Desarrollan las primeras directrices mundiales para el embarazo y la enfermedad inflamatoria intestinal

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Un grupo internacional de expertos ha desarrollado las primeras directrices mundiales para el embarazo y la enfermedad inflamatoria intestinal (EII), con el fin de mejorar el tratamiento y los resultados para las mujeres y sus hijos. La investigación aconseja continuar con todos los tratamientos biológicos durante el embarazo y la lactancia.



Para las mujeres con enfermedad inflamatoria intestinal (EII), el embarazo puede ser un periodo de incertidumbre debido a la escasez de datos clínicos sobre cómo los medicamentos para la EII afectan al resultado del embarazo y a los bebés que han estado expuestos a dichos medicamentos en el útero.



Por norma, las mujeres embarazadas quedan excluidas de los ensayos clínicos de terapias experimentales para la EII y, cuando una nueva terapia obtiene la aprobación reglamentaria, solo se dispone de datos sobre la seguridad en animales, pero no sobre la seguridad en el embarazo humano.



Para las pacientes con EII, suspender la medicación provoca un aumento de los síntomas de la EII, lo que puede hacer que sus embarazos sean de alto riesgo. Estas mujeres suelen ser jóvenes y, por lo demás, sanas, por lo que no siempre se las reconoce como de alto riesgo, a pesar de la asociación de la EII no controlada con resultados maternos y obstétricos adversos.



Con el fin de mejorar el tratamiento de la EII durante el embarazo en todo el mundo, se convocó el Consenso Global de Expertos Helmsley PIANO para proporcionar recomendaciones estandarizadas y basadas en la evidencia a los profesionales que atienden a mujeres con EII. El estudio 'PIANO' (Pregnancy Inflammatory Bowel Disease And Neonatal Outcomes, Enfermedad inflamatoria intestinal durante el embarazo y resultados neonatales) analizó la seguridad de los medicamentos para la EII durante el embarazo y los resultados a corto y largo plazo de los niños.



ESPERANZA Y CONSUELO PARA LAS MADRES CON EII


Los resultados finales del estudio y las directrices incluyen nuevos hallazgos, como continuar con todos los tratamientos biológicos durante el embarazo y la lactancia, el asesoramiento universal previo a la concepción, la comprensión del estado materno de alto riesgo, la administración de dosis bajas de aspirina para prevenir la preeclampsia prematura y la administración de la vacuna contra el rotavirus según lo previsto.



"Algunos de los hallazgos eran previsibles, pero otros eran novedosos. El objetivo de nuestro estudio y consorcio ha sido proporcionar esperanza, consuelo y la misma atención de alto nivel a las madres actuales y futuras con EII. Las recomendaciones consensuadas son el primer esfuerzo verdaderamente global para mejorar el tratamiento y los resultados de las mujeres con EII y sus hijos", ha indicado Uma Mahadevan, investigadora principal del estudio PIANO y doctora Uma Mahadevan, de la Universidad de California San Francisco (EEUU).



En concreto, el consorcio recomienda que las mujeres con enfermedad inflamatoria intestinal reciban asesoramiento previo a la concepción y, a ser posible, estén en remisión durante tres a seis meses antes de plantearse la concepción. También recomienda que todas las mujeres con EII sean seguidas como embarazos de alto riesgo.



También se recomienda continuar con los medicamentos que se consideran de bajo riesgo durante el embarazo, como los 5-ASA, la sulfazalazina, las tiopurinas y todos los anticuerpos monoclonales durante la preconcepción, el embarazo y la lactancia. En el caso de los fármacos de molécula pequeña, el consorcio recomienda evitarlos durante al menos un mes, y en algunos casos durante tres meses antes de intentar la concepción, a menos que no haya otra alternativa para la salud de la madre. También deben evitarse durante la lactancia.



