Las Pymes son, sin duda, uno de los motores que mueve nuestra economía. Las cifras lo confirman: representan el 98% del total de empresas del país y concentran a más del 40% de la fuerza laboral. Desde talleres familiares y emprendimientos en crecimiento, hasta pequeños comercios y proveedores que sostienen la vida productiva de Chile, su impacto es innegable. Sin embargo, ese motor no siempre recibe el combustible que más necesita: la capacitación.
En el presente, un 19% de las Pymes realiza formación laboral a través de la franquicia tributaria, y solo el 1,5% de ese incentivo es utilizado por trabajadores Pymes. Es más, apenas el 16,5% de las capacitaciones de la franquicia se dirigen a MIPYMES, pese a ser actores claves para el desarrollo nacional. ¿Cuál es la consecuencia? Miles de empresas quedan sin la posibilidad de fortalecer a sus equipos, mejorar su productividad o adaptarse a los veloces cambios del mercado. Y, con ello, miles de trabajadores ven reducidas sus oportunidades de crecimiento y empleabilidad.
Este último punto es particularmente relevante, especialmente porque la discusión pública en Chile ha puesto la empleabilidad en el centro del debate. La pregunta sobre cómo generar más y mejores oportunidades laborales y cómo preparar a las personas para los desafíos de la transformación digital, la sostenibilidad y la automatización son clave en ese debate. Debemos acercar la capacitación a las Pymes para acortar la brecha de talento que aqueja al ecosistema laboral, pues son estas empresas, precisamente, las que dan trabajo a gran parte de nuestra fuerza laboral. Esto se hace más urgente si consideramos que el 21% de los trabajadores de Pymes opera en condiciones informales. Y más urgente aún, cuando consideramos que esas pymes son parte relevante de las cadenas productivas de grandes empresas de industrias críticas para el país. Minería, construcción, retail, salmón y cultura son solo algunos ejemplos. Para las grandes empresas de muchas industrias, el desarrollo de sus proveedores en un elemento crítico para construir su capa de talento: y estamos trabajando con muchas de ellas en el diseño de estrategias exitosas para lograrlo.
Desde OTIC CChC hemos asumido ese desafío y por eso lanzamos Talento Pyme, una plataforma pensada para entregar soluciones prácticas. Ofrece diagnósticos gratuitos para identificar necesidades reales de las empresas, más de mil cursos adaptados a distintos sectores y niveles de madurez, y un acompañamiento paso a paso para aprovechar la franquicia tributaria de manera inteligente. Pero adicionalmente, nos sumamos a Valor Pyme, iniciativa país empujada por BCI junto a Microsoft, Walmart, Pyme UC, Multigremial Nacional y Blue Express, para complementar este eje de formato, con una gran cantidad de soluciones que permiten el desarrollo efectivo de esas microempresas.
La idea es sencilla: que ninguna Pyme quede fuera de la posibilidad de crecer por falta de información o de acceso; que la capacitación deje de ser vista como un trámite burocrático y pase a ser un recurso estratégico para mejorar la productividad; y prevenir una potencial crisis de talento al lograr que la formación de los trabajadores se anticipe a las necesidades del mercado laboral.
Porque ser Pyme es mover Chile. Pero para que ese movimiento se sostenga en el tiempo, necesitamos entregar más herramientas, más conocimiento y más acompañamiento. El país no puede seguir perdiendo talento y competitividad por una brecha que, en realidad, tiene solución. El futuro de la empleabilidad y del desarrollo económico depende de que las Pymes, ese 98% de empresas que sostiene al país, tengan acceso real a la formación. Y esa es la tarea que hemos decidido asumir.
Bárbara Veyl,
Gerenta de Vinculación e Innovación Social de OTIC CChC