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Germán Pinto |
Con mucha preocupación leí en la prensa nacional la declaración realizada por el exministro de hacienda don Rodrigo Valdés respecto a los programas de gobiernos de los candidatos, referente a que no es tan relevante el detalle de éstos, ya que, al no tener mayoría en el Congreso ninguno de los dos candidatos,
Los programas de los dos candidatos presidenciales que prontamente se enfrentará en las urnas, al igual que todo programa presidencial, tienen los mejores propósitos y esperan lograr la felicidad de toda la población. La diferencia está en la efectividad de las propuestas y cómo las implementarán.
Ya llevamos una semana de la primera vuelta de las elecciones presidenciales y podemos sacar conclusiones y realizar proyecciones, considerando un horizonte un poco menos incierto al que teníamos enfrente hace unos días
La semana pasada se anunció la creación de Santiago Ventura Exchange, más conocida como ScaleX, una plataforma digital que permitirá a startups acceder a importantes fuentes de financiamiento de hasta 100.000 UF, gracias a la alianza firmada entre la Bolsa de Comercio de Santiago y Corfo.
Hemos podido apreciar que todos los programas económicos de los candidatos presidenciales se preocupan de las ingentes cantidades de dinero que es menester considerar para solucionar las necesidades sociales que son demandadas por la población.
La semana pasada escuché por radio la intervención de una persona que estaba participando en las manifestaciones que los magallánicos han realizado por el alza en los combustibles y de los precios de productos de primera necesidad, alegando por la compleja situación que están viviendo en esa zona extrema del país, al ver como la autoridad les daba el retiro de sus fondos de pensiones, pero luego se los quitaba a través del incremento de los precios de diversos artículos. A renglón seguido, demandaba al Poder Ejecutivo la solución a esta situación
Con mucha alegría se realizó la semana pasada un encuentro telemático con el prestigioso economista francés Thomas Piketty, quien se ha convertido en el referente, fuente de consulta y de fundamento de muchos políticos de nuestro país, dado su arremetida en el mundo intelectual económico con su libro “El capital en el siglo XXI”, donde propone soluciones para evitar la desigualdad en los ingresos a través de cargas tributarias muy particulares.
Nuevamente han salido en el debate público los paraísos tributarios o, eufemísticamente llamados, países de baja o nula tributación, que son aquellos países que han establecido soberanamente regímenes tributarios con una carga bajísima que incentiva a radicar en esas legislaciones empresas que concentran capitales, evitando que paguen impuestos las utilidades que generen. Así también, se ofrece el secreto sobre las operaciones que se realicen y no piden justificación del origen de los capitales internados.
En mi columna del lunes 7 de junio del presente año, titulada “Eliminación del DFL 2 de 1959, un acto simbólico de equidad”, estimaba que la eliminación que se proyectaba de los beneficios tributarios que concede el DFL 2 de 1959 generaría poca recaudación y solo obedecería a un acto de equidad porque se había indicado que 25 contribuyentes explotaban 2 mil viviendas acogidas a esta disposición y, por ende, eran pocos quienes se beneficiaban con esta rebaja tributaria. Ese comentario era estimado y solo ponderaba la escasa información que había trascendido hasta el momento.
Es decir, si una persona natural realiza una asesoría quedará exenta, pero si la misma asesoría la presta una sociedad, quedará afecta a IVA. Ejemplos como el anterior hay varios y son dechados de cómo la nueva afectación provocará un ajuste en varios mercados que, tal como lo reconoció el mismo informe financiero que respalda el proyecto de ley, generará “un cambio en el comportamiento de los agentes, producto del aumento en el precio de los servicios sujeto a esta medida y un ajuste de la demanda por esto” que provocará una recaudación en los dos primeros años de $ 425.977 millones de pesos, pero que bajará a $ 319.483 millones en los años en régimen.Sin duda que esta modalidad de estimación de mayor recaudación resulta atolondrada, máxime si se estima una afectación que a todas luces generará distorsiones en las conductas de las personas, lo que hace dudar de su efectividad, siendo esto último muy preocupante, porque para poder financiar el tremendo desastre previsional que se avecina producto del retiro de los continuos 10% de los fondos de pensiones, vamos a necesitar herramientas, estrategias y políticas que realmente generen un aumento potente en las arcas fiscales o que nuevamente se confíe en la capacidad del sector privado para dar satisfacción a las necesidades de pensiones de los jubiladosProf. Germán R.Pinto PerryDirector Magíster en Planificación y Gestión TributariaUniversidad de Santiago