Otra recomendación novedosa es que las mujeres con EII pueden amamantar con todos los anticuerpos monoclonales, incluidos los IL-23 más recientes, aunque aún no se disponga de datos de ensayos clínicos. La recomendación de continuarlos durante el embarazo y la lactancia se basa en la fisiología de la placenta, así como en la fisiología de la transferencia de anticuerpos monoclonales en la leche materna.



Aunque los medicamentos biológicos pueden atravesar la placenta y detectarse en los lactantes de 1 a 6 meses, los niveles de medicamentos biológicos detectados en la leche materna en el estudio fueron muy bajos y no afectaron negativamente a los resultados de los lactantes. El consenso recomienda que las mujeres con EII puedan amamantar mientras siguen un tratamiento biológico. Además, no se observó un aumento de las infecciones en los bebés a los 4 o 12 meses si habían estado expuestos a un fármaco biológico o a tiopurina (o ambos) durante el embarazo.



El consorcio también recomienda que todas las mujeres con EII comiencen a tomar aspirina entre las semanas 12 y 16 del embarazo. El objetivo es reducir el riesgo de preeclampsia prematura. Las mujeres con EII también deben ser controladas para detectar el riesgo de tromboembolia venosa (TEV), tanto antes del parto como en el posparto. Los hijos de mujeres con EII también deben recibir la vacuna contra el rotavirus según el calendario previsto, incluso los bebés expuestos a terapia biológica en el útero.



"Un aspecto único de esta conferencia de consenso fue la representación geográficamente diversa de todo el mundo. A través de esta colaboración internacional, nos aseguramos de que todas las recomendaciones fueran viables y adecuadas para las mujeres con EII. Además, incluimos a representantes de pacientes de cada continente para maximizar el papel de la voz de los pacientes en la determinación de las mejores prácticas de atención. Esperamos que esta declaración de consenso sirva de modelo para el tratamiento basado en la evidencia de las mujeres con EII, desde antes de la concepción hasta después del parto", ha destacado Millie D. Long, copresidenta de la Conferencia de Consenso Global y jefa de la División de Gastroenterología y Hepatología de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill.



Basándose en las revisiones bibliográficas realizadas por los expertos del consorcio, las recomendaciones finales para el consenso mundial se publicaron simultáneamente el 28 de agosto en seis revistas internacionales, entre ellas 'Clinical Gastroenterology and Hepatology', 'American Journal of Gastroenterology', 'GUT', 'Inflammatory Bowel Diseases', 'Journal of Crohn's and Colitis' y 'Alimentary Pharmacology and Therapeutics'.



NO SE OBSERVÓ UN AUMENTO DE LOS DEFECTOS CONGÉNITOS


El estudio PIANO, un estudio nacional sobre mujeres con EII y sus hijos en todo Estados Unidos, contó con la participación de 2.268 mujeres embarazadas con EII que tuvieron 1.702 nacidos vivos. Entre las mujeres, 598 madres con EII estuvieron expuestas a esteroides durante el embarazo. En comparación con las madres no expuestas, las que tomaban esteroides tenían tasas más altas de partos prematuros, bebés con bajo peso al nacer y bebés ingresados en la unidad de cuidados intensivos neonatales.



Sin embargo, no se observó un aumento de los defectos congénitos, los déficits cerebrales o las infecciones infantiles debido al uso de esteroides. Los investigadores concluyeron que el uso de esteroides puede ser un indicador de la enfermedad activa, que es la verdadera causa de estos resultados. La enfermedad activa durante el embarazo era más frecuente en las pacientes con colitis ulcerosa y provocaba un aumento de los abortos espontáneos.



El estudio no encontró ninguna reducción en el desarrollo cerebral o en los hitos del desarrollo basada en el uso de medicamentos para la EII por parte de la madre. Los bebés de madres con EII que acuden a la guardería no eran más propensos a contraer infecciones que otros niños debido a la exposición a los medicamentos durante el embarazo.




europapress