Volvió la inflación (¿Para quedarse?)

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Gonzalo islasEl sorpresivo IPC de marzo de 1,9%, ha puesto definitivamente la inflación de vuelta en el centro de las preocupaciones económicas. Se trata de la cifra mensual más alta desde mediados de los años noventa, por lo que no es casualidad que este índice se haya tomado la pauta noticiosa de los medios.

El retorno de la inflación es un fenómeno mundial. Las causas son múltiples, se destacan los problemas en la cadena de suministro y en el mercado laboral derivados de la pandemia y el efecto de los estímulos fiscales para apoyar la recuperación (en Chile, se suma además el efecto de los retiros). Se agregan ahora los efectos en el precio de los alimentos y la energía derivados de la invasión rusa a Ucrania.

¿La inflación volvió para quedarse? Es una de las preguntas que preocupa a los economistas tanto en Chile como en el resto del mundo. El debate es intenso y dista de estar resuelto. Voces más pesimistas como la de Charles Goodhart, profesor emérito en LSE, postulan que los cambios demográficos pueden llevar a una mayor inflación permanente. Los optimistas, destacan que la mayoría de los efectos detrás de los aumentos son transitorios y que, a nivel global, las autoridades monetarias han mantenido un fuerte compromiso con el control de la inflación.

Un estudio reciente de economistas del FMI muestra que, en los últimos 30 años, son muy pocos los países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que tras haber alcanzado niveles de inflación bajos vuelven a una dinámica de inflación persistente y que, tras un shock inesperado en los precios, en la mayoría de los casos, el retorno a niveles más bajos es relativamente rápido. ¿Qué factores facilitan esto? Un elemento clave son las expectativas. Si los agentes de mercado confían en que los bancos centrales mantienen un fuerte compromiso con el control de la inflación, las expectativas de mediano y largo plazo permanecen ancladas en torno a las metas establecidas facilitando su reducción.

En Chile, la encuesta de expectativas económicas del Banco Central muestra que si bien la inflación esperada a 12 meses ha tenido un crecimiento importante en los últimos meses -llegando a 6% en la encuesta de abril-, las tasas esperadas a 24 meses de 3,7% y a 36 meses de 3%, siguen siendo muy cercanas a la meta esperada.

La credibilidad de nuestro Banco Central y las señales que provengan desde la política fiscal, son claves para mantener las expectativas y, por ende, para el control de la inflación. Desde esta perspectiva, nuevos retiros son un problema no solo por el efecto liquidez y de demanda ya observado en los retiros anteriores, sino que también por la señal que enviaría a los mercados con respecto a la capacidad real de evitar tentaciones populistas, lo que influye en la inflación esperada.

El gran desafío para las autoridades económicas es mantener niveles de credibilidad en sus políticas que eviten que la inflación se transforme en un problema permanente.


Gonzalo Islas,

Decano Facultad de Ingeniería y Negocios 

Universidad de Las Américas

europapress