La petrolera rusa Lukoil, el segundo mayor productor de crudo del país, ha anunciado su intención de vender sus activos internacionales como consecuencia de "la introducción de medidas restrictivas contra la empresa y sus filiales por parte de algunos estados".
"Se ha iniciado la consideración de ofertas de potenciales compradores", ha afirmado la compañía rusa.
Lukoil ha precisado que la venta de estos activos se realizará al amparo de la licencia de liquidación de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC), dependiente del Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
En este sentido, ha apuntado que, de ser necesario, planea solicitar una prórroga de dicha licencia para garantizar la operación ininterrumpida de sus activos internacionales.
A diferencia de Rosneft, controlada por el Estado, Lukoil es una empresa privada y cuenta con importantes activos en Europa, así como en Azerbaiyán, Kazajistán, Irak, Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Nigeria.
Entre los activos de Lukoil en el Viejo Continente, destacan una refinería en Bulgaria y otra Rumanía, controladas al 100% por la rusa, así como una tercera en Países Bajos con una participación minoritaria, así como instalaciones de almacenamiento de energía y redes de gasolineras en Bulgaria, Rumanía, Croacia, Serbia, Montenegro y Macedonia del Norte.
La semana pasada, la OFAC incluyó en su lista a las dos mayores compañías petroleras de Rusia, Rosneft y Lukoil, así como a más de una treintena de sus filiales, aumentando así la presión sobre el sector energético ruso al reducir la capacidad del Kremlin para generar ingresos.