Una frase que circula con frecuencia en las redes sociales y que comparten algunas destacadas profesionales es la siguiente: “El desafío de la mujer moderna: Trabajar como si no tuvieran hijos. Criar a los hijos como si no trabajaran”, refleja de manera precisa la tensión que muchas mujeres en Chile viven a diario en su entorno laboral.
Este conflicto, entre el mundo profesional y las demandas familiares, ha marcado la vida de generaciones de mujeres, que, además de enfrentar las responsabilidades del hogar, deben lidiar con una cultura laboral que en muchos casos sigue siendo desigual.
Chile, como la mayoría de los países, ha avanzado en la legislación para proteger los derechos de las trabajadoras, pero los desafíos siguen presentes. Aunque los marcos legales de protección son cada vez más robustos, la implementación y la conciencia sobre esos derechos son áreas que aún requieren atención.
Uno de los problemas más preocupantes que enfrentan las mujeres en el ámbito laboral es el acoso. En Chile, la legislación establece que el acoso laboral, también conocido como mobbing, constituye cualquier conducta que cause humillación, maltrato o menosprecio en el trabajo. Esto no solo afecta la salud emocional de las mujeres, sino que también puede alterar su desempeño laboral.
Las trabajadoras tienen derecho a un ambiente laboral libre de hostigamiento. Si bien muchas empresas han implementado políticas de tolerancia cero al acoso, aún existen lugares de trabajo donde estas situaciones se normalizan o incluso se invisibilizan. Las mujeres que se ven afectadas por esta conducta deben saber que tienen el derecho a denunciar, tanto internamente, a través de recursos humanos o de su superior jerárquico, como externamente, ante la Dirección del Trabajo o incluso con una demanda judicial.
Otro tema central para las trabajadoras es la protección en torno a la maternidad. En este ámbito, Chile tiene una de las legislaciones más avanzadas de la región, ofreciendo a las mujeres varios beneficios, entre ellos: Permiso de maternidad: 6 semanas antes del parto y 12 semanas después del nacimiento del hijo. Permiso postnatal parental: Se conceden 12 semanas adicionales, con la opción de extensión parcial. Protección del empleo: La ley prohíbe el despido durante el embarazo y hasta un año después del término del postnatal.
Estos derechos buscan garantizar que las trabajadoras puedan equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares sin temor a perder su empleo. No obstante, a pesar de esta protección legal, persisten las dificultades cuando las mujeres regresan al trabajo después del postnatal, ya que muchas se enfrentan a prejuicios o a la discriminación encubierta, que puede traducirse en una carga adicional en su desempeño laboral.
La Igualdad salarial es sin duda, una deuda pendiente. A pesar de que la legislación prohíbe explícitamente la discriminación salarial por género, la brecha sigue siendo una realidad. Las mujeres que desempeñan las mismas funciones que sus colegas hombres a menudo enfrentan una remuneración inferior, lo que perpetúa la desigualdad.
En este contexto, es fundamental que las trabajadoras conozcan sus derechos y actúen para defenderlos. Si una mujer considera que está siendo discriminada en cuanto a su salario, tiene derecho a solicitar una revisión salarial, y en caso de no obtener una respuesta satisfactoria, puede recurrir a la Dirección del Trabajo o presentar una demanda. El desconocimiento de los derechos laborales, sumado a la persistencia de estructuras machistas dentro de muchas empresas, ha hecho que muchas mujeres no se atrevan a alzar la voz frente a estas injusticias.
En un escenario ideal, las mujeres no tendrían que elegir entre trabajar o ser madres, entre perseguir sus metas profesionales o cuidar de su familia. El sistema laboral chileno debe continuar avanzando hacia un entorno que favorezca la igualdad de oportunidades, la equidad salarial y, sobre todo, el respeto por los derechos laborales.
No podemos olvidar que la lucha por la igualdad no solo corresponde a las mujeres, sino a toda la sociedad, incluidos los empleadores, los legisladores y los ciudadanos. La integración de la maternidad en el ámbito laboral, el respeto al derecho a un ambiente libre de acoso, y la garantía de igualdad salarial son pasos fundamentales hacia una sociedad más justa. Mientras tanto, es esencial que las mujeres continúen informándose sobre sus derechos y buscando apoyo legal cuando enfrenten cualquier tipo de vulneración en su entorno laboral.
El desafío de la mujer moderna no debería ser un dilema entre el trabajo y la familia, sino la posibilidad de vivir en una sociedad que reconozca su capacidad y sus derechos en todos los ámbitos. En términos generales la realidad constata que la mayoría de las empresas cumple eficientemente con la normativa vinculada a la equidad, pero debemos reducir al máximo las excepciones.
Cristián Aguayo,
Socio y experto laboral de AEM Abogados