Cambio de paradigma: IA como respuesta a los nuevos deberes penales de empresas

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La entrada en vigor de la Ley 21.595, que regula los delitos económicos y atentados contra el medio ambiente, marca un antes y un después en la manera en que las empresas deben asumir la prevención de riesgos. Ya no basta con manuales de conducta o comités que sesionan de vez en cuando. Hoy se exige una vigilancia permanente, reacción ágil y pruebas tangibles de que se han adoptado medidas efectivas para una correcta y efectiva implementación de modelos de cumplimientos.


Estamos ante un cambio de paradigma. Las compañías deben ser capaces de anticiparse a más de 200 tipos penales, muchos de ellos son complejos, sutiles y difíciles detectar a simple vista. Justamente es ahí donde la Inteligencia Artificial (IA) entra en escena, como una solución innovadora y eficiente, convirtiéndose en una herramienta indispensable para aquellas organizaciones que quieran responder activamente a los nuevos estándares que establece la Ley.


En la materia, aún existen pocos estudios o encuestas en relación a la implementación de modelos de prevención de delitos o de cómo llegar al punto de efectividad que la autoridad establece, pero hay uno que es interesante para mí, se trata del estudio “Nueva ley de Delitos Económicos: ¿Estamos preparados?”, especialmente en lo referido a las medidas que han adoptado las empresas para cumplir con la regulación nacional, solo el 28,3% de las empresas han optado por la medida de contratar softwares, lo que me sorprende positivamente ya que no es un número menor, el que nos habla de que un porcentaje de empresas que sabe que la tecnología es una solución, especialmente para este tipo de actividades de prevención, que son difíciles, por no decir imposible de ejecutar por un humano.


Frente a ese escenario, confiar únicamente en procesos manuales es como intentar apagar un incendio con bencina. Hoy existen soluciones basadas en Inteligencia Artificial (IA) que permiten monitorear en tiempo real el funcionamiento interno de una organización gestionando volúmenes masivos de datos que tecnologías tradicionales no son capaces de hacer: flujos financieros, relaciones contractuales, estructuras de propiedad, movimientos inusuales. Cada anomalía puede generar una alerta, evaluada por modelos de aprendizaje automático, que estiman su gravedad y anticipan su evolución.


Para una prevención activa y eficaz, es fundamental no basar los sistemas de cumplimiento únicamente en controles nominales, como los formularios. Aunque estos son importantes, la prevención no puede depender exclusivamente de ellos.

Esto no reemplaza el juicio humano, sino que lo complementa. Porque una cultura ética sólida sigue siendo el eje, pero necesita aliados que amplíen el alcance, la profundidad y la velocidad de respuesta. En un ecosistema cada vez más interconectado y exigente, la automatización inteligente permite ver lo que hasta ahora no se detectaba y actuar antes de que sea demasiado tarde a partir de acciones predictivas.


En vez de ver esta transformación como una carga, deberíamos entenderla como un camino hacia una gobernanza más robusta e incorporar IA es una evolución natural —y urgente— para aquellas empresas que aspiran a sostener la confianza de sus stakeholders, proteger su reputación y responder, con hechos y no solo con intenciones, a un estándar legal que llegó para quedarse evitando altos costos por la ocurrencia de delitos que no se detectan a tiempo.



Por: Raúl Ciudad, Primer Vicepresidente de ACTI y CEO de Wesley Clover Services South America SpA.


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