BRUSELAS 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Comisión Europea ha pedido este jueves a los países al sur del Mediterráneo reactivar lazos a través de un "Plan para el Mediterráneo" con ideas para desarrollar alianzas en materia de educación y cultura, potenciar las relaciones comerciales y de inversiones y reforzar la seguridad y el control migratorio.
Esta nueva agenda, que sigue la estela del Proceso de Barcelona de 1995, pretende crear un "espacio común del Mediterráneo" con el norte de África y Oriente Próximo que permita un vínculo "próspero, resiliente y seguro" con Argelia, Egipto, Israel, Jordania, Líbano, Libia, Marruecos, Palestina, Siria y Túnez.
"La mayor fortaleza de la región reside en su juventud, su creatividad y su talento", ha destacado la comisaria encargada del proyecto, Dubravka Suica, para referirse a uno de los tres pilares del pacto, el centrado en la formación superior y las iniciativas culturales.
Entre las claves de este área, Suica se ha referido al objetivo de llevar Erasmus+ a la región y la de crear una Universidad del Mediterráneo, que en realidad no supone la creación de una nueva institución sino de una alianza entre universidades ya existentes a ambos lados del mar para desarrollar planes coordinados.
"El pacto también trata de la prosperidad compartida, aportará nuevas oportunidades de inversión y empleo", ha explicado también la comisaria. En este capítulo, los retos apuntan a la modernización de las relaciones comerciales y de inversión, a la energía y las tecnologías limpias, la resiliencia hídrica, la llamada 'economía azul' y la agricultura, la conectividad digital y del transporte y la creación de empleo.
El tercer pilar apunta a aumentar la preparación regional en materia de seguridad y cooperar en un enfoque global de la migración, incluido un enfoque integrado en la gestión de las fronteras.
El Pacto del Mediterráneo, que no cuenta con una financiación específica, se someterá a los países de la UE y sus socios del sur en noviembre de 2025 con motivo del 30 aniversario del Proceso de Barcelona. Una vez obtenida la luz verde, Bruselas espera poder trabajar con los países del sur en el desarrollo de un plan de acción específico con medidas concretas a partir del primer trimestre de 2026.