​Chile no se cae a pedazos, pero sí se descascara: una reflexión desde ENADE

|

Daniel Vercelli (2)

Durante el evento ENADE, el presidente Boric de manera telemática desde Italia -con algunos problemas para estar bien conectado con lo que estaba pasando en Santiago-, dijo algo que resuena: “Chile no se cae a pedazos”. Y la verdad es que tiene razón. Pero yo añadiría que, aunque no nos estamos desmoronando dramáticamente, sí hay un proceso más sutil en marcha: nos estamos “descascarando”.


¿En qué se basa este argumento? Bueno, pensemos en algunos hechos. Cerramos cuatro años con un crecimiento económico que promedia menos del 2%, algo que, sin ser una catástrofe, es un síntoma de que la pintura se resquebraja. Incrementamos la protección de las personas que están trabajando, pero hemos hecho poco por estimular que más personas consigan trabajo (tenemos un 18% de personas buscando trabajo por más de un año). La delincuencia parece desatada. Los permisos para grandes inversiones se demoran a veces más de la cuenta. Todo esto no significa que el país se esté desmoronando, pero sí que va perdiendo capas de solidez y de su "esencia hacedora", por nombrar un término acuñado por Holger Paulman, presidente de Icare, en Enade.


En el ámbito privado también ocurre, por ejemplo, cuando no pagamos las cotizaciones previsionales completas de las trabajadoras domésticas o cuando usamos nuestros contactos para saltarnos una fila. Cuando se pide una factura en lugar de una boleta para un gasto personal en un supermercado o restaurante, estamos contribuyendo a ese descascaramiento. No es que Chile se rompa, pero se va pelando una fina capa de integridad social cada vez que hacemos la vista gorda.


La reflexión anterior me lleva al aplauso de pie que recibió la contralora Dorothy Pérez. Con su solidez profesional, su ética funcionaria, su sentido común pragmático, su apego al deber (y sus chispas de refrescante humor, en medio de una presentación que a priori podría haberse esperado árida), nos deja dos preguntas: la primera, si alguien hiciera con el mismo celo una fiscalización sobre nuestras prácticas privadas mencionadas más arriba (solo por mencionar algunas), ¿Aplaudiríamos igual? Prefiero pensar que sí, porque creo que la mayoría de los chilenos sabe por dónde se nos está descascarando el país y quiere poner el esfuerzo en detenerlo.


La segunda pregunta es: ¿La aplaudimos por hacer bien su pega o por algo más? Porque lo que está haciendo (sin quitarle méritos), es hacer bien su pega, ni más ni menos. Quizás es porque tenemos el anhelo de seguir siendo un país ordenado, que "hace la pega", y así como otros presentes en Enade (los cóndores, Don Francisco) son un reflejo de las virtudes que nos gusta asignarnos, la ética del trabajo eficiente y bien hecho cae también en ese mismo espejo que queremos tener al frente. Esa es otra de las características nacionales a las que podemos apelar para no seguir descascarándonos.


Tenemos un país maravilloso, capaz de hacer grandes cosas cuando ponemos lo colectivo por delante, como nos recordaron consistentemente Pedro Carcuro, Holger Paulmann y Susana Jiménez en sus intervenciones en Enade. Tenemos un país que valora el orden, la disciplina y el rigor, como nos mostró la ovación a la contralora. Convertir en hechos, más que palabras, el espíritu de "hacedores" en lo colectivo y convertir los aplausos al rigor y rectitud en decisiones y comportamientos en todas las esferas, nos hará más sólidos y evitará que el descascaramiento siga, hasta convertirse en derrumbe.


Daniel Vercelli B., 

Managing partner de Manuia Consultora y director de empresas

europapress