Sr. Director,
En medio de un escenario marcado por alzas sostenidas en las contribuciones, resulta indispensable abrir un debate serio sobre la estructura del impuesto territorial en Chile y por cierto poner el tema en perspectiva.
Es una realidad que el pago de este impuesto agobia a muchas familias, especialmente adultos mayores y personas de bajos ingresos, pero también es cierto que estos recursos tienen un impacto directo sobre los municipios del país, toda vez que estas platas van directamente al Fondo Municipal que es por donde se financian.
No se trata, por tanto, de eliminar el impuesto, cuya finalidad es legítima y necesaria para el financiamiento municipal, se trata, más bien, de modernizarlo, revisar su diseño, mejorar su progresividad y, sobre todo, aumentar la transparencia del sistema.
Que cada contribuyente sepa y entienda cómo se calcula lo que paga, y por qué motivo, es el primer paso para avanzar a un sistema tributario más justo.
Es el momento de abordar el tema con altura de miras, desde una mirada técnica, que incorpore a los distintos actores y con el foco puesto en la equidad tributaria y la sostenibilidad del sistema fiscal. Modernizar o reformular el impuesto territorial es una deuda pendiente con la ciudadanía y una oportunidad para fortalecer la confianza en las instituciones.
Joaquín Urra,
Director Asesoría Legal y Tributaria de PwC Chile