​La coyuntura macroeconómica de Chile

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Victor Salas

Actualmente, los datos permiten observar que el IPC se está encaminando hacia su rango meta 2- 4% (fijado por el Banco Central). Durante el 2023, el IPC ha tendido a ajustarse, lentamente al principio de año y más rápido en junio recién pasado, con una tasa anualizada de 7,6%, lo que ha hecho que los salarios reales estén recuperándose, desde -2,2 noviembre 2022 a un valor positivo de 1,0 en mayo 2023, pero algo lejos aún de los niveles prepandemia y pre “estallido social” (2,8). El IPC sin volátiles (SAE) también muestra tendencias convergentes a las metas del Banco Central, aunque más lentas que el IPC general.


A la vez, se observa que la actividad económica del país se está enfriando de manera importante en 2023. Los últimos datos confirman que el IMACEC acumula variaciones interanuales negativas por cuarto mes consecutivo, pasando de -0,27 en febrero a -2,01 en mayo, mientras que el IMACEC no minero no es muy diferente y registra nueve meses de índice anual negativo, con un promedio de - 1,33 mensual, lo que corrobora el estancamiento que vive nuestra economía.


En el mercado laboral la tasa de desempleo este año subió hasta 8,81% en marzo y se ha establecido en 8,5% en mayo, mostrando resistencia a recuperar sus niveles del año pasado (2022) donde estuvo estable fluctuando alrededor de una tasa promedio de desempleo de 7,79% en los distintos trimestres móviles estimados por el INE. A la vez, en 2023 la creación de empleo (desestacionalizado) se muestra altamente volátil, de 29 mil nuevos empleos en enero sube a 44,8 mil en febrero, cayendo a 19,5 mil y 25,4 en marzo y abril y vuelve a subir a 44,6 en mayo, no entregando tendencia alguna. En cambio, la demanda de trabajo (realizada por las empresas), medida por el índice de avisos laborales, base promedio enero 2015=100, tiene una tendencia claramente declinante, cayendo desde mayo 2022 a abril 2023 en 43%. A pesar de ello, el mercado muestra resiliencia y avanza lentamente a niveles de ocupación pre pandemia (2019), aunque aún faltan 450.000 empleos por recuperar, calculados comparando la ocupación, estimada sobre la base de la existente en 2019, con la ocupación efectiva, que se ha ido observado en la economía nacional desde diciembre 2019.


La política monetaria y fiscal

Las expectativas de que el IPC este convergiendo a su rango meta son altas, especialmente después de la caída del IPC de junio 2023 (-0,2%), aunque los precios a este mes aún mantienen niveles elevados, de 7,6% anualizado. Datos sobre los que se espera que el Banco Central inicie un proceso de rebaja de la Tasa de Política Monetaria (TPM) que, a la fecha, se ubica en 11,25% y que, en la próxima reunión del Consejo (28 de julio) se baje entre 50 ó 75 puntos base.


Por otro lado, aparentemente, a nivel internacional también la inflación tiende a converger, pero al mismo tiempo persisten factores que tienden a mantener presión sobre los precios sosteniéndolos aún en altos niveles, como el delicado contexto geopolítico internacional (invasión de Rusia a Ucrania, que continúa), las dificultades de recuperación económica en China y el lento estancamiento que vive la economía mundial. Y, aunque se observan mejores resultados en los datos recientes de la inflación en USA, la FED no descarta dos subidas más de la tasa de referencia, para ajustar con más rapidez su economía acelerando la convergencia de precios, similar conducta se espera del BCE.


El contexto político nacional (rechazo de su propuesta de Reforma Tributaria que demuestra que es minoría en el parlamento), los fuertes problemas de seguridad ciudadana que se viven y la inflación han dificultado al Gobierno cumplir sus promesas de programa, determinando una política fiscal contractiva o al menos fuertemente ajustada tanto en 2022 como en este año, con expansiones mínimas para abordar prioridades nacionales como seguridad ciudadana y controlando el gasto fiscal para alinearse con el objetivo de control inflacionario del Banco Central.


Sin posibilidad de acuerdo político para aumentar los ingresos fiscales, el Gobierno ha seguido una política fiscal ajustada y responsable. El M. de Hacienda está comprometido de que el nivel de gastos públicos proyectados para este año (2023) irá acompañado de un déficit efectivo de 1,9% del PIB ($5.303.501 millones), y un déficit cíclicamente ajustado, de 2,1% del PIB (Informe de Finanzas Públicas, julio de 2023), lo cual es coherente a lo establecido en el Decreto N°755 de 2022 de Bases de la Política Fiscal, del Ministerio de Hacienda, que acuerda una meta de déficit estructural de 3,3% del PIB para este año y llegar a 0,6% del PIB en 2026. En relación con la deuda bruta del Gobierno Central Total, se espera que se ubique en 38,1% del PIB (0,1% más de lo estimado en el IFP 1T de 2023) equivalente a $107.522.241 millones.

Comentarios finales


Se avanza en recuperar la normalidad de los equilibrios macroeconómicos en la economía nacional y ello se debe a la combinación de políticas económicas, tanto del Banco Central de Chile, monetarias, como del Ministerio de Hacienda, fiscales, coordinadas para controlar los efectos negativos de las medidas adoptadas en Pandemia que en Chile terminaron originando un fuerte proceso inflacionario, que desde mediados de 2021 el Banco Central y Hacienda han estado tratando de controlar con medidas contractivas. En concreto, la inflación tiende a converger, aunque lentamente, a su rango meta (aún está en 7,6% anualizada), la actividad productiva está ajustándose suficientemente como para que se reduzca la demanda interna (el IMACEC de mayo fue de -2,01% anualizado), el desempleo en estos cinco primeros meses de 2023 acompaña el estancamiento de la economía y se instala en tasas alrededor de 8,5%, habiendo tenido casi todo 2022 un promedio de 7,79%, y al mismo tiempo los salarios reales se han estado recuperando, levemente, después de su fuerte caída en 2022. Medidas contractivas que el Banco Central, probablemente comenzará a levantar, con una rebaja en su TPM (hasta hoy 11,25%) entre 50 o 75 puntos base, dando inicio así, al proceso de recorte de tasas de interés en la economía, con lo que se abre al mismo tiempo, un mayor margen de maniobra a la política fiscal, que ha estado restringida a la política monetaria contractiva (una alta TPM de 11,25% desde noviembre 2022), al compromiso de consolidación fiscal de 2022 (reducción de 22,5% del presupuesto 2022 respecto de 2021) y a la proyección de la regla de Balance Estructural hacia 2026 (que bajaría desde una meta de déficit estructural de 3,3% del PIB en 2023 a 0,6% del PIB en 2026).


Víctor Salas Opazo y Equipo1

Conversatorio de Política Económica

Departamento de Economía, USACH


(1) En el Equipo del Conversatorio además participan Sebastián Cuellar Pedreros, como coordinador de

ayudantes de Investigación y Sebastián Cárcamo, Cristian Román y Benjamín Oyarce, como ayudantes de

investigación.

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