​Adultos de hoy: ¿Cómo queremos ser recordados en el futuro?

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En materia de crisis climática, cada vez son más evidentes los daños que la acción humana ha generado sobre el planeta. Lo vemos día a día en un aumento progresivo de las altas temperaturas, deshielos, sequías, inundaciones y muchos otros fenómenos que han alterado nuestro entorno. Está claro que los costos y efectos son progresivos y que si no hacemos algo al respecto, en las próximas décadas éstos sólo seguirán creciendo.


Fue a finales de los años setenta cuando el mundo comenzó a tener conocimiento del impacto negativo de las actividades humanas en el medio ambiente. Ocurrió específicamente en 1979, cuando un grupo de científicos se reunió en la ciudad de Massachusetts para realizar la primera sesión del "Grupo Ad Hoc sobre Dióxido de Carbono y Clima". Este encuentro dio pie a la preparación del denominado Informe Charney, la primera evaluación exhaustiva sobre el cambio climático mundial debido al dióxido de carbono. Con el tiempo, esas predicciones se hicieron reales y establecieron las bases de lo que hoy conocemos -y experimentamos-, como el calentamiento global.


Por eso, quienes ahora somos adultos, los mismos que nacimos entre la década de los ‘70 y ‘80, haríamos bien en detenernos un instante y cuestionarnos cómo queremos ser recordados por las generaciones del futuro. A diferencia de nuestros antepasados, que no tenían idea de las consecuencias en el planeta en el largo plazo, somos los que tuvimos la primera alerta de lo que estaba sucediendo, los que supimos lo que pasaba antes que muchos otros.


Lo que viene entonces es reflexionar qué estamos haciendo con esta información y cómo queremos ser recordados en los próximos cien, doscientos o trescientos años.


Podemos ser aquellos que conocieron la gravedad de la crisis climática, pero por desidia o ignorancia decidimos no hacer nada o no hicimos lo suficiente; los que dejamos que los daños siguieran en aumento, aun sabiendo que su avance nos llevaría directo al precipicio. O en cambio, podemos ser activos en la transformación e implementadores de los cambios necesarios para hacernos cargo de los agentes contaminantes que estamos generando a nivel individual e industrial, adoptando medidas de mitigación y reemplazo para evitar el deterioro de nuestro ecosistema.


Creo que vale la pena preguntarse qué nos van a reclamar en el futuro, cómo será el juicio de la historia y qué dirán los habitantes del mañana sobre nosotros. No es mi intención ser fatalista, personalmente creo que aún tenemos la oportunidad de convertirnos en la generación que se hace cargo. Pero estamos a contrarreloj y si queremos actuar, debemos hacerlo cuanto antes. Somos los adultos que hoy tienen esa posibilidad, ojalá no sigamos desaprovechándola. 


Daniel Vercelli Baladrón, 

Socio y Managing Partner de Manuia, director de empresas

europapress