Atraer al mejor talento: una razón más para la transformación de las empresas hacia la sustentabilidad

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Daniel Vercelli

Las prioridades cambiaron y los jóvenes de hoy ya no valoran de la misma manera los atributos que en el pasado sí eran importantes a la hora de enfrentarse a los primeros empleos. Esto es una demostración de cómo los tiempos y la sociedad ha evolucionado.

Por ejemplo, la generación de los boomers prefería estabilidad y ojalá hacer carrera en una misma compañía durante toda su vida laboral. Luego, se privilegiaron los altos sueldos y beneficios extra para elegir entre una empresa u otra. El boom digital del nuevo siglo hizo que los jóvenes se volcaran a empresas tecnológicas que les prometían estar (o sentirse, al menos simbólicamente) lo más cerca posible de Silicon Valley y donde además, pudieran compatibilizar el trabajo con aspiraciones personales como tomarse dos meses sin goce de sueldo para viajar al Himalaya o al sudeste asiático.

En tanto, la generación actual tiene una postura más consciente y por eso prefieren emplearse en un lugar que les haga sentido, que tenga propósito y soluciones para los problemas que se viven en todo el mundo como la crisis climática, la desigualdad económica, el bienestar social, la defensa de los derechos humanos, la preocupación por los efectos emocionales en las personas tras la pandemia, etc.

Un estudio de Forbes identifica a la generación Z -aquellos nacidos entre 1995 y 2010-, como un grupo que le otorga gran importancia a sentirse cómodo dentro de su trabajo y no únicamente desde un punto de vista económico, ellos quieren ser parte del proyecto y compartir los valores de la empresa, factores que pueden ser determinantes para optar por una firma u otra.

A los jóvenes de hoy les importa la responsabilidad medioambiental, son conscientes del deterioro del planeta que les tocará habitar en las siguientes décadas y por esta razón, intentan que tanto sus actividades personales como laborales no repercutan de manera negativa en el entorno físico y humano, sino que por el contrario sean parte de las soluciones a los desafíos que tenemos actualmente. Una encuesta internacional realizada el año pasado a 10.000 jóvenes de entre 16 y 25 años en 10 países reveló que para ellos, la destrucción del planeta es algo personal: 60% de los encuestados dijeron sentirse muy preocupados o extremadamente preocupados por la crisis, mientras que un 45% señaló que los sentimientos sobre el clima afectan su vida diaria.

Precisamente por esta razón, las empresas que hoy se preocupan del triple impacto, cuentan con políticas sustentables sólidas, promueven valores transversales, y tienen un propósito claro, genuino y creíble, tienen mucho a su favor, porque serán las que van a reclutar y retener a los mejores talentos. Si una compañía no cumple con estos requisitos ni muestra interés en adoptarlos, difícilmente podrá atraer al mejor talento disponible.

Es importante que como sector privado comprendamos que estamos ante una crisis climática que tiene un fuerte componente social y que este desafío es uno de los más grandes que le ha tocado enfrentar al mundo de los negocios. Las empresas que estén alineadas con estos principios, se enfoquen en aumentar los impactos positivos y se preocupen por la comunidad, son a fin de cuentas las que van a sobrevivir, porque contarán con los mejores representantes de las nuevas generaciones para llevar adelante su propósito interno y además, tendrán la validación social necesaria durante su gestión futura. 


Daniel Vercelli Baladrón, 

Socio y Managing Partner de Manuia

europapress