De acuerdo a un análisis realizado por Colliers, se ha percibido un gran aumento durante el último año en el interés por adquirir inmuebles con flujo. “En 2025 las ofertas por activos con renta han totalizado UF20 millones y esperamos cerrar más de UF5 millones en lo que queda del año, lo que implicará un crecimiento de más del 100% en comparación al año pasado. Esta tendencia la hemos observado a lo largo de todo Chile y se basa en la seguridad y ganancias que está brindando a inversionistas de alto patrimonio invertir en este tipo de activos con cap rates que fluctúan entre 5,8% y 7,5%. Hoy los activos con renta son una excelente alternativa de inversión porque entregan flujo estable y en UF, con contratos a mediano-largo plazo con arrendatarios sólidos, buena ubicación y retornos que superan otras alternativas. Además, permiten combinar renta mensual con plusvalía en el tiempo”, explica Antonio Sivori, Gerente del Área de Inversiones de Colliers.
De acuerdo al ejecutivo, el mercado se ha ido recuperando de forma sostenida desde el estallido social, y hoy vemos una demanda activa por parte de inversionistas particulares, fondos de inversión y compañías de seguros. “Entre los activos comerciales, los que están dando más rentabilidad son principalmente los strip centers, locales y supermercados stand alone. Un punto importante es que los contratos de arriendo se pactan en UF, lo que protege el ingreso frente a la inflación. Por otra parte, se está dando un buen timing, con tasas aún altas, pero a la baja, por lo que es un buen momento para comprar activos que podrían valorizarse en los próximos años”.
El análisis de Colliers destaca que otro punto que han valorado los inversionistas es “la plusvalía y valor residual del terreno: en el caso de activos stand alone, además del flujo mensual, existe la posibilidad de capturar plusvalía del suelo y, al término del contrato, reconvertir el terreno para otros usos más intensivos, como un edificio habitacional, comercial o mixto”. Según el análisis, una de las principales tendencias es el interés por crecer en regiones, donde todavía hay buenas oportunidades y menos competencia.
El ejecutivo destaca que el mayor interés por invertir no solo se está dando por los activos comerciales con renta, sino también activos industriales y oficinas. “Los activos industriales con renta ofrecen flujos estables en un mercado en constante expansión, con alta demanda por bodegas y centros logísticos impulsada por el crecimiento del e-commerce, la distribución y las operaciones de última milla. Es un sector resiliente, con bajos niveles de vacancia y contratos de arriendo de mediano-largo plazo, lo que entrega previsibilidad en los flujos. Además, el suelo industrial en zonas consolidadas ha mostrado una valorización sostenida, generando retornos tanto por renta como por plusvalía. Actualmente, las rentabilidades netas de estos activos se sitúan entre un 6% y un 7,5% anual en UF, dependiendo de la ubicación, calidad del activo y perfil del arrendatario”.
En cuanto al mercado de oficinas, sector fuertemente afectado durante la pandemia, Sivori explica que es un mercado en plena recuperación y con muy buenas perspectivas. “La pandemia demostró que, aunque el trabajo remoto funciona, la presencialidad sigue siendo clave para el desarrollo y la cultura de las empresas. Esto ha impulsado la demanda por oficinas bien ubicadas, con buena conectividad, servicios y alto estándar, hayan disminuido considerablemente la vacancia. Un punto importante a considerar es que durante años casi no se construyeron nuevos proyectos, por lo que la oferta futura será limitada. La vacancia seguirá cayendo y los cánones de arriendo tenderán al alza, generando potencial upside para los inversionistas”.
El experto señala que aún existen precios de compra atractivos de oficinas, debido a la percepción tardía sobre la recuperación del mercado. Ejemplos como la compra del edificio HDI por Confuturo o el arriendo de 6.000 m2 por Mercado Libre en Costanera Center confirman la reactivación del sector. El mercado de oficinas vive una etapa de ajuste positivo: menor vacancia, arriendos al alza y valores de entrada aún bajos conforman una oportunidad sólida de inversión, y un alto potencial de valorización a mediano plazo (debido al potencial aumento de las rentas)”.