Pib agrícola en América Latinas

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Felix Pilay (1)

Según informe del Banco Mundial 2021, se establece el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) agrícola con relación al PIB general en América Latina y el Caribe, se evidencia que el PIB general desde 1965 hasta 2020 ha tenido un comportamiento al alza, aunque con leves fluctuaciones, pero contrariamente el PIB agrícola que ha tenido un comportamiento con tendencia a la baja pasando de 16,44% en 1965 a 4,787 en 2019 y experimentó un crecimiento leve para el 2020 y que se ubicó en 5,69%.


 Se aprecia que el PIB agrícola en los países sudamericanos y caribeños ha experimentado un decrecimiento en los años de estudio, se evidencia entonces que para 1965 el sector agrícola aportaba a la producción nacional con el aproximado promedio general de los países de la región con el 16,44% pero así mismo a partir de este año, empieza un acelerado decrecimiento y para 1970 la producción de este importante sector de la economía se ubicó en el 12,38%


Contrariamente a lo que se podría pensar, este sector tan importante de la economía que aporta a la soberanía alimentaria de los países, en vez de tener una mayor incidencia en la riqueza de los países de la región y del caribe, medida a través del PIB, esta para los años siguientes su decrecimiento continúa por lo que para 1975 se ubicó en el 11,8% y para 1980 el descenso continúa y esta vez se ubica en el 9,75%.


La participación agrícola en los países de la región cada año ha sido más pronunciada, no se evidencia recuperación del sector, el decrecimiento promedio es una constante, en 1990 se evidencia que su participación en la riqueza nacional, en la producción de bienes comestibles, que son tan necesarios y fundamentales para la alimentación de la población, se ubicó en el 8,54% y para 1995 experimenta una caída al 6,62% lo que implica que con relación a 1990, el declive en términos porcentuales fue de 1,92%.


Para el año 2000, como se evidencia el decrecimiento persiste, cae al 5,38% y para el 2005 se observa que la participación en el PIB agrícola alcanzó los 5,20%, que si se analiza estos cinco años se puede determinar que la producción de este sector y su influencia en la riqueza nacional de los países en estudio fue de apenas del 0,18%, lo cual es significativo lo que implica que, en estos cinco años, la economía agrícola en la región experimentó una breve recuperación.


La tendencia continúa, si bien en algunos años, se experimentó una leve recuperación, en términos generales el promedio de crecimiento es a la baja, en el 2010 se registra una caída que alcanza el 4,86%, en 2015 también existe un leve decrecimiento y equivale al a 4,61% y para 2019 este fue del 4,78%, como se aprecia, comparado el año 2010 con el 2019 el decrecimiento es leve y bordea el 0,08%, lo cual es decreciente pero se podría sostener que es leve con relación a la tendencia que se ha experimentado desde 1965.


Es destacable que la tendencia decreciente de la participación del PIB agrícola ha sido constante en los años de estudios, pero el 2020 registra un leve crecimiento y alcanza el 5,69%, revela una leve tendencia al alza, si se compara la ubicación porcentual de 2019 con relación al 2020. En estos dos años se observa un crecimiento del 0,91%, al mismo tiempo, si se establece una relación entre 1965 inicio del año de estudio con 2020, se encuentra que la caída fue de 10,75, lo cual representa una tendencia preocupante.


La producción agrícola históricamente ha sido un medio de importancia para estimular la reactivación económica en una nación, resulta eficaz incluso en escala superior a otros sectores de la economía pues permite cubrir las necesidades de subsistencia del conjunto de la población y por tanto permite mejorar el nivel de ingreso de los más pobre que por lo general en los países latinoamericanos y el caribe se concentran en el campo que son quienes viven de las actividades agrícolas.

 El sistema de producción agrícola por tanto es un medio eficaz para superar la hambruna que experimenta el planeta, paliar la pobreza y la pobreza extrema que cada vez se agudiza frente al crecimiento poblacional y a la acumulación del capital. Como se ha evidenciado el permanente descenso en la participación de la agricultura en la riqueza de las naciones resulta preocupante, pues de no tomar conciencia de la problemática por parte de la clase social en el poder esta podría en los próximos años agudizar la pobreza y poner en alto riesgo la seguridad alimentaria.


 Ecuador es uno de los países agrícola por tradición, históricamente la base de su economía fue la agricultura para 1960 este sector aportaba con el aproximado al 30% al PIB, a partir de este año, empieza un acelerado decrecimiento y en 1980 por el efecto del boom petrolero su aporte cae al 15%; en los años siguiente la caída persiste hasta llegar al 9,32% en 2020, lo que implica que el PIB agrícola en estos años sufrió una drástica caída que bordeó el 20,68%.


Los datos revelan en abandono que este sector tan importante de la economía y particularmente en la ecuatoriana y que en el pasado fue el principal sustento de la riqueza nacional, hoy se lo observa tan reducido, debido a la insistencia de los gobernantes de turno de poner sus ojos en la producción minera y petrolera y no en el sector agrícola, por tanto, volver la mirada al campo es una tarea de primer orden. 


Prof. Félix S. Pilay Toala

Doctor. Economista, Magister en Administración Pública.

 Pontificia Universidad Católica del Ecuador sede Santo Domingo


Fpilay487@pucesd.edu.ec


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