La deuda externa y la pobreza en América Latina y el Caribe: un círculo vicioso que persiste

|

Felix Pilay

La acumulación agresiva de la deuda externa e interna ha sido por mucho tiempo una preocupación constante para los países de América Latina y el Caribe, casi toda la región se ha visto afectada por la pobreza, pobreza extrema, inequidades y desigualdades sociales. Este fenómeno a lo largo de los últimos 20 años ha contribuido de manera decisiva al mantenimiento de un círculo vicioso que no ha permitido alcanzar el desarrollo económico y social de los países del orbe.


Es importante comprender cómo es que años tras años se ha ido acumulando la deuda externa e interna, a pesar de que cada vez y cuando los gobernantes aseguran que están pagando la deuda, se liberan enormes cantidades de recursos económicos a través de políticas económicas, (elevación de las tasas de interés, reducción de salarios, elevación de los precios de los combustibles, eliminación de subsidios, elevación de impuestos, elevación de los productos de primera necesidad, elevación de los precios de los servicios básicos, entre otros) en la cual se sacrifica a la población, para luego destinar estos recursos al pago dela deuda.


Sucede que, por lo general, lo que hacen los gobiernos es realizar pagos o abonos a los intereses, pero no se realizan pagos al capital, en otras ocasiones lo que hacen es obtener ingentes créditos de los mismos organismos crediticios para luego pagarles a ellos, parte de la deuda por intereses o incluso vender deudas, hacer emisiones de bonos para venderles a los mismos acreedores a precios de oportunidad, lo que hace que la deuda sea un negocio muy lucrativo para los acreedores nacionales e internacionales y por lo tanto, lejos de reducirse la deuda, más bien cada vez se vuelve más voluminosa, lo que permite asegurar que las deudas se han vuelto impagables.


Estas y no otras serían las razones para que la deuda externa de los países Latinoamericanos y del Caribe cada vez sean más voluminosas. Muchas naciones, históricamente has dependido de préstamos internacionales y nacionales y de empréstitos (llámese empréstitos a las emisiones y ventas de bonos en los mercados de valores internacionales) para supuestamente financiar su desarrollo y cubrir su enorme déficit presupuestario y lo que observamos al final de cada crédito recibido, es el incremento de la deuda, por efecto de las altas y usureras tasas de interés, malos y corruptos manejos económicos y crisis financiera.


Cada cierto tiempo, para supuestamente financiar su desarrollo, solventar las crisis económicas y financiera y cubrir los huecos fiscales, los gobiernos del continente tocan las puertas del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Mundial (BM) Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), Banco de Desarrollo del Caribe (BDC), Banco Interamericano de Desarrollo (BID) entre otros. Es importante destacar que una cosa son los créditos que otorga el FMI, que son exclusivamente para apuntalar la reserva internacional, para pagar deudas y para dar confianza a los acreedores internacionales y no se pueden utilizar para construcción de obra pública. Los créditos que entrega el BM y los otros organismos crediticios si pueden utilizarse para obras pública de desarrollo y para gastos corrientes.


La permanente acumulación de la deuda externa e interna, tiene definitivamente consecuencias significativas en la región, particularmente en términos de pobreza y, esto es así porque, por un lado, los altos niveles de deudas dificultan la capacidad de los países para invertir en programas sociales y de desarrollo lo que acrecienta y perpetúa la pobreza, la pobreza extrema y la desigualdad y por otro, el pago de la deuda consume una porción significativa del presupuesto nacional, lo que limita aún más los recursos económicos disponible para combatir la pobreza.


Al mismo tiempo la abultada deuda externa también afecta negativamente a la economía en general, ya que los gobernantes tienen la necesidad imperiosa de generar ingresos para pagar la deuda y quedar bien con los acreedores internacional, para la cual, aplican recetas económicas y políticas de ajustes que afectan a la mayoría de la población en beneficio de los grupos económicos acreedores, sean estos nacionales e internacionales, lo cual debilita la economía en el largo plazo.


La única forma para dejar atrás las consecuencias de la deuda y la pobreza, es necesario romper el circulo vicioso, lo que implica que los países de la región deben trabajar para mejorar la gestión de la deuda y reducir su dependencia de los préstamos y empréstitos externos lo que conduce a implementar políticas fiscales responsables, transparentar la gestión de la deuda y diversificar las fuentes de financiamiento.


Es de gran importancia que, en este camino, los gobiernos implementen políticas sociales y económicas que ayuden a reducir la pobreza y la desigualdad, que involucren programas de protección social, mayor inversión en educación y la salud, y políticas públicas que fomenten y garanticen el crecimiento económico inclusivo y sostenible de los países que hoy se encuentran envueltos en una creciente e impagable deuda externa y acelerados niveles de pobreza.



Félix S. Pilay Toala

Profesor Universitario

Analista económico y político

Doctor (Ph.D.), Economista, Magister en Administración Pública.

Presidente, RED ICALC, (Red de Investigadores Científicos de América Latina y el Caribe)

Pilayfelix071@gmail.com

europapress