Rosa Orellana Fernández, Facultad de Educación, Universidad Autónoma de Chile; y Felipe Tello Navarro, Universidad Santo Tomás

​Avanzar hacia un envejecimiento activo

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Cartas al director

Sr. Director,



La esperanza de vida supera actualmente los 60 años en la mayoría de los países, y Chile no es la excepción. Según datos del Censo 2024, el 14% de la población se encuentra en el rango de 65 años o más. Frente a este escenario demográfico, el artículo de la Ley 21.724 que impone la edad de 75 años como límite obligatorio para el retiro de las personas que se desempeñan en servicios públicos resulta altamente problemático.


Más que debatir entre obligar a jubilarse o postergar indefinidamente la edad de retiro, el verdadero problema radica en cómo el Estado sigue abordando la vejez desde una lógica exclusivamente utilitaria. Ya sea por razones fiscales o productivas, ambas posturas reducen a las personas mayores a su funcionalidad económica, ignorando que el centro del debate debe ser el respeto por su autonomía y el derecho a decidir sobre sus propias trayectorias vitales. Lo que se necesita es un sistema que reconozca la diversidad de experiencias y permita optar por permanecer o no en la vida profesional en condiciones de dignidad.


Nuestra política pública requiere incorporar principios de equidad intergeneracional, justicia distributiva y respeto por la diversidad de trayectorias vitales. En este sentido, resulta indispensable avanzar hacia un marco legal que promueva el envejecimiento activo, reconozca el valor de los saberes mayores y garantice el derecho a decidir cuándo y cómo retirarse.


Rosa Orellana Fernández

Facultad de Educación

Universidad Autónoma de Chile


Felipe Tello Navarro,

Universidad Santo Tomás

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