2024: nuevos actores entran en la escena mundial

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Leonardo Quijarro Santibau0301nu0303ez


El cierre del año 2023 dejó al mundo con una serie de conflictos de importancia en desarrollo, siendo los de mayor connotación la guerra entre Rusia y Ucrania, que el próximo mes de febrero iniciará su tercer año de acciones y, en Medio Oriente, la guerra que enfrenta a la milicia islámica de Hamás con el Estado de Israel en territorios de la franja de Gaza, la que ya ha completado más de 100 días desde sus inicios y que, en su evolución, ha ido incorporando nuevos actores como son Líbano a través de Hezbolla, otro grupo islámico, que ha lanzado ataques sobre Israel desde el norte de su territorio, y Yemen, con la acciones que están realizando los rebeldes hutís, inicialmente sobre territorio israelí o activos de este país que circulaban por el mar Rojo, lo que en la actualidad, se ha ampliado a naves de otras naciones, incluyendo su secuestro.


Todo lo antes mencionado, habiéndose desarrollado su génesis en columnas anteriores y su potencial impacto en el devenir de los conflictos mencionados y las posibles repercusiones para el mundo y nuestro país en particular, podemos apreciar que, iniciado este 2024, han continuado en la línea que de alguna forma se había anticipado.


Es así como, el actuar incremental de los hutís en el mar Rojo, ya no solo obligó la conformación de una fuerza naval que opera bajo el marco de la “Operación Guardián de la Prosperidad” sino que, finalmente, se vio obligada a iniciar acciones contra objetivos en suelo yemení, bombardeando en días pasados cerca de 30 instalaciones controladas por los rebeldes. La reacción de éstos no se dejó esperar y la presente semana realizaron un ataque con misiles, por primera vez, sobre un carguero de una naviera estadounidense, la motonave “Gibraltar Eagle” perteneciente a la empresa Eagle Bulk Shipping.


El aumento en el número e intensidad de los ataques perpetrados por los hutís nos lleva a pensar que, probablemente, la coalición liderada por Estados Unidos, se verá forzada, en un futuro cercano, a una intervención con fuerzas terrestres, con objetivos limitados, buscando neutralizar definitivamente la capacidad operativa de los rebeldes y, de esta forma, restaurando la navegación segura en estas rutas estratégicas para el abastecimiento energético de Europa e intercambio de bienes entre Europa y Asia.


A todo lo anteriormente relatado, que ha sido una expansión de conflictos locales como ha sido Medio Oriente, la presente semana ha sido testigo de acciones por parte de Irán, que, por primera vez, sin apoyarse en los grupos a los que financia y le ha permitido actuar en forma indirecta, realizó ataques con misiles de alcance medio “Kheiber Shekan” sobre objetivos definidos por este país como “instalaciones terroristas” en Siria, Irak y Pakistán. Lo anterior ha buscado, probablemente, ser una demostración de fuerza que con estas nuevas armas es capaz de actuar sobre blancos en territorio de Israel.


Lo antes mencionado solo viene a confirmar lo que señaláramos en la columna de cierre del 2023, en el sentido de, cómo diferentes actores en la escena mundial se están moviendo y actuando, aprovechando las inestabilidades producidas por los conflictos en desarrollo con el propósito de mejorar o alcanzar sus propios objetivos. En los últimos eventos mencionados, Irán, ahora, directamente, ha iniciado una ofensiva, la que ya ha merecido la protesta de Irak ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero que su evolución y resultado veremos en las próximas semanas.


Todo lo señalado tendrá necesariamente impacto en la economía mundial, por cuanto afecta áreas geográficas claves, tanto desde el punto de vista del transporte marítimo, teniendo como consecuencia el probable encarecimiento de seguros y cargas, sino también, en la estabilidad de grandes productores de hidrocarburos, generando efectos sobre el valor de los combustibles a nivel mundial, lo que claramente traería consecuencias a nivel nacional.


En definitiva, todos los eventos antes señalados, tan distantes de nuestro territorio, habrá que seguir mirándolos con atención de tal forma de poder visualizar los posibles impactos en nuestro país, su economía y tomar, oportunamente, las medidas que permitan mitigar sus efectos.


Leonardo Quijarro Santibáñez

Profesor Residente Sostenimiento y Planificación en Academia de Guerra Naval

Contraalmirante en retiro. Es Licenciado en Ciencias Navales y Marítimas. Ingeniero Naval Electrónico, Academia Politécnica Naval. Magister en Ciencias Navales y Marítimas, Academia de Guerra Naval. Diplomado en Ingeniería Industrial con mención en Gestión de Empresas, Universidad de Concepción. Diplomado en Asuntos Antárticos, Universidad de Magallanes. Diplomado en Alta Dirección, Academia de Guerra Naval. Profesor Militar de Academia en la especialidad de Operaciones Navales.

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