A raíz del informe elaborado por BDO Chile sobre el mercado multifamily en Santiago, se observa una consolidación del sector de renta residencial, con una ocupación superior al 95 % y una leve alza en los valores de arriendo. El estudio destaca que Las Condes, Lo Barnechea y Vitacura concentran los precios más altos, mientras que Puente Alto, Maipú y La Cisterna se posicionan como las comunas más accesibles para arrendar vivienda.
Es en este contexto que el próximo ciclo del multifamily se desplaza a comunas emergentes con mejor conectividad y terrenos accesibles. Zonas como Cerrillos, Maipú y La Cisterna asoman como polos naturales. Dada su buena red de Metro, fuerte demanda por arriendo administrado y espacio para proyectos eficientes.
A diferencia del sector oriente, con precios más altos y menos multifamily, estas comunas permiten unidades más compactas, servicios ajustados al perfil local y tickets de arriendo alcanzables. “El equilibrio es claro: conectividad, seguridad y precio adecuado. Ahí se gana velocidad de colocación y estabilidad de caja”, afirma Roberto Anrique, CEO de BReal, proptech de gestión inmobiliaria y administración de propiedades.
Asimismo, la seguridad será decisiva en la localización. “Cuando la percepción de delito sube, la demanda se repliega aunque el precio sea bajo. Por eso, el entorno y coordinación público-privada son parte de la ecuación de los proyectos, tanto para inversionistas como para futuras familias”, añade Anrique, en alusión a comunas con sobreoferta y vacancias por factores extra-precio.
En paralelo, los operadores están afinando la oferta: unidades más pequeñas, amenities funcionales y servicios medidos por uso (bodegas, lockers, bicicletas), lo que ayuda a contener gastos comunes sin sacrificar experiencia.
De cara a 2026, el mapa será más equilibrado, con nuevos polos en zonas medias y periféricas bien servidas por metro, universidades y centros de empleo. “Los datos de microzonas guían el ‘dónde’ y el ‘qué’ construir; el resto es ejecución”, cierra el experto de BReal.
Para la industria, el desafío inmediato es leer bien la demanda local y asegurar una operación robusta desde el día uno: esa combinación será la que marque diferencias en ocupación y retorno.