Jorge Astudillo, Facultad de Derecho U. Andrés Bello, sede Viña del Mar

Jeannette Jara y el cierre del cuadro presidencial oficialista

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Jorge Astudillo

Sr. Director:


Con la oficialización por parte del Partido Comunista de la candidatura presidencial de Jeannette Jara, hasta hace poca ministra del Trabajo del Gobierno de Gabriel Boric, comienza a cerrarse el cuadro político del oficialismo de cara a las primarias que definirán su carta a La Moneda. La figura de Jara se suma así a las candidaturas de Carolina Tohá, desde el Socialismo Democrático, y de Gonzalo Winter, desde el Frente Amplio.


La candidatura de Jara no es un salto al vacío. Su paso por el Ministerio del Trabajo dejó un registro político sólido y reconocido, incluso más allá de su sector. Fue pieza clave en la tramitación y aprobación de reformas estructurales como la que reduce la jornada laboral a 40 horas y en el impulso a la reforma previsional, una de las banderas más relevantes del actual gobierno. Su gestión combinó eficacia técnica con conducción política, mostrando un liderazgo que contrastó positivamente con los traspiés y errores no forzados que han marcado buena parte del gobierno de Boric.


A lo anterior se suma que Jara ha demostrado poseer una capacidad de diálogo y negociación lejos de la tradicional intransigencia de su sector político de origen. Jara evidencia ser una dirigente capaz de sentarse a la mesa con todos los actores relevantes, sin perder de vista sus principios. La ministra que entró al gabinete en 2022 es hoy una figura política mucho más sólida, con experiencia de gobierno y conocimiento del aparato estatal, que la convierte en una muy buena carta presidencial.


No obstante, su nominación no estuvo exenta de polémicas. Desde la oposición surgieron críticas al hecho de que su proclamación como candidata del PC haya ocurrido mientras aún ejercía como ministra. Si bien las formas importan —sobre todo cuando se trata de figuras de Estado—, su renuncia formal al cargo, realizada este lunes, debería zanjar definitivamente esta polémica y permitir centrarse en lo sustantivo: las ideas y propuestas para el país.


Expuestas las principales cartas del oficialismo, el foco ahora debe trasladarse a los contenidos y al arraigo que cada candidatura logrará construir en la ciudadanía, especialmente en ese 30% del electorado que se ha mantenido leal a un Gobierno de desempeño deficiente, al menos para la gran mayoría del país. Porque más allá de los nombres, lo que está en juego es qué proyecto político será capaz de convencer a un país cansado, tensionado y necesitado de certezas. Mientras tanto, en la vereda opuesta, la derecha parece más preocupada de criticar las postulaciones del progresismo que de presentar una propuesta articulada que le devuelva a Chile un rumbo claro y ambicioso para salir de la mediocridad en la que hoy se encuentra hundido.



Jorge Astudillo

Facultad de Derecho U. Andrés Bello, sede Viña del Mar


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