatsApp tendrá publicidad en 2020, y de nuevo en un ‘cruce’ con Facebook.

En la aplicación WhatsApp podemos acceder a Configuración y, dentro de este menú, a la sección de Privacidad. Aquí, la propia plataforma nos deja ajustar cuestiones que, efectivamente, tienen que ver con la privacidad, como quién puede ver nuestra última vez en conexión, la foto de perfil, la información de perfil o los Estados que publicamos. Pero, en realidad, estos son ajustes de privacidad frente al resto de usuarios, y no frente a la propia Facebook.

Para cuidar nuestra privacidad de la propia Facebook, lo que podemos hacer es conectar por VPN. Una red privada virtual permite crear una extensión de la red LAN sobre Internet; es decir, que nuestros dispositivos actúen en la Red, enviando y recibiendo datos, con la funcionalidad, seguridad y políticas de gestión con que funcionarían en una red privada. Así, tenemos ciertas garantías como la de ocultar nuestra dirección IP de cliente, garantizar la integridad de los intercambios y garantizar también la confidencialidad de los mismos.

Una red privada virtual o VPN nos sirve como complemento del cifrado de extremo a extremo que ofrece el propio servicio de mensajería instantánea WhatsApp, como una tecnología de terceros que garantice nuestra privacidad a cierto nivel. Porque, evidentemente, todos los datos que ofrezcamos de forma directa a Facebook estarán disponibles para la compañía de Mark Zuckerberg.

Seamos usuarios de WhatsApp, o no, el uso de una VPN es siempre recomendable por cuestiones de seguridad y privacidad; y en algunos casos, incluso para hacer frente a la censura. No obstante, en lo específico de WhatsApp, una red privada virtual no va a mantenernos protegidos del uso que Facebook pueda dar a datos que nosotros mismos le ofrecemos a la compañía.

Por lo tanto, sí. Es un buen momento para plantearse dejar de usar WhatsApp y pasarse a servicios equivalentes como Telegram o Signal. Telegram se ajusta desde el año pasado a la GDPR de la Unión Europea y anuncia que únicamente almacenan los ‘datos esenciales para que la app funcione correctamente’; esto son el número de teléfono, la dirección IP -que podemos ocultar con una VPN-, los contactos y los ajustes de perfil.

Pero toda esta información se guarda asociada a un ID, y los mensajes se mueven a través de servidores descentralizados y protegidos por un sistema de cifrado de extremo a extremo. Además, cualquier tipo de mensaje se puede borrar en un plazo de 48 horas desde su envío, y contamos con ‘chats secretos’ en los cuales los mensajes no se reenvían ni se sincronizan. Incluso para las llamadas tenemos protección, basándose en el intercambio P2P que garantiza que no se produzca la filtración de datos.

En el caso de Signal, que sigue una filosofía muy parecida, podemos incluso enmascarar la dirección IP al hacer llamadas y los mensajes antiguos se borran de forma automática cuando se llega a una cantidad determinada de mensajes ‘acumulados’. Por otro lado, la cantidad de metadatos guardados es mínima, y destacablemente inferior a la de WhatsApp y Telegram. (www.adslzone.net)

europapress