La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado un informe que revela las "profundas repercusiones sanitarias" que causó la pandemia de Covid-19, llegando a provocar una reducción de la esperanza de vida mundial en 1,8 años entre 2019 y 2022, lo que se ha traducido en una desaceleración de los avances en la salud de todo el mundo.
Además, dio lugar a un aumento de los niveles de ansiedad y depresión, disminuyendo así la esperanza de vida saludable mundial en seis semanas, y "anulando la mayor parte" de los avances conseguidos gracias a una menor mortalidad por enfermedades no transmisibles.
Tras la pandemia se ha producido una tendencia de desaceleración del progreso que se estaba dando antes de la pandemia, así como una recuperación más lenta de la misma, motivo por el que la OMS ha instado a tomar medidas mundiales encaminadas a "retomar" el rumbo.
"Detrás de cada dato hay una persona: un niño que no llegó a cumplir cinco años, una madre fallecida en el parto, una vida truncada por una enfermedad prevenible", ha declarado el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, quien ha incidido en que estas son "tragedias evitables" que señalan "deficiencias" en el acceso a la protección y la inversión, especialmente para mujeres y niñas.
Tras ello, ha lamentado que el progreso en salud se esté "ralentizando", motivo por el que ha pedido a los gobiernos actuar con "urgencia", "compromiso" y "rendición de cuentas".
La OMS también ha advertido de que existe un progreso "desigual" hacia la meta de los 3.000 millones del plan 2019-2025, que consiste en lograr una cobertura sanitaria universal para 1.000 millones más de personas, en mejorar la protección frente a emergencias sanitarias para 1.000 millones de personas más, y mejorar la salud y el bienestar de 1.000 millones de personas más.
Según los datos del estudio, a finales de 2024 hasta 1.400 millones de personas vivían de forma más saludable, un progreso que se ha dado por la reducción del consumo de tabaco, la mejora de la calidad del aire y un mejor acceso al agua, la higiene y el saneamiento.
A pesar de ello, el documento señala un progreso "lento" hacia una mayor cobertura de los servicios de salud esencial, pues tan solo 431 millones de personas más accedieron a servicios de salud esenciales sin dificultades económicas; y hacia la protección contra emergencias, pues cerca de 637 millones más estuvieron mejor protegidas contra emergencias sanitarias.
Asimismo, las muertes maternas e infantiles no están disminuyendo "con la suficiente rapidez" para alcanzar los objetivos globales, y está relacionado con la falta de inversión en Atención Primaria, la escasez de personal sanitario cualificado y las deficiencias en servicios de inmunización y de parto seguro; esta desaceleración que llega tras "dos décadas de avances" en los que la mortalidad materna se redujo más del 40 por ciento, y la de menores de cinco años a más de la mitad.
En caso de no corregir estas deficiencias para 2030, la OMS cree que el mundo "corre el riesgo" de prevenir la muerte de 700.000 madres y de ocho millones de niños menores de cinco años para entonces.
"Este informe muestra que el mundo está fallando en su chequeo médico. Sin embargo, los países han demostrado que es posible avanzar rápidamente", ha afirmado la subdirectora general de la OMS para Datos, Análisis y Gestión de Impacto, Samira Asma, quien ha señalado la posibilidad de lograr "un mundo donde los datos sean más oportunos y precisos, los programas mejoren continuamente y las muertes prematuras sean poco frecuentes".
AUMENTO DE LAS MUERTES PREMATURAS POR ENFERMEDADES NO TRANSMISIBLES
Los datos también muestran un aumento de los fallecimientos prematuros por enfermedades no transmisibles, como patologías cardíacas, accidentes cerebrocardiovasculares, diabetes o cáncer, lo que se debe en parte al crecimiento y envejecimiento de la población, y que representan la mayor parte de las muertes de personas en menores de 70 años.
Aunque el organismo no cree que el mundo esté encaminado a reducir esta mortalidad en un tercio para el año 2030, sí que ha destacado que el consumo de tabaco y alcohol está disminuyendo en todo el mundo, pasando de 5,7 a cinco litros per cápita de alcohol entre 2010 y 2022.
El documento también refleja que la contaminación atmosférica continúa siendo una de las principales causas de muerte prevenible en todo el mundo, con más de 6,7 millones de fallecimientos atribuidos en 2022.
DISMINUCIÓN DE LA INCIDENCIA DEL VIH Y LA TUBERCULOSIS
Por otro lado, la OMS ha resaltado la disminución de la incidencia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) y de la tuberculosis, además de que menos personas necesitan actualmente tratamiento para enfermedades tropicales desatendidas.
A pesar de ello, ha lamentado el resurgimiento de la malaria desde 2015, y ha identificado las resistencias a los antimicrobianos como uno de sus principales retos; asimismo, ha señalado que la vacunación infantil no se había terminado de recuperar en 2023 de la pandemia, y que muchos países se están "quedando atrás" en la lucha contra riesgos sanitarios como lo son la desnutrición, la contaminación atmosférica o las condiciones de vida inseguras.
Toda esta situación se está viendo afectada por las recientes interrupciones de la financiación internacional, especialmente en los países con mayores necesidades médicas, que necesitan "urgentemente" unos fondos sostenidos y previsibles para proteger los logros alcanzados y hacer frente a las crecientes amenazas, como el déficit de profesionales sanitarios.
De hecho, se prevé que falten hasta 11,1 profesionales de este sector para 2030, con casi un 70 por ciento de este déficit concentrado en África y el Mediterráneo Oriental.
Por otro lado, el jefe de la Unidad de Datos y Análisis de Salud de la OMS, Haidong Wang, ha explicado que la solidez de los sistemas de salud depende de una información sanitaria "fiable", de forma que permitan tomar mejores decisiones y obtener resultados más rápidamente.
"La OMS apoya a los países mediante la estrategia SCORE para fortalecer los sistemas de información sanitaria y a través del Centro Mundial de Datos de Salud, que ayuda a estandarizar, mejorar y aprovechar al máximo el valor de los datos en todos los países y sistemas", ha añadido.