El rápido deshielo glaciar está incrementando el volumen de agua en al menos el 10% de los ríos de la Alta Montaña de Asia, incluyendo grandes ríos como el Yangtsé, el Amu Daria y el Syr Daria,
Según un nuevo estudio exhaustivo de la región, en partes de estos ríos aguas arriba, el caudal casi se duplicó en una década.
Las comunidades que dependen de los ríos para obtener energía podrían beneficiarse del aumento de la misma, pero el exceso de sedimentos transportados por el agua podría obstruir las infraestructuras. El aumento se observa actualmente específicamente en las partes aguas arriba de los ríos, pero las comunidades aguas abajo podrían enfrentar las mismas consecuencias a medida que los glaciares continúan derritiéndose.
Abarcando el Himalaya y el Hindu Kush, y caudalosos ríos como el Yangtsé, el Amarillo y el Indo, la Alta Montaña de Asia es una región geográfica compleja que abastece de agua a unos dos mil millones de personas. Los ríos se alimentan principalmente de glaciares, nieve y agua de lluvia, pero los sistemas fluviales están cambiando como resultado del cambio climático, que afecta la temperatura, la temporada de monzones y las sequías. Investigaciones anteriores han proyectado que los glaciares de las Altas Montañas de Asia perderán entre el 29 % y el 67 % de su masa total para el año 2100.
El nuevo estudio, publicó en AGU Advances, investigó cómo ha cambiado la cantidad de agua que fluye por el río como resultado del derretimiento de los glaciares y la nieve, así como de los cambios en las precipitaciones. Este es el primer estudio que analiza la cordillera completa y su río, y se centró en examinar el impacto de cada sección individual de estos ríos.
"El aumento de la descarga fluvial ofrece beneficios a corto plazo, como más agua para la energía hidroeléctrica y la agricultura, pero también indica un aumento de sedimentos y la pérdida de glaciares", afirmó en un comunicado Jonathan Flores, ingeniero de la Universidad de Massachusetts y autor principal del estudio. "Si estos glaciares continúan reduciéndose, su contribución del agua de deshielo a los sistemas fluviales disminuirá, lo que amenazará la disponibilidad de agua a largo plazo para las regiones río abajo".
La investigación midió más ríos que estudios anteriores y los dividió en segmentos de 8 kilómetros, lo que proporcionó resultados más detallados y personalizados.
Los investigadores descubrieron que el 10 % de los ríos experimentó un aumento en el caudal, o la cantidad de agua que circula por ellos, durante el período de estudio de 2004 a 2019. En promedio, estos ríos experimentaron un aumento del caudal del 8 % anual. Los tramos de ríos más grandes con más de 1.000 metros cúbicos de agua circulando por ellos por segundo, como el Yangtsé, experimentaron un aumento promedio de más del 2 % anual. Es posible que los aumentos aguas arriba no se correlacionen con un aumento del caudal aguas abajo, como ocurre en muchos de los ríos medidos.
ARMA DE DOBLE FILO
Los resultados muestran un arma de doble filo. Un aumento en el agua puede beneficiar la agricultura, la electricidad y el consumo general de agua, pero un aumento en la descarga hídrica se correlaciona directamente con un aumento en la energía fluvial, o la cantidad de sedimentos, como arena, limo y grava, que se transportan a través del río.
Los sedimentos son naturales en las vías fluviales, pero un aumento de sedimentos puede tener consecuencias. El aumento de sedimentos puede ralentizar la maquinaria dentro de las centrales hidroeléctricas, acumularse en las presas destinadas a almacenar agua durante las estaciones secas y dañar los ecosistemas fluviales con fauna vulnerable.
"El hábitat acuático natural puede verse alterado por esta tendencia creciente, y los ecosistemas que antes eran estables pueden verse alterados y modificados", afirmó Flores. Los ríos de la parte occidental de la alta montaña asiática se alimentan de glaciares, mientras que los ríos del este se llenan principalmente con la lluvia. Como resultado, fueron principalmente los ríos del oeste los que experimentaron un aumento en la descarga debido a que el cambio climático está acelerando el derretimiento de los glaciares.
Utilizaron más de un millón de imágenes de los satélites Landsat y PlanetScope para rastrear los cambios en los ríos, confirmando sus estimaciones mediante mediciones de caudal en diversos puntos de la región.
La información recopilada es de código abierto y accesible para cualquier persona. A medida que se planifica la construcción de nuevas presas o centrales hidroeléctricas, esta información podría utilizarse para aumentar la capacidad de captación de agua de las plantas, lo que se traduce en un mayor almacenamiento de agua o una mayor capacidad eléctrica.
"La mayoría de las infraestructuras hídricas, como las presas, se diseñan con base en datos históricos", afirmó en un comunicado Flores. "En este estudio, observamos que existen tendencias crecientes en los datos, lo que puede ser un factor determinante en la toma de decisiones, la planificación y la optimización del diseño".
De las 1.600 presas o presas planificadas medidas en el estudio, el 8 % experimentó un aumento en la potencia del caudal, lo que implica un mayor movimiento de sedimentos a través de las presas. Flores explicó que el aumento de sedimentos podría aumentar la presión sobre la maquinaria, ya que tendría que mover no solo el agua, sino también toda la arena y la tierra que esta empieza a acumular. Además, las presas utilizadas para almacenar agua durante la estación seca podrían llenarse de sedimentos y limitar su capacidad.